Al preguntarse uno mismo acerca de cuál es el lugar en el que más tiempo pasa cada día, la respuesta es posiblemente la cama. A grandes rasgos, son alrededor de ocho horas de forma diaria debajo de las sábanas, muy similar al tiempo que dura una jornada laboral. Por este motivo, se puede decir que tanto la cama como la oficina (o el respectivo lugar de trabajo según el oficio) son los dos lugares que mayor tiempo del día abarcan en la vida de una persona.
Así, es de suma importancia mantener una estabilidad y un cuidado en cada uno de ellos. En lo que se refiere al trabajo, es bien sabido que es crucial mantener una buena relación con los compañeros para así hacer más llevadera la semana y evitar todo tipo de encontronazos que pueden repercutir en mayor o menor medida en el rendimiento laboral.
Con la cama y las sábanas ocurre lo mismo. Es primordial cambiar estas últimas con cierta frecuencia, además teniendo en cuenta que la llegada del verano y las altas temperaturas hacen del sueño una experiencia en la que la posibilidad de sudar aumenta. En caso de no hacerlo, las consecuencias pueden repercutir en la salud de las personas.
El farmacéutico en redes sociales, @farmaceuticofernandez, ha compartido recientemente una publicación en la que explica la frecuencia ideal en la que hay que cambiar las sábanas para así mantener una higiene sobresaliente.
Frecuencia del cambio de sábanas
El farmacéutico asegura que hay muchas personas que no cambian las sábanas demasiadas veces. Y esto puede suponer que se acumulen en los tejidos células muertas, sudor, grasa, polvo, cabellos y ácaros. Todo esto aparece simplemente por el hecho de pasar horas durmiendo cada día rodeado de las sábanas.
Obviamente, al cambiar las sábanas con la frecuencia recomendada, la acumulación de estos restos humanos no va a ser la suficiente como para generar consecuencias en la salud de las personas, ya que no va a convertirse en el hábitat perfecto para hongos y bacterias.
¿Pero cada cuánto hay que cambiar las sábanas entonces? Lo común es hacerlo una vez a la semana o cada 10 días. Franja que puede reducirse a los tres o cuatro días en caso de compartir cama con una mascota como un perro o un gato o, por el contrario, si uno ha estado enfermo recientemente o ha sudado tras pasar una calurosa noche de verano. Sobre este último aspecto, el farmacéutico remarca que no es suficiente con abrir la ventana por la mañana para ventilar la habitación.
Consecuencias
En caso de no cambiar las sábanas con esta frecuencia, el farmacéutico alerta de los posibles peligros que se puedan generar. Desde piel irritada hasta picor de ojos, problemas respiratorios o mal olor, las consecuencias pueden ser todavía mayores en personas con alergias diversas. El cuerpo humano necesita dormir correctamente para su óptimo funcionamiento. No hay nada mejor que hacerlo de forma limpia para también mantener una higiene excelente. Por todo ello, no olvides cambiar las sábanas una vez por semana. Y con la llegada del verano y las altas temperaturas, con cuanta mayor frecuencia mejor.