A las diez en el edificio Korta (Campus de Ibaeta de la EHU). Estas son las coordenadas de la cita con Fernando Cossío (San Martín de Vilafufre 1960), Premio Euskadi de Investigación 2020, catedrático del Departamento de Química Orgánica I de la EHU y director científico de la Fundación Vasca para la Ciencia (Ikerbasque). Una pieza de jazz suena de fondo en el despacho que se puede esperar de un referente internacional de la química bioorgánica y modelización molecular. Montañas de papeles siguiendo su propio orden, una fórmula escrita en una pizarra Vileda, objetos personales.
La razón de la entrevista es charlar sobre el Informe de la Ciencia en Euskadi 2025 que se presentó la semana pasada. Pero teniendo en cuenta que a escasos 200 metros del despacho está el supercomputador cuántico IBM Quantum System Two, el más potente y avanzado de Europa, parece hasta lógico que lo que se planteaba como una entrevista de cortesía acabase en un viaje por esquinas de la ciencia que no se conocen si no formas parte de ese mundo. Con el tiempo aprendes que preparar el guión de una entrevista para según y qué personas es un trabajo en vano. Solo sirve, si acaso, para tener un seguro de vida por si la conversación de atasca. En ocasiones, sobre todo con personas ajenas a la cosa pública, son las respuestas las que te llevan a las preguntas, y no al revés. Esta es una de esas ocasiones.
Salimos del edificio Korta y caminamos unos pasos hasta la sede de Ikerbasque en Donostia para hacer las fotos con el monstruo cuántico. Es una especie de cubo metálico brillante que no emite vibración alguna. Sólo se percibe que está en funcionamiento por un leve zumbido ambiental que proviene del criostato, lo que mantiene el ordenador a 273 grados bajo cero mientras que la sala blindada que lo alberga se encuentra a 22 grados. Su velocidad de cálculo se mide en life times, es decir, en la vida media de una persona. Para hacerse una idea, hay cálculos que precisan más de 100 años para obtener un resultado y con este ordenador es cuestión de meses. Tiene una potencia de cálculo de 156 cúbits, ni idea de lo que significa. Lo que sí sé es que “permite abordar problemas que antes no se podían resolver”.
El ordenador cuántico IBM Quantum System Two de Donostia.
Frente a un panel de control, Cossío explica la actividad en tiempo real de los miles de usuarios de los 175 países que forman parte de la plataforma de IBM Quantum. Pero, ¿cuántos de todos estos laboratorios y empresas están conectados a Donostia? Cossío aprovecha que pasa por ahí Javier Aizpurua, el director científico del Basque Quantum, para rebotarle la duda. Aizpurua responde con gran amabilidad a la encerrona bajo la atenta mirada de su jefa de prensa. Aizpurua tiene una agenda apretada, acaba de atender “a una televisión de Madrid” y le aguardan otras tres entrevistas agendadas en el día. Así es la expectación que ha levantado el ordenador cuántico.
Aizpurua habla abiertamente sobre la criatura. “En remoto hasta octubre teníamos 10 slots, que son 10 unidades al mes de computación. En mayo ya habíamos llegado al 80-90% y en octubre cuando se inaugura el ordenador los grupos hacen la migración y ya empiezan a calcular aquí “. En casi dos meses de funcionamiento, dice, “se ha doblado la capacidad de 10 a 20 slots in situ y ahora se están usando 5 slots. El ordenador está como a un cuarto de la capacidad”. En estos momentos, dice, “tenemos del orden de 10 grupos de investigación calculando y hay otros en cola. Son grupos asociados a la Red Vasca de Ciencia y Tecnología, grupos de los centros de excelencia, de los centros de investigación cooperativa, de las universidades y de los centros tecnológicos”. En la actualidad, 23 entidades han firmado un acuerdo de acceso al ordenador cuántico y computación a través Ikerbasque. Gracias a ese acuerdo cualquiera de los investigadores con un algoritmo preparado puede enviar el trabajo.
