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El PNV se postula frente a los gobiernos sin “final feliz” de Bildu, Patxi López y Maroto

Pradales cuestiona el giro que ha dado EH Bildu tras haber puesto “palos en las ruedas” en las últimas legislaturas
El candidato a lehendakari del PNV, Imnaol Pradales, junto l presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar y el candidato por Gipuzkoa, Markel Olano.
El candidato a lehendakari del PNV, Imnaol Pradales, junto l presidente del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Andoni Ortuzar y el candidato por Gipuzkoa, Markel Olano. / Javier Etxezarreta

En la recta final de la campaña, con las elecciones del domingo asomando en el horizonte, el PNV va a tratar de combatir con todos los argumentos dialécticos esa pulsión de cambio que se ha instalado en el debate público a pesar de que las encuestas reflejan que los vascos están satisfechos con su calidad de vida. El PNV ya no se limita a contraponer su modelo con el de EH Bildu, con quien está empatado en las encuestas, sino que trae también a la memoria el resultado de las experiencias de otros partidos cuando han asumido el liderazgo de las instituciones. Si lo que existe en este momento es una pulsión política de cambio para desalojar al PNV, los jeltzales recuerdan que, cuando otros partidos lo han intentado en los gobiernos, la experiencia no ha tenido “final feliz”.

En un mitin celebrado este lunes en Eibar, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, no hizo arqueología política para remontarse a la prehistoria, sino que recurrió a ejemplos recientes, de los últimos quince años: el Gobierno de Bildu en la Diputación de Gipuzkoa y en la Alcaldía de Donostia (2011-2015), el mandato del socialista Patxi López en el Ejecutivo vasco (2009-2012); y el de Javier Maroto, del PP, en el Ayuntamiento de Gasteiz (2011-2015).

Ortuzar lo dejó ahí. Se refería, por un lado, al desgaste que acumuló EH Bildu por sus políticas, como la gestión de los residuos y el sistema puerta a puerta, que provocaron su castigo en las urnas. También al mandato de López, que se empeñó en desactivar la supuesta obsesión identitaria del PNV y terminó cayendo en una catarata de gestos constitucionalistas como la emisión del discurso del rey en ETB. Su experiencia desembocó también en un castigo electoral tras gobernar con un PP con el que aseguró que no iba a pactar. En el caso de Maroto, su mandato abrió una etapa de crispación social por su empeño en vincular a los migrantes con las irregularidades en el cobro de ayudas sociales como la RGI. Un histórico acuerdo transversal en Gasteiz terminó desalojando al popular.

“La única manera de garantizar al cien por cien lo que tenemos y que gobierne el PNV es votar PNV. Cualquier otra opción solo abre escenarios de duda, de incertidumbre y de inestabilidad. De aventuras sin final feliz. Acordaos del Gobierno de Patxi López, acordaos del gobierno de Bildu aquí en Gipuzkoa o en Donostia; acordaos del PP de Maroto en Gasteiz... Ya hemos tenido aventuras y todas terminaron mal. Sigamos por el camino marcado, sigamos avanzando como país. Sigamos mejorando, sí, porque se puede mejorar. Hay cosas que se pueden mejorar y vamos a mejorarlas”, alentó. Presentó al PNV como el voto útil para garantizar el bienestar.

Pradales resta credibilidad al giro de Bildu

El candidato a lehendakari, Imanol Pradales, se dirigió a los indecisos para tratar de activar su voto. Estas elecciones son un desafío para los jeltzales, quienes creen que, como las encuestas señalan que los vascos están satisfechos con su vida, existe el riesgo de que no teman por su futuro y no se termine de percibir la importancia de estas elecciones o de evitar fórmulas políticas que abran paso a la inestabilidad. En ese contexto, Pradales pidió elegir entre el PNV, que realizó una apuesta “fuerte” por Euskadi, su autogobierno y sus instituciones, o bien por aquellos que han puesto “palos en las ruedas”. Se dirigió a los indecisos, a quienes aún no han decidido su voto, que rondan el 25%.

“Nos jugamos quién va a gobernar este país”, dijo, para pedir a los vascos que no den el futuro por sentado ni lo fíen todo a “pactos posteriores que quizá puedan no darse, pactos que van a decidirse desde Madrid”, dijo, en una referencia velada a que el PSE podría no respaldar al PNV.

Pradales restó credibilidad también al nuevo discurso de la izquierda abertzale. Criticó a EH Bildu por su estrategia de confrontación mientras Euskadi se encontraba sumida en el coronavirus o en otros momentos complicados, mientras “han apoyado uno tras otro todos los Presupuestos españoles sin rechistar”. “Dejaron de lado a las instituciones vascas y a la sociedad vasca. Pusieron palos en las ruedas, trataron de obtener rédito partidista en los momentos de mayor dificultad... Hoy cambian de guion, pero pensad cómo han actuado hasta ayer. Acuerdos hoy sí, ¿y ayer no?”, se preguntó.

"Crujirnos a impuestos"

Pero, sin necesidad de repasar la trayectoria de Bildu, se hizo eco de las propuestas más controvertidas de la coalición. Dijo que “los mismos que dicen que la economía vasca es un desastre y que hay personas que no llegan a fin de mes son los que vienen con la receta de la presión fiscal; ahí tenéis el ejemplo de cómo pretenden eliminar deducciones como la de vivienda en la renta; su modelo de sociedad exige crujirnos a impuestos porque su modelo es la publificación por la publificación”. Le preguntó dónde quedan las cooperativas, los arrantzales y, en definitiva, dónde quedan las 850.000 personas que no trabajan en lo público. Pradales abogó también por apoyar a los emprendedores con menos burocracia.

Tejeria contrapone los modelos

La cabeza de lista del PNV por Gipuzkoa, Bakartxo Tejeria, por su parte, recriminó a EH Bildu que haya alcanzado algunos acuerdos en los últimos meses con la misión de presentarse con un nuevo rostro ante la sociedad vasca, pero avisó a los votantes de que no deben fiarse porque la coalición abertzale seguiría siendo “la misma” de siempre. La jeltzale puso sobre la mesa algunas de las propuestas del PNV, como reducir la espera para ser atendidos en el ambulatorio a 48 horas como máximo, que la espera para someterse a una operación se sitúe en torno a los 50 días, medidas para facilitar la compra de una vivienda o el alquiler sin imponer a la ciudadanía una de las dos opciones, apoyo al euskera... Tejeria recordó la actitud que ha tenido la izquierda abertzale también en Gipuzkoa o en Eibar, con sus resistencias a la construcción del polo tecnológico que finalmente vio la luz.

2024-04-16T17:44:02+02:00
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