Política

Pedro Azpiazu: "El pacto con Bildu es importante y puede abrir puertas, pero la cautela es lógica"

Consejero de Economía y Hacienda
Pedro Azpiazu
Pedro Azpiazu

Pedro Azpiazu atendió a este periódico el viernes, justo el día en que salió del confinamiento por coronavirus. El consejero relata que no tuvo fiebre ni malestar, pero sí ha perdido algo de olfato y gusto. "Eso para un vasco es complicado, no poder comer las alubias a gusto", bromea.

Arnaldo Otegi ha rebajado el alcance del pacto, dice que no es un acuerdo en sentido estricto, que solo se abstienen, y hay "más sexo que amor", según ha dicho en Radio Euskadi. ¿Le da la sensación de que para EH Bildu es un pacto a regañadientes y que no está cómoda?

—No sé, cada uno hace su valoración y nosotros hemos hecho la nuestra. Pero yo creo que un acuerdo en el que EH Bildu se abstiene es un acuerdo en toda regla, sabiendo lo que cuestan los movimientos en política. Nosotros lo hemos valorado positivamente. No sé si ahora tienen mal sentimiento, pero tampoco quiero entrar en esa historia. En un momento en el que hay una serie de retos y transiciones sociales, energéticas o digitales por delante, todavía con el coronavirus, y con ciertas incertidumbres económicas, lanzar un mensaje positivo por parte de las fuerzas políticas en torno al Presupuesto es muy importante. Es la manera de hacer política que a mí me gusta. Hacer política para el bien de los ciudadanos e impulsar proyectos que sean de interés general.

Tanto usted como Maddalen Iriarte han rechazado especular con que este acuerdo tenga continuidad en leyes o el nuevo estatus de autogobierno. ¿A qué se debe esta cautela?

—La cautela es lógica. Nosotros hemos alcanzado un acuerdo en el ámbito presupuestario, nos compromete a lo que nos compromete, al Presupuesto de 2022, y creo que tratar de sacar conclusiones más allá entra en el terreno especulativo y no sería propio del consejero de Economía y Hacienda. Yo también he dicho que una puerta abierta es una puerta abierta. Mejor un acuerdo que un desacuerdo, y que un acuerdo pueda abrir otras puertas de futuro. Estamos enormemente satisfechos con el acuerdo presupuestario y, si otros acuerdos vienen, pues vendrán, pero no voy a especular sobre esa cuestión.

Se puede interpretar que no ha mejorado la confianza entre EH Bildu y el Gobierno vasco...

—Es un acuerdo muy importante desde el punto de vista político. No es habitual que haya un acuerdo presupuestario entre el Gobierno y un partido de la oposición. Por eso creo que ha chocado también. No sé qué más lecturas se pueden hacer. Si es un acuerdo importante, hay que tenerlo en consideración.

En los plenos del Parlamento, se habían escuchado intervenciones muy duras de EH Bildu, y se ha pasado en pocos días desde esa confrontación al acuerdo. ¿Qué ha pasado?

—Cada uno tendrá sus propias claves. El Gobierno, desde el inicio, ha querido buscar un acuerdo con todos. Tiene que haber, evidentemente, una voluntad de fondo de las partes para que eso prospere. Creemos que esa voluntad la tenía también EH Bildu.

¿El secreto del acuerdo también puede ser la oferta que le formuló usted a EH Bildu, con puntos que había aceptado en Nafarroa? Parece que a EH Bildu no le quedaba otra que aceptar...

—Nosotros entendíamos que podíamos llegar hasta allí sin comprometer nada raro, y así lo hicimos. No es un argumento menor plantearles lo mismo que en Navarra. Si en Navarra han dicho que sí, tienen complicado decir aquí que no. Eso lo digo intuitivamente, pero lo tendrán que decir ellos. Ofrecimos comprometernos como Gobierno a impulsar allá donde se pueda un salario mínimo que esté vinculado al salario medio en Euskadi. En el alquiler de las viviendas privadas, una vez que tengamos una ley en el Estado, la adaptaremos a Euskadi teniendo en cuenta sus características. Y, por otra parte, en el Órgano de Coordinación Tributaria, vamos a analizar los incentivos y los desincentivos que serían aplicables.

¿El punto del salario mínimo va a tener recorrido? No sé si usted tiene la sensación de que la patronal está en disposición de aceptarlo...

