El Gobierno vasco encauza las tensiones dentro del pacto educativo

Para la mayor parte de los firmantes del acuerdo educativo, el malentendido que pudo provocar el diálogo presupuestario del Gobierno vasco con el PP ha quedado atrás. A mediados de noviembre, Elkarrekin Podemos-IU amagó con no apoyar la futura Ley de Educación tras conocerse que el Ejecutivo había puesto sobre la mesa de la negociación presupuestaria de PP+C’s la concertación de las aulas de niños de dos años. El grupo de Miren Gorrotxategi amplificó la noticia como si fuera una novedad, cuando en realidad no lo era y ya se había publicado en una orden de junio y un decreto de noviembre y, además, la intención del Gobierno vasco era poder exigir compromisos a esas aulas a cambio de su concertación y de recibir dinero público, para que se comprometieran a escolarizar a niños de colectivos vulnerables. EH Bildu no llegó a amagar con un desmarque de la ley y ha evitado caer en las estrategias de escenificación pública, pero solicitó una reunión urgente de la comisión de seguimiento del pacto. Consideraba que se habían generado desconfianzas por el hecho de haber realizado un planteamiento educativo al PP, el único partido, junto a Vox, que está fuera del acuerdo de bases.

El consejero Jokin Bildarratz ha mantenido contactos discretos que, por lo pronto, han despejado las dudas y han favorecido de manera notoria y visible que EH Bildu pueda mantener un posicionamiento prudente. Con EH Bildu, que fue quien pidió la reunión y es el principal partido de la oposición, la situación sí parece encarrilada o, al menos, hay una coincidencia entre las partes a la hora de gestionar este acuerdo con delicadeza y discreción. La coalición abertzale formó parte de la negociación del acuerdo de bases desde el primer momento, representada por Ikoitz Arrese, y ha reivindicado como un logro la incorporación de cuestiones como las condiciones fijadas para la escuela concertada (laicidad, fin de todo tipo de segregación, etc). Desde el Departamento de Educación confirman que han hablado “con todos” los grupos y que existe un diálogo “permanente”. “Hay reuniones de la comisión de seguimiento cada trimestre, y se llevarán a cabo”, recalcan a este periódico. Otras fuentes conocedoras de la situación añaden que, al margen de la comisión de seguimento, se producen reuniones semanales con la consejería, aunque se ha optado por no darles publicidad.

No se ha vuelto a agitar en público la idea de convocar la comisión de seguimiento y, aunque impera la discreción sobre los contactos, se desliza que se han producido avances que no han trascendido en los medios de comunicación, según diversas fuentes. De la alianza PNV, EH Bildu, PSE y Elkarrekin Podemos-IU, solo este último mantiene las espadas en alto. Dice que nada ha cambiado y que el Gobierno vasco “no ha corregido sus intenciones”. La convocatoria de dos jornadas de huelga por parte de ELA, LAB y Steilas, así como las tensiones dentro del propio grupo parlamentario, con una IU que se resiste más al acuerdo con el Gobierno de Urkullu, rodean de incertidumbre la posición política que pueda tener el grupo de Gorrotxategi cuando la Ley de Educación se remita al Parlamento en el primer trimestre del año que viene.

El Gobierno vasco asumió desde el primer momento que alcanzar y mantener el pacto educativo iba a ser una tarea compleja y muy delicada, y el tiempo ha demostrado que cualquier cuestión puede ser un detonante o puede ser también utilizada desde otros ámbitos para añadir tensión al acuerdo. El Ejecutivo recibió de puertas adentro con sorpresa y de manera muy crítica la polémica que se generó con la negociación presupuestaria, aunque parece que el malentendido se ha superado, al menos, por parte de EH Bildu.

Podemos-IU: "No han corregido sus intenciones"

Desde Elkarrekin Podemos-IU aseguran que no se les ha llamado para participar en una reunión de la comisión de seguimiento, pero no pueden confirmar ni desmentir si ha habido contactos informales. Niegan que haya una contradicción entre sus críticas a la concertación de aulas de dos años, y el hecho de que ellos mismos preguntaran al consejero en septiembre en el Parlamento por qué no las había concertado aún. “Hicimos esa pregunta para saber en qué punto estaba la actuación de la consejería”, dicen. A su juicio, el Gobierno vasco está dando por superadas unas tensiones que el propio Ejecutivo “ha generado” haciendo una oferta sobre la escuela concertada a un partido, el PP, que no forma parte del pacto. La negociación con el PP se rompió sin acuerdo, aunque la idea de la concertación se mantiene porque va en sintonía con el pacto educativo. “Nuestra posición no ha cambiado, porque no han corregido sus intenciones”, zanjan.

Con discreción

En una entrevista concedida a Radio Euskadi, a Bildarratz se le preguntó este jueves de manera expresa si ha reunido la comisión de seguimiento como pide EH Bildu. El consejero midió sus palabras para no revelar nada que pudiera incomodar a los socios del acuerdo. “Nos reunimos con asiduidad”, dijo, para añadir que la discrepancia surgida en torno a la negociación presupuestaria “está encaminada”. “Dialogar e intentar acuerdos, siempre lo voy a hacer de manera discreta. Hemos hablado de la comision de seguimiento y de cómo gestionarlo. Lo voy a dejar ahí”, aseguró. El consejero añadió que el calendario “no es público”, aunque se pactó como principio general que la comisión se reuniera cada tres meses durante los dos primeros años.

¿Quería decir el consejero que se ha destensado la relación con Elkarrekin Podemos-IU? No quiso ir tan lejos, y aclaró que el acuerdo “no se puede romper, porque está firmado; lo que hay que ser es garante”. “Nos vamos a tener que entender y solventar dudas. Estamos estableciendo el futuro de la educación, es algo troncal. Tender la mano y ser lo más prudentes posible porque nos debemos a este país, al alumno y las familias”, dijo, para apostar por una educación “equitativa y de calidad”. La aprobación de la Ley de Educación en Consejo de Gobierno la situó en el primer trimestre del año, aunque no pudo dar una fecha concreta porque se tiene que pactar con los agentes y debe ser respetuosa con las bases del acuerdo.

Fuentes conocedoras de la situación aseguran que la comisión de seguimiento se ha reunido, tiene un calendario para próximas reuniones y el Gobierno vasco está presentando en esos encuentros las órdenes y decretos que tiene que poner en marcha, con la intención de aclarar dudas y recoger las aportaciones de las partes.