¿Para qué tipos de proyectos se está usando el ordenador?
—Hay de todo. Por ejemplo, en mi equipo hacemos química computacional, cálculos con estructuras químicas para diseñar moléculas bioactivas que pueden ser útiles como fármacos. Tenemos que modelizar, por ejemplo, un receptor biológico que trabaja con proteínas con las que interacciona una molécula que queremos que inhiba. O sea, si esta proteína hace unas cosas, nosotros le ponemos un inhibidor y ya la proteína no puede hacer eso. Entonces, una célula cancerosa activa proteínas para que hagan cosas que no deben. Lo que hacemos es bloquear ese potencial. Pero para eso necesitamos tener un mapa de dónde están los átomos y los electrones del receptor. Y claro, esos son cientos de aminoácidos. Para cada aminoácido tienes bastantes átomos. Y para cada átomo tienes tres coordenadas, X, Y y Z. Para cada coordenada tienes un número de electrones.
No puedo ni visualizar el esfuerzo.
—Contar con esta capacidad de cálculo puede suponer no abordar problemas o poderlos abordar. Hasta ahora hay cosas que simplemente no atacábamos. Sí lo hacemos, pero utilizamos unas aproximaciones muy fuertes. Cuanto más grande es el problema, más tienes que aproximar. Hacer suposiciones.
Dice que igual el objetivo está a su alcance.
—Eso es. Hasta ahora lo que hacemos es, computacionalmente, sistemas modelo esperando que, si lo hemos hecho todo bien, cuando hagamos el sistema real, el modelo se reproduzca razonablemente bien. Ahora no, ahora podemos meter el problema tal como es. Sin hacer suposiciones. Entonces, los avances que se pueden dar en el ámbito de la lucha contra el cáncer son increíbles, pero tampoco quiero decir que merced a esto vamos a curar el cáncer. No. Si le pregunta al físico Javier Aizpurua del BERC Materials Physics Center, en el área de Nanofotónica, te dirá que está haciendo ahora cosas que hace unos años no se podían hacer. Y si hablas con gente que investiga en materiales, ahora están haciendo cosas que antes no se podían hacer.
Fernando Cossío durante la entrevista en la sede de Ikerbasque.
De alguna manera, están en un punto refundacional de sus carreras.
—Sí, esta fue la idea del Gobierno vasco. Decían: “Queremos hacer algo disruptivo, no incremental”. Es decir, si yo tengo un ordenador clásico de ceros y unos y hago uno más grande, sólo tendría un ordenador más grande pero hago un desarrollo incremental. Pasar de ceros y unos a cúbits es un cambio disruptivo y el Gobierno vasco rápidamente vio la oportunidad.
El IBM Quantum System Two es el más potente de Europa y el tercero del mundo, después de los otros dos que la compañía tiene en Estados Unidos y en Japón. Supongo que no fue fácil convencer al gigante americano para ubicar en Donostia su criatura más preciada y no llevarla a otro estado de EEUU o a países bandera como Reino Unido o Francia.
—Claro. Ahí el papel clave lo han jugado el consejero de Ciencia, el viceconsejero, la directora de Investigación del Gobierno vasco y el propio gerente de Ikerbasque Mikel Arocena junto con los respectivos abogados. Ha sido un proceso muy complejo, tanto para nosotros, como para la propia compañía IBM. Todos estamos interesados en que salga bien. ¿Por qué Donostia? Digamos que Euskadi aprobó el examen. Aquí tenemos recursos económicos, infraestructuras, una comunidad científica bien desarrollada, unas ganas enormes de sacar el proyecto adelante, un entorno tecnológico-empresarial adecuado, una Facultad de Informática, centros de física como el DIPC, etc. Todo esto crea un tejido científico-tecnológico en el que esto puede florecer. Si pones una planta en un desierto, necesitas que haya un sustrato en el que pueda florecer.