—No estamos presionando ni obligando a nadie. Es una cuestión que le compete al Gobierno de Madrid. No vamos a comprometer ni a sindicatos ni a patronales ni al Gobierno de Madrid para que tomen una decisión en este sentido. Vamos a defender nuestra posición. A partir de ahí, cada uno tendrá su responsabilidad y tendrá que tomar sus decisiones.

Su acuerdo compromete a EH Bildu a no presentar iniciativas que alteren las principales magnitudes de los Presupuestos. ¿Esto implica que el Gobierno vasco, al menos en el próximo año, espera una menor confrontación por parte de EH Bildu en la gestión económica?

—Esta es una cláusula lógica. No tendría sentido que tuviéramos un acuerdo en materia presupuestaria, y después se presentaran iniciativas que vayan en contra de esa política. Tienen libertad para presentar iniciativas en los ámbitos que lo consideren, pero siempre y cuando no entren en colisión con las cuestiones básicas del Presupuesto de 2022.

¿Sería deseable extender el acuerdo a instituciones como el Ayuntamiento de Gasteiz, donde PNV y PSE no tienen mayoría absoluta?

—El Gobierno valora muy positivamente el acuerdo, y otras instituciones tendrán que tomar sus propias decisiones. No me voy a meter.

¿Qué mensaje lanza este acuerdo?

—Un mensaje muy positivo. Teníamos mayoría absoluta, pero queríamos buscar consensos más amplios, de manera que lanzáramos a la ciudadanía el mensaje de que este Presupuesto tiene un consenso mucho más amplio. En tiempo de transiciones, incertidumbres y coronavirus, lanzar ese mensaje de cohesión y fuerza al conjunto de la ciudadanía es positivo. Esa era la motivación.

¿También ha querido proyectar el Gobierno vasco que es capaz de llegar a acuerdos con EH Bildu, ahora que se especula con una alianza de izquierdas que desaloje al PNV?

—Para el Gobierno vasco es positivo tener esa capacidad de llegar a acuerdos. Lo hicimos en anteriores legislaturas con PP y Elkarrekin Podemos, aunque es verdad que necesitábamos votos. Aunque en su día también estuvo relativamente cerca, no habíamos alcanzado ningún acuerdo con EH Bildu, y esta vez lo hemos hecho. Los gobiernos deben buscar acuerdos. Lo hemos hecho con diferentes fuerzas.

La Ley Antipandemia la pactaron con Elkarrekin Podemos-IU, los Presupuestos los han cerrado con EH Bildu... Parecen abocados a la geometría variable.

—La política es esforzarse para buscar acuerdos que beneficien a los ciudadanos. Esa es la política útil.

¿No han encontrado a nadie en la oposición que quiera comprometerse hasta ser un socio estable?

—EH Bildu ya se ha comprometido con este acuerdo de una manera considerable. El PP y Elkarrekin Podemos no lo han valorado de esta manera. El PP sabíamos que no iba a entrar. Elkarrekin Podemos ha vuelto a tener miedo de acercarse al Gobierno.

El PP insinúa que va a haber un frente soberanista y acuerdos sobre un nuevo estatus de autogobierno. Incluso sus socios del PSE deslizan que, si ellos no hubieran estado ahí, usted hubiera pactado más que cifras con EH Bildu...

—Nosotros dijimos desde el principio, con EH Bildu y con los demás, que íbamos a pactar solo en el marco de nuestras competencias y recursos, y no íbamos a ir más allá.No hemos hablado de autogobierno ni de cuestiones ajenas al Presupuesto. Tenemos la conciencia muy tranquila, porque no podíamos, no debíamos y no lo hemos hecho. El Gobierno no ha hablado con ninguno de los partidos de temas que no le corresponden y que no sean estrictamente presupuestarios.

Parecía que Elkarrekin Podemos-IU estaba llamado a pactar estas Cuentas. Tenía una apuesta por dejar su impronta en leyes vascas. ¿Está decepcionado?

—Llevo muchos años en política como para decepcionarme. Nosotros teníamos cierta expectativa. Ellos plantearon cuestiones extremas. Una vez que habíamos hablado ya con ellos sobre qué temas no podían entrar, plantearon otra vez los temas que sabían que eran en principio inaceptables, con el ánimo de romper y no avanzar hacia el acuerdo. Fue su decisión. La respetamos.

