Vida y estilo

El síndrome FOMO: qué es, cuáles son sus síntomas y cómo afecta a los jóvenes

Un grupo de chicos y chicas, cada uno pendiente de su móvil.

Con la popularización de las redes sociales, el mundo digital se ha convertido en un nuevo espacio de interacción y en este escenario aparece el síndrome FOMO (Fear Of Missing Out, traducido al castellano miedo de perderse) que obliga a quien lo sufre a estar permanentemente conectado a la red.

El miedo a la exclusión es un temor que siempre ha existido y que ahora se ve agravado por las nuevas tecnologías. Estar siempre pendiente de las redes genera además en la persona una ansiedad social provocada por la impresión de que los demás están viviendo experiencias gratificantes y divertidas sin ella.

Los más jóvenes son los que sufren con mayor frecuencia este miedo a perderse algo, ya que son los que más tiempo pasan conectados con otros a través de las redes sociales. Según un estudio, 3 de cada 10 personas de entre 13 y 34 años han experimentado esta sensación, y generalmente ocurre cuando ven que sus amigos hacen cosas a las que no están invitados.

Los móviles y la inmediatez de las redes sociales hacen que algunas personas sientan la necesidad de estar siempre conectados, en alerta y participando de manera activa.

Saber que nuestros amigos tienen un plan mejor que el nuestro hace que nos castiguemos pensando que nuestra vida es menos interesante que la suya y llevado al extremo nos acaba mortificando. Piensa que las vidas idílicas que se presentan en redes sociales no son 100% reales. Los usuarios reflejan en sus publicaciones su faceta más glamurosa obviando esa otra parte de su vida quizás nada envidiable.

Una joven mira el móvil con tristeza. Freepik

 

 

¿Cuándo se considera un problema grave?

Si estás disfrutando de un buen momento y solo el hecho de enterarte de lo que hacen otras personas en redes sociales te hace sentirte angustiado, entonces tienes un problema. Querer siempre algo que no tenemos y que creemos que es imprescindible para nuestra felicidad, se une a la angustia de saber constantemente que nos estamos perdiendo algo.

Este tipo de pensamientos si no se controlan pueden acabar pasando factura y generando sentimientos de soledad, aislamiento, baja autoestima y tristeza que también pueden desembocar en angustia, ansiedad, adicción e incluso depresión.

Expertos en psicología aseguran que el síndrome FOMO empeora cuanto más se usa el móvil, la tablet o el ordenador con videojuegos colectivos. En los casos más graves los afectados deberán someterse a algún tratamiento de los empleados contra la adicción a los móviles, a las nuevas tecnologías o a internet.

Algunos síntomas de que una persona sufre el síndrome FOMO son:

- Uso excesivo de las tecnologías. Se utilizan los dispositivos de una forma excesiva, se revisan las redes sociales de manera obsesiva y se documenta constantemente la vida propia.

- Apatía. Disminuye la motivación académica o laboral.

- Inseguridad. Aparecen problemas de autoestima, autoconcepto e incluso de imagen personal.

- Alivio pasajero. Se alivia el malestar con la interacción en las redes, pero solo a corto plazo.

- Más relación virtual y menos real. Hay problemas para relacionarse con otras personas en la vida real. Este es un aspecto más preocupante entre los adolescentes, cuyo momento vital ya plantea problemas en este sentido.

Educación, vigilancia y corregir a tiempo los comportamientos inadecuados son esenciales para que los más jóvenes hagan un buen uso de las nuevas tecnologías, disfruten con ellas y no se acaben convirtiendo en una esclavitud.

28/05/2022