“ Las negociaciones con IBM para traer a Donostia el ordenador cuántico fueron complejas, pero Euskadi pasó el examen ”
¿Ha sido un punto de inflexión en la proyección de Euskadi en la industria de la ciencia?
—Sí. Se suele decir que la investigación básica produce resultados que luego se transfieren a la tecnología. Esto es cierto. Pero también sucede que la tecnología permite hacer avances en investigación básica. Esa imagen de Einstein en su despacho escribiendo ecuaciones en una hoja de papel se sigue dando, pero hoy en día ya no es la forma fundamental de hacer ciencia. Para hacer ciencia necesitamos infraestructuras cada vez más potentes para abordar problemas que de otra forma sería imposible, siquiera de forma aproximada. Disponer de infraestructuras, además del clima científico y del apoyo institucional decidido hace que de repente seas muy atractivo. Estás en el radar cuando dices que allí tienen un ordenador cuántico o tienen un criomicroscopio electrónico que permite averiguar estructuras reales. Entonces, yo quiero ir allí. En tal congreso o en tal publicación he trabajado con gente del País Vasco; o me gustaría pedir una plaza Ikerbasque para incorporarme yo también un proyecto X; o soy una persona que se ha formado en Euskadi, que me he pasado 10 años por ahí en centros de primer nivel, y ahora me gustaría volver.
Fernando Cossío enseñando el ordenador cuántico desde arriba.
O sea, que esto va así, no es solo cuestión de pasta sino también de posibilidad de crecimiento profesional.
—Como anécdota, le diré que hace unos años estábamos negociando con un investigador de EEUU y le enseñamos lo que teníamos en Miramon, en Euskadi. Y dijo que para hacer las medidas de todos los equipos que le había enseñado, allí tenía que tomar dos aviones. Y aquí lo tenéis todo en un entorno relativamente próximo. Entonces, claro, el nombre estaba asombrado.
Lo que dice guarda relación el hecho de que seamos la comunidad que más fondos europeos capta. Lo que más me sorprendente es que veamos esta posición de liderazgo con total normalidad. ¿Euskadi ocupa la posición en el mundo de la ciencia que nos corresponde por tamaño y capacidad?
—Iñako (el consejero Juan Ignacio Pérez Iglesias) dijo algo que es muy importante. Y es que los resultados que ofrecemos son diez veces los que cabría esperar por nuestro tamaño. No el doble, no el triple, diez veces.
¿A qué se debe?
—A una combinación de muchos factores. En Euskadi, por su tradición industrial, hay una clara conciencia de que hacer cosas nuevas es muy importante. Si te limitas a hacer lo que hacen todos, pues se irán a donde se hace más barato. Tú tienes que ofrecer cosas que los demás no ofrecen y para eso tienes que innovar constantemente, para que te compren a ti y no a una empresa china. Aunque eso ya cada vez menos, están espabilando. Aquí hay una cultura derivada de este pasado y presente industrial en los que la innovación, cambiar las cosas, hacer cosas nuevas, es muy importante. A raíz del autogobierno, se comenzaron a crear instituciones científicas y científico-tecnológicas que incrementaron este desarrollo y, a su vez, se incrementaron las transferencias. En la mentalidad social nuestra, nadie cuestiona que haya que invertir en laboratorios, en grandes equipos, porque eso te permitirá hacer cosas nuevas. En ese sentido, hay una cultura transversal de la investigación que permea todos los elementos de la sociedad. En otras partes no es así.
“ Los avances que se pueden dar en el ámbito de la lucha contra el cáncer son increíbles, pero no quiero decir que merced a esto los vamos curar ”
Y, sin embargo, a pie de calle sigue habiendo una gran distancia con lo científico.
