La dirección de BBVA ha planteado el despido de 3.798 personas y el cierre de 530 oficinas en un procedimiento que fundamenta en motivos productivos y organizativos derivados de la transformación digital, según fuentes de la negociación.
El plan de ajuste se aplicará concretamente sobre los servicios centrales y la red de sucursales de BBVA S.A., que cuenta con alrededor de 23.300 empleados, quedando fuera el resto de las sociedades de la entidad en el Estado.
BBVA apoya su decisión en el contexto de profunda transformación para el sector, marcada por una enorme presión competitiva, bajos tipos de interés, la adopción acelerada de los canales digitales por parte de los clientes y la entrada de nuevos actores digitales.
El banco considera que para garantizar su competitividad y la sostenibilidad del empleo a futuro, resulta "imprescindible" continuar trabajando de forma aún más decidida en reducir su estructura de costes.
El ERE que BBVA ha comenzado a negociar con los sindicatos coincide en el tiempo con el Expediente de regulación de Empleo anunciado por CaixaBank tras su fusión con Bankia. Esta entidad ha propuesto la salida de 8.291 empleados, el 18,67% de la plantilla, y pretende cerrar 1534 sucursales, el 27% del total.
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