¿Cree que Podemos se ha alejado?

—No sé. Hay muchos temas en el Parlamento en los que es posible llegar a acuerdos. Vamos a ver si somos capaces de alcanzar acuerdos en estos temas también. En el Presupuesto no ha sido posible. Es una decisión puntual. Ellos verán cuál es la estrategia que quieren plantear como grupo.

En Podemos se han mostrado dolidos porque usted no ha aceptado la empresa pública de energía y, sin embargo, con EH Bildu ha entrado en el alquiler y el salario mínimo. ¿El Gobierno vasco ha cuidado más a EH Bildu que a Podemos?

—No, en absoluto.La propuesta que ha firmado Bildu la podría haber firmado Podemos si hubiera querido. Podemos planteaba cuestiones que iban más allá, y los compromisos con Bildu no son algo que el Gobierno tuviera problema en aceptar.

Cuando el grupo de Iturgaiz, PP+C's, dice que algunas empresas podrían deslocalizarse porque la fiscalidad es más atractiva en Madrid, ¿hace un planteamiento infundado, o a usted le llega esa preocupación?

—Euskadi es atractiva desde el punto de vista fiscal del Impuesto de Sociedades, la política de I+D+i y por la cercanía de las instituciones. Hemos tenido la oportunidad de ver a Martin Wolf, de Financial Times, diciendo que Euskadi es un país muy atractivo. Acalla las voces simplificadoras que ocultan otros intereses políticos.

También dice el PP que el pacto presupuestario sitúa al PNV en la radicalidad y escorado a la izquierda.

—El Gobierno vasco lleva mucho tiempo donde está, ha ejercido sus competencias y ha desplegado todas las políticas de salud, educación, bienestar social... La preocupación por el débil y por eliminar las desigualdades no sé si es de izquierdas o derechas, pero es lo que el Gobierno ha venido haciendo. Si se le llama izquierda, pues perfecta la izquierda.

¿Se ha desactivado el discurso del rodillo?

—El discurso del rodillo es relativamente falso. Si el Gobierno busca otros apoyos, le puede dar un refuerzo adicional importante para que los ciudadanos vean que tiene capacidad de llegar a acuerdos con diferentes, pero utilizar la mayoría absoluta es utilizar la mayoría que los ciudadanos han dado a este Gobierno.

En la tramitación de los anteriores Presupuestos, la oposición acusó al Gobierno de aplicar el rodillo por no aceptar las enmiendas. ¿Qué pasará ahora con las de Podemos y el PP, con los que no hay acuerdo?

—No tiene ningún sentido que rechacen los Presupuestos, que los pongan verdes políticamente, y que por otra parte crean que se van a tener que aceptar sus enmiendas. Otra cosa es que, como hipótesis, haya alguna cuestión puntual que el PNV o el PSE entiendan que puede ser válida.

¿Tienen noticias de Calviño sobre los proyectos que le presentó el lehendakari Urkullu para acogerse a los fondos europeos?

—No, la verdad es que no tenemos información. Nos preocupa y nos urge, porque nos gustaría que esos proyectos se pusieran en marcha y pudiéramos empezar a poner dineros europeos en funcionamiento para promover la transformación.

¿Tiene buenas sensaciones sobre el dinero que pueden captar por concurso?

—Hemos recibido en torno a 600 millones a través de los ministerios que han repartido por las comunidades diferentes recursos. De la otra posibilidad, esperamos que vengan recursos vía PERTE, y que podamos disponer de ellos cuanto antes. Está pasando 2021 y esperemos que no pase 2022. Nosotros seguiremos llamando a la puerta de Madrid.

¿Habrá que pegar un tajo a las previsiones económicas vascas?

—La contabilidad definitiva del tercer trimestre es un poco mejor que el avance, en crecimiento del PIB y empleo. No quiero tampoco lanzar campanas al vuelo. Es posible que este cuadro esté afectado por la situación española, que está siendo revisada a la baja. Es posible que tengamos que revisar el crecimiento para 2021 a la baja. Pero no va a tener ningún efecto negativo para los Presupuestos. Hicimos unas previsiones de aumento de la recaudación para 2022 muy conservadoras. Los ingresos van a permitir cubrir los gastos del Presupuesto sin ningún problema. Podremos gastar sin mayor dificultad.

2021-12-06T09:57:02+01:00
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