—Sí, sí. Es difícil entrar en los detalles profundos. Etxenike (Pedro Miguel Etxenike, fundador y presidente de Donostia International Physics Center (DIPC)) dice que es un poco como la música. Tú puedes disfrutar de la música sin saber armonía, contrapunto y solfeo en sus detalles. El no saber los detalles técnicos no te impide disfrutar. En el caso de la ciencia, obviamente, conocer todos los detalles, todo el entramado de conceptos, ecuaciones, es muy difícil. Incluso entre los científicos conocemos unas áreas y no conocemos otras. Esto es normal, pero la fascinación por el hecho de saber yo creo que es algo intrínseco. Los niños están todo el día preguntando. Eso con el tiempo se pierde, pero yo creo que en una parte importante de la sociedad este ansia de saber se mantiene. Y sobre todo, también se perciben los beneficios de este conocimiento.
Productos sin los que no podríamos sobrevivir: móvil, ordenadores, medicinas, volar...
—Pensemos que nuestros bisabuelos, una enorme cantidad de los niños morían antes de los 5 años. Hoy en día, si alguna vez sucede esto, nos horrorizamos. Louis Pasteur vio morir a la mayoría de sus hijos. Y era la élite científica de Francia. También es verdad que han irrumpido, y esto sí que es una gran novedad, factores anticientíficos.
Terraplanistas y creacionistas...
—El terraplanismo es una tontería más o menos inofensiva, los antivacunas es otra tontería pero extremadamente peligrosa. Cuando Fleming descubre la penicilina le consideramos un benefactor de la humanidad y tenemos aquí en La Concha un monumento a Fleming. Los que ahora descubren vacunas contra la COVID necesitan escoltas. En ese sentido, hay unas fuerzas oscuras, terribles, que están acechando. Son minoritarias pero ya veremos. Cuando ves lo que está pasando en Estados Unidos y aquí también con movimientos vinculados a la irracionalidad, es algo preocupante. Y ahí cobra especial importancia la labor tanto de los científicos como de los medios en divulgar, comunicar el conocimiento sin necesidad de entrar en los detalles. O sea, para saber más o menos cómo funciona un GPS no necesitas saber mecánica cuántica ni relatividad.
Fernando Cossío frente al panel de actividad de la plataforma mundial de IBM Quantum.
Disculpe que regrese al Quantum System Two. La UE está invirtiendo cientos de millones de euros en una estrategia para crear un ecosistema propio de Inteligencia Artificial (IA) para garantizar la soberanía sobre los datos y la seguridad. ¿La apuesta vasca por el gigante yanqui y la estrategia Draghi son compatibles?
Sí. En ámbitos en los que el desarrollo rápido es importante, es necesario tener al aliado más conveniente para cada cosa. No es lo mismo un ordenador cuántico que un cazabombardero o un misil. En el caso del ordenador cuántico es interesante tener el sistema más avanzado en ese momento, más disponible y más extendido por el planeta para tener un trabajo en red. Pero no olvidemos que ese es el punto de partida. Lo importante no es el ordenador cuántico, es qué hacemos con el ordenador cuántico. Lo que hagamos con el ordenador cuántico depende exclusivamente de nosotros. En ese sentido, la soberanía científica la mantenemos.
“ Pasar de ceros y unos a cúbits es un cambio disruptivo y el Gobierno vasco rápidamente vio la oportunidad ”
Muchas voces sostienen que en la revolución de la Inteligencia Artificial (IA), Europa ni está ni se la espera.
Hay dos aspectos. Uno, el derivado de las empresas que desarrollan estas tecnologías. El músculo financiero y la flexibilidad que ofrece Europa son mucho menores que lo que ofrece Estados Unidos. Nosotros hace poco colaboramos con un grupo de BioGipuzkoa sobre un tipo de cáncer, el colangiocarcinoma (CCA). Se organizó un seminario y vino la presidenta de la Asociación Norteamericana para combatir el CCA. Le contamos nuestros proyectos, nuestras publicaciones, la patente que teníamos ya en marcha. Y ella nos preguntó, ¿cuántas empresas les han apoyado? Y dijimos, ninguna. La mujer no se podía creer que todo el apoyo financiero venía exclusivamente de administraciones públicas, europeas, españolas y vascas. A ella no le entraba en la cabeza. Ella opinaba que esos resultados eran más que suficiente para conseguir financiación privada.
