Actualizado hace 1 minuto
Como ocurre todos los años, el aniversario de la Constitución española volvió a alumbrar este sábado dos realidades contrapuestas: por un lado, la celebración de los partidos estatales en el Congreso y, por otra, el plante de los partidos nacionalistas vascos, catalanes y gallegos, que no secundan la efeméride porque este marco se utiliza como corsé para frenar el reconocimiento de sus pueblos. En Donostia, el PNV repasó por boca de su portavoz en el Congreso, Maribel Vaquero, los principales déficits que encuentra en la Constitución, que ya son conocidos y que tienen que ver con el reconocimiento nacional de Euskadi, el derecho a decidir y los artículos que el PNV quiere suprimir o revisar en relación con el papel del Ejército o el blindaje del rey español. Pero, más allá del análisis habitual que realiza el PNV todos los años, Vaquero hizo una reflexión de actualidad política para presionar al Gobierno español y que cumpla con las transferencias pendientes ahora que está a punto de acabarse el año, el plazo pactado a cambio de la investidura de Pedro Sánchez. Tras una larga enumeración de déficits de la Constitución española, Vaquero señaló el “incumplimiento principal”: “el incumplimiento del Estatuto de Gernika, que sigue sin desplegarse en su totalidad”. Exigió a Sánchez que dé “el aldabonazo necesario” para que se lleve a cabo la transferencia de todas las competencias pendientes, que ofrezca todo su impulso político y mueva unos acuerdos que dependen de varios ministerios. Quedan pendientes las materias más complejas, donde los sucesivos gobiernos españoles se han mostrado históricamente más reticentes: la gestión del régimen económico de la Seguridad Social y todas sus prestaciones, los puertos y los aeropuertos.
Como ya hizo el lehendakari Pradales cuando el Estatuto de Gernika cumplió 46 años, Vaquero trató de apelar a esa vocación de Sánchez de pasar a la historia por tomar decisiones trascendentales (lo hizo con la exhumación de Franco y la amnistía en Catalunya). Le recordó que tiene la oportunidad de “dar un impulso” al Estatuto, ser el presidente que “cumple definitivamente con el Estatuto”. Vaquero repitió que el Gobierno español tiene sobre la mesa las propuestas del Ejecutivo vasco para avanzar en el desarrollo del Estatuto “y cumplir el acuerdo con el PNV” que se firmó a cambio de su propia investidura como presidente. Por ello, apeló a Sánchez en persona. “Estamos a tiempo, Sánchez tiene que dar el aldabonazo necesario para su cumplimiento”, dijo, para pedirle que ponga toda su implicación y voluntad política para “cumplir su palabra”. “La voluntad se demuestra con hechos. Lo que pedimos al presidente es que interceda para que ponga toda su voluntad y su peso para que las transferencias sean materializadas cuanto antes”, zanjó.
El PNV señala la inviolabilidad del rey
Vaquero llegó a este punto tras señalar los déficits de la Constitución: la alta abstención que se registró en suelo vasco durante su referéndum, es casi imposible de modificar, no reconoce a las naciones que existen dentro del Estado y se interpreta de manera restrictiva para erosionar el autogobierno.
Por ello, cree que debe abordar el reconocimiento nacional de Euskadi, admitir el “derecho a decidir libremente su futuro”, suprimir el artículo 155 que permite suspender una autonomía como ocurrió con Catalunya, reformar la inviolabilidad del rey español para que solo cubra al monarca en el ejercicio de sus funciones como jefe de Estado y no blinde sus eventuales desmanes en su vida privada (el PNV incidirá en ello tras las memorias de Juan Carlos I), y eliminar como función del Ejército la protección de la integridad territorial y el ordenamiento jurídico. Lamentó que el PNV exige bilateralidad y obtiene uniformidad, incluso de aquellos que en teoría aceptan el Estado plurinacional.
EH Bildu dice al PNV que PP y Vox son lo mismo
La izquierda abertzale, por su parte, también volvió a pasar de puntillas por el aniversario de una Constitución española donde no tiene “nada que celebrar”, porque es un marco legal que “nos niega derechos” y que tuvo un escaso respaldo entre los vascos. EH Bildu aprovechó más bien para hacer una lectura en clave de confrontación con el PNV, para cargar contra los jeltzales por distinguir entre un “PP bueno” y un “Vox malo”, aunque ambos forman parte del “bloque reaccionario”. Su portavoz en el Congreso, Mertxe Aizpurua, se apoyó en el acuerdo entre PSOE, Junts, PNV y PP para endurecer la respuesta a los delincuentes multirreincidentes, un acuerdo que para los jeltzales es valioso porque responde a una preocupación social y permite no dejar impune el robo de teléfonos móviles con datos personales.
En unas declaraciones difundidas por EH Bildu, Aizpurua sostuvo que la Constitución está “deslegitimada” por su escaso apoyo entre los vascos, y denunció que se utilice “como candado y dique de contención” para sus aspiraciones. Añadió que este marco alimentó la “impunidad” del franquismo. A partir de ahí, Aizpurua recriminó al expresidente del PP José María Aznar que se negara a condenar el franquismo, al PP vasco le reprochó que “banalizara” el bombardeo, y terminó recordando que “no hubo ruptura” con el franquismo, sino una transición. De ahí que sea “incomprensible e inaceptable que haya fuerzas políticas dispuestas a pactar con la derecha española”, que también está amenazando la exigencia de perfiles lingüísticos en Euskadi. Dijo que “no hay diferencia” entre PP y Vox, y no hay que “coquetear” con ellos por acción ni por omisión.