Polideportivo

El camino sin fin de Valverde

Valverde se impuso en el O Gran Camiño tras superar a Woods en la última crono.

La simbología catalizó el final de O Gran Camiño, que para Alejandro Valverde no tiene fin. El ciclista infinito que reta las leyes de la física y de la biología –41 años reverberan en su interior y surcan los paisajes de una cartografía de arrugas– conquistó la carrera gallega en su nacimiento. Fue su victoria 133 en el profesionalismo. El inicio de O Gran Camiño en el calendario ciclista fue para el inagotable Valverde, capaz de desbancar a Michael Woods bajo el peritaje del reloj.

El canadiense disponía de una renta de 10 segundos sobre Valverde antes de encarar una crono de 15 kilómetros en Sarria. Resultó insuficiente. Valverde le volteó. El tiempo pertenece al murciano, que no envejece del todo. Vive suspendido en un ocaso que no acaba de llegar. En el último curso de su vida deportiva brindó otro triunfo.

Mark Padun, vencedor de la contrarreloj, no festejó demasiado su logro. Sentimientos encontrados. Padun es ucraniano. "No puedo estar completamente feliz por todo lo que está sucediendo. Lo máximo que puedo hacer desde aquí es mandar un mensaje a mis compatriotas, que sean fuertes", dijo el ciclista, reivindicativo.

Su mente estaba en su país, su corazón, junto a sus compatriotas, que están sufriendo el abuso delirante de Putin, que ha invadido Ucrania. La guerra, que es el horror, no conoce fronteras. Llegó hasta Sarria, en Galicia. A Padun le dio coraje para imponerse en la crono de 15 kilómetros y adentrarse en el podio, del que se cayó Sosa, atravesado por las manecillas del reloj.

Ion Izagirre, cuarto en la etapa, dio un respingo y accedió a la sexta plaza. Igor Arrieta, una de las sensaciones de la carrera y el mejor de los jóvenes, finalizó séptimo. Para Urko Berrade, compañero de equipo de Arrieta en el Kern Pharma, fue el octavo lugar. En ese escenario, Valverde encontró la senda al triunfo a través de una crono que se adaptaba más a él que a Woods, al que el litigio contra el reloj le supone una incomodidad manifiesta.

UNA CRONO CON EMOCIÓN

En un recorrido sinuoso, aderezado por curvas y carreteras estrechas, Valverde se impulsó a la victoria de la prueba gallega en un desenlace con emoción. Fluctuó la ventaja del murciano entre los 10 segundos que necesitaba y los 13. Woods no se rindió a pesar de conocer que no le llegaban buenas noticias por el pinganillo. Decidió pelear hasta la última baldosa que servía de incómoda alfombra en el repecho de meta.

Limó algo Woods en algunos tramos, insuficiente, sin embargo para enderezarse. En los últimos 500 metros, entre las calles de Sarria, Valverde elevó la renta. Conocedor de la victoria, se fundió en un abrazo con su masajista. Era la confirmación del enésimo laurel de Valverde, que solo tardó un día para darle otra victoria a la estructura del Movistar. "El trabajo del equipo ha sido fantástico durante los cuatro días y poder llevarme la primera edición de esta nueva carrera es algo muy bonito", concretó el ciclista. Celebró la 1.000 el sábado y este domingo contó la 1.001. El camino sin fin de Valverde.

01/03/2022