¿Por qué en Europa no hay esa cultura de inversión privada, a no ser que haya un retorno de la inversión muy claro y a muy corto plazo?
Hay muchos factores. En el caso europeo, el hecho de publicar algo destruye la propiedad industrial. Es decir, si yo publico un trabajo en ‘Nature’, pues está muy bien, tienes todos los parabienes académicos. Pero en el momento en que publico, he destruido toda la capacidad que pueda tener de explotarlo. Entonces, claro, si yo me voy a una empresa y digo «mira qué artículo más bonito hemos publicado», ya sí, sí, pero...
… Los resultados son de dominio público.
Efectivamente. En cambio, en Estados Unidos tienes un año para patentar después de haber publicado. Eso cambia las cosas completamente, porque después de publicar yo tengo un año para patentar. La publicación no ha destruido automáticamente la propiedad industrial. Solamente por ese disparo en el pie que nos hacemos los europeos, ahí tienes ya un origen claro a su pregunta.
“ Disponer de infraestructuras, además del clima científico y del apoyo institucional decidido, hace que de repente seas muy atractivo ”
Hasta a mí me parece obvio que deberían de darle una vueltita a esa política, porque no solo es anticompetitiva, sino que además desincentiva la labor investigadora.
En nuestro caso, lo que hicimos fue patentar primero y publicar después. Eso supone que la persona que estaba haciendo la tesis doctoral sobre eso no podía publicar nada, no podía presentar nada en ningún congreso. Era aparentemente, “oye, tú no estás haciendo nada”, cuando había hecho un trabajo magnífico.
Me olvidaba, ¿cómo acabó el compuesto de Quimatryx contra el cáncer?
Se creó una empresa spin-off que adquirió la empresa guipuzcoana Qimatrix. Suscribió un acuerdo con una compañía china y están ya a punto de empezar la fase 1 de ensayos clínicos con pacientes humanos. Es un proceso realmente muy engorroso. Es decir, si te metes en esto, sobre todo las personas que son muy jóvenes, se va retrasando todo.
Pues en la cultura del ‘Publish or perish’ (publica o perece) tiene que ser terrible.
Es muy complicado.
Fernando Cossío en la sede de Ikerbasque.
El exrector de la EHU, Iñaki Goirizelaia, lamentaba de que debido al sistema de contratación funcionarial que rige en la Universidad pública no se podía fichar a un profesor determinado o a un Premio Nobel, como se hace fuera del Estado. Ikerbasque ha sido la puerta de entrada de científicos y científicas de prestigio en la EHU. ¿La futura Ley vasca de Universidades debería contemplar esta forma de contratación?
Sí, de hecho, tanto el Gobierno vasco como las universidades se han esforzado en compatibilizar e integrar estos esquemas. No ha sido siempre fácil, pero hay una voluntad por todas las partes de acoplar todos estos sistemas y optimizar la incorporación de gente nueva en el marco Ikerbasque. En ese sentido, lógicamente, yo no sé los detalles, ni lo que van a hacer desde el Gobierno, pero estoy absolutamente convencido de que este factor dinámico de incorporación de investigadores Ikerbasque será contemplado.
“ Los que ahora descubren vacunas contra la COVID necesitan escoltas. Hay unas fuerzas oscuras, terribles, que están acechando ”
Una variable que ha sido constante en todos y cada uno de los ‘Informes sobre la Ciencia en Euskadi’ es la brecha de género, la masculinización del sector.
