En tanto que el conflicto catalán sigue abierto, el procés volverá a liderar el eco mediático del año judicial 2022, pendiente principalmente de la euroorden contra Carles Puigdemont, aparte de un ramillete de nombres y causas bien conocidas y con sus correspondientes ramificaciones: Villarejo, Juan Carlos I, el caso de los ERE o las tramas de corrupción del PP que pondrán el foco en Esperanza Aguirre, Eduardo Zaplana o Carlos Fabra, entre otros. Pero mientras la mesa de diálogo duerme nuevamente el sueño de los justos, la mirada se dirigirá, un año más, a Catalunya. No hay tribunal que no tenga que responder a diversos episodios relativos al proceso soberanista: el Tribunal Supremo, el Constitucional, Tribunal de Cuentas, Tribunal Superior de Justicia de Catalunya y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Los 'restos' del 1-O
Desnudando a Llarena
Los indultos del Gobierno de Pedro Sánchez viraron el pasado junio el capítulo abierto por la Sala Penal del Supremo a los nueve encarcelados que no optaron por el exilio, encabezados por el líder de ERC, Oriol Junqueras. Pero es ahora la Sala de lo Contencioso quien debe dirimir sobre los siete recursos contra la medida de gracia presentados por el arco parlamentario de la derecha. Por de pronto, debe señalar si PP, Vox y C's tienen legitimidad para impugnar la decisión que se adoptó desde Moncloa. No les acompaña la jurisprudencia aunque es probable que la Justicia sí deba pronunciarse respecto a las alegaciones que cursaron asociaciones y particulares. Los precedentes indican que no tendrán recorrido porque el Supremo ya aclaró que el indulto es una medida discrecional cuyos motivos por los que se concede se recogen en el expediente del procedimiento.
El Constitucional debe resolver por su parte el recurso del exvicepresident del Govern contra su condena y, en paralelo, el Supremo celebrará la vista oral de la exconsellera Meritxell Serret, que el pasado marzo se entregó desde su exilio, quedando en libertad al estar procesada solo por desobediencia y no por sedición. Mayor quebradero de cabeza le traerá al juez instructor, Pablo Llarena, la entrega de Puigdemont, que suma victorias parciales desnudando el sistema judicial español. El Tribunal General de la UE está pendiente de pronunciarse sobre una cuestión prejudicial planteada por el instructor ante las dudas de Bélgica para ejecutar la euroorden. Es por ello que decidió no devolver de manera cautelar la inmunidad europarlamentaria al expresident tras su detención en Cerdeña al estimar que la euroorden emitida contra él por el Supremo se halla suspendida en toda la UE, al tiempo que validaba su libertad de movimiento. Por otro lado, un tema que preocupa a Esquerra y Junts es el proceso abierto en el Tribunal de Cuentas por el 1-O y la promoción exterior, y por el que ya han tenido que avalar unos 5 millones de euros a falta de fijarse la cuantía definitiva.