El Gobierno Vasco va a impulsar la actualización de la ley de Servicios Sociales. El departamento de Bienestar, Juventud y Reto Demográfico que encabeza Nerea Melgosa cree necesario actualizar la norma que data de 2008 para adaptarla a la nueva realidad social.
El Ejecutivo ha llegado a la conclusión de que hay que reformar la ley después de haber impulsado durante el último año la revisión exhaustiva del Decreto de Cartera de Prestaciones y Servicios del Sistema Vasco aprobado en 2015 y que es la normativa en base a cuál giran todas las prestaciones sociales.
En Onda Vasca, la directora del Órgano de Alta Inspección de Servicios Sociales, Lide Amilibia, ha explicado que en la revisión, en la que han participado 225 personas, ha llegado a la conclusión de que aunque el decreto ha supuesto una transformación profunda y una mejora en el acceso a los derechos sociales, todavía hay margen de mejora, y es necesario adaptarse a las nuevas necesidades de una sociedad cambiante. Y el Ejecutivo considera que esta transformación profunda solo puede realizarse a través de una reforma de la ley.
Adaptarse a la sociedad actual
El análisis arroja que hay que impulsar modificaciones profundas para que la Ley de Servicios Sociales se adapte a la nueva realidad social con una población mucho más envejecida, o que recoja los nuevos derechos de la infancia, la juventud o las mujeres.
"Hay que adaptarse al envejecimiento de la población, y a otras cuestiones como la violencia machista, o los derechos que han ganado la infancia, la adolescencia las personas con discapacidad. Desde 2008 tienen regulaciones propias que ahora hay que llevar a la Ley de Servicios Sociales. Un ejemplo es que no es lo mismo la atención que ahora se presta a a las mujeres víctimas de violencia machista o a niños y niñas o a las personas con discapacidad a las que prestábamos en 2008. Hay una serie de derechos que tenemos que recoger en la en la en la Ley de Servicios Sociales", ha explicado Amilibia.
Lograr mayor flexibilidad
La revisión del decreto también ha incidido en la necesidad de ser más flexible en la prestación de servicios sociales. "Estamos compartimentando en todo momento. Solo metemos a las personas en una casilla y la realidad es diferente. Las personas normalmente tienen diferentes aspectos que les van influyendo en su día a día. Una persona con discapacidad puede ser migrante, una persona con dependencia, puede ser víctima de violencia machista, una persona en exclusión puede tener dependencia. Entonces, el compartimentar tanto también trae luego dificultad a la hora de poder prestar el mejor servicio", ha explicado.
Además, Amilibia ha señalado que los servicios sociales tienen que tener una financiación mayor y aprovechar las oportunidades que deja la digitalización. No obstante, la