No solo nosotros, también las universidades están mejorando a marchas forzadas. Tenemos claro que el salto se produce después del doctorado. En la educación universitaria, los másteres y los doctorados prácticamente tenemos la paridad o incluso mayor proporción de mujeres. Entramos en una época de nuestras vidas en la que empezamos a planificar nuestro futuro. Tenemos relaciones de pareja, pensamos qué vamos a hacer, dónde vamos a ir, si vamos a tener hijos, etc. Y ahí empiezan muchas variables a entrar en juego. Yo he conocido a una investigadora muy brillante que se fue de hacer estudios postdoctorales a Dinamarca y allí tuvo dos hijos. Esta es una mujer extremadamente capaz y valiente. Pero claro, no podemos exigirle a todo el mundo que sea extremadamente capaz y valiente. Yo creo que la igualdad se consigue cuando personas normales tienen las mismas oportunidades independientemente de si son hombres o mujeres.
¿Y cómo se revierte el efecto tijera que se produce precisamente cuando empiezas a escalar?
En Ikerbasque hemos comprobado que si tú lanzas una convocatoria buscando investigadores jóvenes, tus posibilidades de atraer investigadoras brillantes son muy altas. En esas convocatorias ya estamos alcanzando la paridad. Pero si hacemos convocatorios para gente más senior, ahí el daño ya está hecho. Ahí, el número de candidatas que tenemos es bastante inferior al número de candidatos. Esta fue una de las razones que nos llevaron a lanzar campañas para atraer investigadores jóvenes. Y esto así lo comunicamos en Bruselas y nos cofinanciaron precisamente por esto. Porque sosteníamos, y el tiempo ha demostrado que teníamos razón, que si hacíamos convocatorias para investigadores jóvenes, la proporción de investigadoras rápidamente aumentaría.
¿Y las universidades?
También han hecho un esfuerzo muy grande. Se han movido rápidamente en la dirección correcta. Deusto prácticamente tiene la paridad. Y la EHU también hasta el nivel de profesoras titulares. Ya si vamos a catedráticas y profesoras eméricas, la proporción baja. Eso es lógico, hace 15 años había muchas menos profesoras titulares. Pero ahora si miramos las habilitaciones a catedrático, prácticamente ahí tenemos la paridad. Es decir, tenemos candidatas a catedráticas tantas como candidatos a catedráticos. Con lo cual, yo confío que con el tiempo esto se irá aproximando.
Cossío en el Basque Quantum.
¿Y en los centros de investigación ?
Otra es lo que sucede en los centros de investigación y tecnológicos vinculados a empresas. Que no olvidemos que en Euskadi este sector es muy importante. Es casi la mitad. Buena parte de esa investigación técnica, tecnológica, está muy centrada en determinadas ingenierías y en otras tradiciones. Y lógicamente, sobre esos ámbitos de la empresa privada es difícil incidir. Estoy seguro de que ellos consideran la cuestión, pero es un problema difícil que les requerirá tiempo. Pero en la I+D que está, de alguna forma vinculada a las administraciones públicas, se está avanzando a buen ritmo hacia la paridad.
“ Los resultados en investigación que ofrecemos son diez veces los que cabría esperar por nuestro tamaño. No el doble, no el triple, diez veces ”
Ikerbasque formará parte de la arquitectura institucional del Centro de Estudios Avanzados, una especie de universidad de excelencia con los y las mejores investigadoras impartiendo clase que pretende poner en macha el Gobierno vasco. ¿Qué le parece este proyecto?
La idea es buena, es muy buena. La implementación lógicamente va a ser compleja, pero el reto es muy interesante. Estoy de acuerdo con un Nobel de Química que nos suele visitar bastante que dice que está convencido de que ha llegado a ser un buen investigador porque ha sido profesor. Es decir, no debería haber la dicotomía enseñar versus investigar siempre y cuando se alcance un equilibrio y un compromiso adecuado con ambas actividades.
¿Y por qué cree que lo dice?
El investigador que da clase, que comunica a otros, es muy probable que sea todavía mejor investigador. Y el docente que investiga, sin duda, será mejor docente. Por tanto, este proyecto es muy ambicioso y muy interesante y tiene sus complejidades. Pero una de ellas no debería ser la supuesta contraposición entre docencia e investigación. Las dos tienen que interaccionar. Entonces, si nos basamos en la confianza y en la calidad, el proyecto sin duda será un éxito.