El Palau, cancha hostil para el Bilbao Basket

OCURRA lo que ocurra en el encuentro que disputará el próximo domingo (12.30 horas) en el Palau Blaugrana, la primera vuelta de la Liga Endesa protagonizada por el Surne Bilbao Basket seguirá mereciendo una nota altísima. El conjunto vizcaino alcanzará el ecuador de la competición doméstica en una posición envidiable, incrustado en la zona media de la tabla clasificatoria y habiendo fabricado una distancia considerable con respecto a los puestos de descenso. Deberes perfectamente encarrilados, aunque en absoluto hechos. El equipo de Jaume Ponsarnau, a base de buen trabajo, esfuerzo y notable trayectoria, se ha ganado por derecho propio llegar a estas alturas de campaña manteniendo aspiraciones matemáticas para jugar la Copa. Escasas, pero existentes. La opción más real exige que el Valencia Basket caiga en casa ante el Casademont Zaragoza (17.00 h.) y que los hombres de negro den la campanada en la cancha de los de Sarunas Jasikevicius. Ambas premisas son igual de complicadas, pero los visitantes jugarán con la obligación de intentar cumplir con su parte de la ecuación en un terreno que históricamente ha sido hostil para sus intereses.

Y es que de las 21 ocasiones en las que el Bilbao Basket ha rendido visita al conjunto azulgrana entre duelos de temporada regular y de las eliminatorias por el título, solo ha resultado triunfador en tres, dos de ellas habiendo recurrido a una prórroga. La más recordada, por ser la última y porque conllevó como premio lo mismo a lo que se aspira ahora, la clasificación para la Copa, aconteció en el ejercicio 2019-20, aquel en el que el conjunto de Álex Mumbrú, en su regreso a la élite tras una campaña purgando penas en la LEB Oro, maravilló con un juego y unos resultados muy por encima de las expectativas. En aquella ocasión, el éxito llegó con un ajustadísimo 92-94 final tras la disputa de un tiempo extra. Aquel conjunto vizcaino necesitaba la victoria, sin esperar otro tipo de resultados para poder clasificarse para el torneo del K.O., y la acabó consiguiendo ante los entonces dirigidos por Svetislav Pesic, que lideraban la Liga Endesa con un magnífico balance de 13-3, el mismo que el actual. Axel Bouteille, autor de 20 puntos, Ben Lammers, con 18, Jaylon Brown (13) y Rafa Martínez (12) fueron los referentes ofensivos en una victoria realmente agónica, con Malcolm Delaney tirando a fallar el último tiro libre de la prórroga y Cory Higgins errando el forzado triple final.

La primera victoria vizcaina en el feudo barcelonista aconteció en la campaña 2010-11, aquella en la que los entonces entrenados por Fotis Katsikaris protagonizaron una de las mayores campanadas de su historia clasificándose para la final de la Liga Endesa, en la que fue precisamente el Barça el que les despertó de su sueño con un contundente 3-0. Pero en la contienda de la temporada regular los hombres de negro ganaron, también en la prórroga, por 78-83 tras remontar una desventaja que llegó a ser de doce puntos al descanso. Aaron Jackson firmó ocho puntos seguidos para llegar al tiempo extra y entre el propio base estadounidense y Kostas Vasileiadis acabaron fundiendo la resistencia de Ricky Rubio, Joe Ingles, Roger Grimau, Jaka Lakovic y compañía. La segunda aconteció en el ejercicio 2016-17, el primero de Carles Duran en el banquillo bilbaino, con un 68-76 en el que tuvieron un gran peso específico Álex Mumbrú, Dejan Todorovic y Scott Bamforth.

Las últimas visitas al Palau no han sido, ni mucho menos, tan placenteras. La de la pasada temporada, con los hombres de negro buscando en la penúltima jornada una complicadísima clasificación para el play-off, se resolvió con un contundente 84-62 adverso y hace dos las cosas tampoco fueron demasiado mejor: 82-64. En la campaña 2017-18, la que desembocó en el descenso a LEB Oro, se produjo la derrota más dura para los bilbainos: 90-58.