Altuna III y Martija, fuego y hielo

Jokin Altuna: “Prefiero arriesgar y fallar. Es mi juego. Me gusta arriesgar”. Fuego. Se la juega. Bala en la recámara. Toque de muñeca. El tambor gira. Ruleta rusa. Inicio con caras y cruces, pero con mucha presencia del amezketarra. Un aquí estoy yo. Todo empieza y todo acaba en ti. Riesgo en las venas. Pelos de punta de los 1.054 espectadores que acudieron este domingo al Astelena de Eibar y vuelven a llenar La Catedral por cuarta fecha consecutiva, con el valor que tiene al no tratarse de una fecha señalada como Navidad o Año Nuevo. Todo a Altuna III. All in. El temperamento de un volcán en plena erupción.

Julen Martija: “Me he sentido a gusto”. Hielo. Un hombre tranquilo, un pelotari diésel pero con las prestaciones de un purasangre. Este domingo gozó, disfrutó e incluso clavó dos rebotes (1-3 y 7-9) con un material que rayó lo exagerado –en otros lances, Altuna III mandó un derechazo al rebote y Tolosa puso a su homólogo a defender con la espalda pegada atrás–. Pero eso no fue cimiento para que el navarro, que sujetó a su compañero desatado para después desmelenarse él, destacara. Como un témpano. En plena reconstrucción hacia un lugar conocido, el del Martija campeón en 2020 y 2022. Olvida el mal 2023 y las sensaciones agridulces de las cuatro primeras jornadas. Con una sonrisa en el rostro congelada. Hizo un partidazo.

Y, en medio, Joseba Ezkurdia y Xabier Tolosa, que aportaron pimienta solo en los primeros compases, en los que se aprovecharon de los errores en ataque del agresivo Jokin para sumar. De hecho, el primer tanto del arbizuarra llegó cuando se habían consumido ya los diez primeros tantos del partido. Iban 4-6 y Joseba trazó una bonita parada al txoko. Por entonces, Altuna III acumulaba cuatro remates, un saque y tres yerros. Alfa. Omega. Se registraron abrazos en el cuarto, sexto y séptimo cartón. 

Los colorados se vienen abajo

El 7-8 fue un tanto bonito. Se contabilizaban 222 pelotazos a buena. Jokin acabó el intercambio con una parada al txoko. Martija cerró con otro pelotazo atrás que pespunteó la buena lid de un inicio notable de Tolosa. El siguiente tanto, el 8-9, fue la primera y única pelota perdida por el guardaespaldas de Etxeberri. 

Cambiaron de pelota. Julen afianzó su postura. Altuna III no cometió ni un error más. Toda su chispa, a favor de obra. Tolosa se diluyó. Ezkurdia no tuvo incidencia. No cambió el signo del choque con la velocidad de su pelotazo. Así es complicado dominar a unos rivales que confirman que están en un estado de excepción. No hay más que mirar los datos. Altuna III y Martija han disputado siete partidos en el presente Parejas y han ganado cinco, y los dos que han perdido han sido por los pelos (22-21 y 22-19). Así, del 8-9 se pasó al 8-18 de un plumazo. En un par de parpadeos.

Ezkurdia maquilla

Los azules, bien engrasados, forzaron a Tolosa. El anoetarra zozobró. Sus cuatro errores llegaron en ese tramo. Mal asunto.

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Pelota

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Victoria de Altuna III-Martija sobre Ezkurdia-Tolosa en el Astelena de Eibar (13-22). Arnaitz Rubio

El 9-18 fue un pelotazo atrás de Ezkurdia. La inspiración rabiosa del navarro llegó al humo de las velas. Maquilló sus números, agresivo. El 11-19 fue un precioso y complicado dos paredes que fabricó con un muñequeo imposible. Pese a todo, la velocidad de crucero de los campeones de 2022 engulló todas sus posibilidades. Funcionan a la perfección. Fuego y hielo. Dos elementos. Un solo fin. De un mordisco, ganan el tanteo particular a sus rivales y se ponen cuartos.