Política

Aliança Catalana pesca en todos los caladeros

La formación independentista e islamófoba liderada por Silvia Orriols sacude el tablero político catalán y condiciona a todos los partidos porque es el único que capta votantes de todas las siglas y el único que no transfiere los suyos
La líder de Aliança Catalana y diputada en el Parlament catalán, Silvia Orriols, durante una intervención desde su escaño ante la cámara.
La líder de Aliança Catalana y diputada en el Parlament catalán, Silvia Orriols, durante una intervención desde su escaño ante la cámara. / EP

Actualizado hace 8 minutos

El mapa político de Catalunya ha vivido este año un vuelco inesperado pero rotundo con la irrupción en escena de Aliança Catalana (AC), que ha provocado un estado de agitación y convulsión en la vida política catalana. No para de crecer en las encuestas y el último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), dependiente de la Generalitat, se ha confirmado lo que era una sensación generalizada al situar a la formación de independentista e islamófoba al mismo nivel de apoyo que Junts per Catalunya peleando ambas formaciones por ser la tercera fuerza más apoyada, por detrás del PSC y ERC. 

En poco tiempo, AC se ha convertido en un fenómeno político al pasar de ser un grupúsculo político totalmente desconocido a convertirse ahora mismo en el partido con mayor proyección política y electoral de Catalunya. Todo ello pivotado en la figura emergente de su líder Silvia Orriols, cuyo carisma cautivador, oratoria eficaz y afilado sentido de la oportunidad han hecho posible el crecimiento sideral de su formación.

Orriols se define como nacionalista catalán y ensalza las “raíces cristianas” de Catalunya; le gusta la etiqueta de islamófoba, pero niega ser racista. Proyecta su acción política desde su bastión de Ripoll, donde ejerce como alcaldesa de esta localidad del interior de Catalunya y donde había concentrado su actividad política hasta su expansión a todo el territorio catalán.

Esta localidad era origen de los terroristas yihadistas que cometieron los atentados de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils, un caldo de cultivo idóneo para proclamas islamófobas. Precisamente fue eso, los atentados de Ripoll, el principio de todo, el hecho fundacional que la inspiró a buscar metas más altas para poner coto a la presión migratoria en Catalunya debido a las altas cotas de inmigración que ha acogido la comunidad en apenas tres décadas: se ha pasado del 3% a finales de los noventa a un 18% en la región. Son 1,4 millones de personas.

Fundó Aliança Catalana prácticamente de la nada en 2020 y en un lustro lo ha llevado a ser adorada por un amplio sector social a la par que temida por prácticamente todos los partidos catalanes de izquierda a derecha, nacionalista catalán o nacionalista español. Tal es su transversalidad ideológica que no es aventurado afirmar que pesca en todos los caladeros políticos y supone una amenaza real para independentistas como ERC, Junts o la CUP, como para la extrema derecha de Vox e incluso para el PP y el PSC, dependiendo de si se habla de elecciones municipales o autonómicas. (El partido de Orriols se descarta para las generales).

La frustración por el procès

El crecimiento de Aliança Catalana no es un hecho aislado o fruto de una casualidad histórica, sino la manifestación de un desencanto generalizado con los partidos políticos tradicionales. Este malestar dispara los populismos y la polarización y alumbra a los outsiders políticos de última generación, especialmente de la extrema derecha, aunque también de la izquierda, que han conseguido granjearse el apoyo de sectores que buscan alternativas a los partidos tradicionales.

Otro de los detonantes del fenómeno Aliança es la frustración del procès independentista catalán que, tras unos años de gran ebullición y movilización social y política, ha dejado paso a una desorientación del independentismo huérfano de ideas y nuevos referentes. AC ha logrado captar un voto antisistema que procede en parte de la radicalización vivida durante el procès.

También se explica el crecimiento por la ola internacional de extrema derecha que ha hecho emerge populismos de extrema derecha y de corte xenófobo como el trumpismo estadounidense o el de Geert Wilders en los Países Bajos. Orriols sigue la orientación de estos referentes internacionales especialmente en materia de persecución de la inmigración y en postulados neoliberales,

El auge del partido de la extrema derecha secesionista apenas cinco años después de su creación ha desatado un seísmo de tal magnitud que todos los actores políticos están reajustando sus mensajes con vistas a futuras citas electorales. El crecimiento de esta formación es imparable desde su nacimiento hace cinco años y su capacidad para colocar temas en la agenda pública catalana es importante. Las encuestas ratifican el auge de la marca Orriols. Según el CEO, si hoy se celebraran elecciones en el Parlament, Aliança Catalana pasaría de los actuales dos escaños a 19 o 20, lo que la situaría empatada con Junts como tercera fuerza en Catalunya.

El sondeo refleja el revolcón de AC a costa de una Junts en caída libre. El partido de Puigdemont es el principal damnificado del auge de los de Orriols. Su estrategia inicial fue obviar la existencia de Aliança, pero en las últimas semanas han buscado la confrontación y el cuerpo a cuerpo para frenar la caída a la vista de que, según el sondeo, bajan de los 35 escaños actuales en el Parlament catalán a los 19-20, los mismos que lograría AC, que a día de hoy tiene una representación de dos escaños en el legislativo catalán. Es decir multiplicaría por diez su actual representación.

El empate técnico entre Junts y Aliança Catalana se explica en buena medida porque uno de cada cinco votantes que han votado al partido de Puigdemont prevén votar al partido de Orriols en los próximos comicios catalanes. En tan solo cinco años de andadura, el partido comandado por la alcaldesa de Ripoll ha logrado entrar en la cámara catalana y ha conseguido penetrar en amplias zonas del territorio catalán y, lo que es más determinante, en distintas capas sociales y nichos electorales.

Aliança se define como un partido independentista, pero al mismo tiempo también como islamófobo y muy radical en cuestiones relacionadas con la inmigración. Nueve de cada diez de los votantes de Aliança considera que el Gobierno ha perdido el control migratorio de quién entra en el país y un 87% opina que hay demasiada inmigración.

Según el sondeo, Junts es el partido con menor fidelidad electoral, ya que solo un 60 % de quienes escogieron su papeleta volverían a hacerlo ahora, con un 21 % de transferencia directa de voto de Junts a Aliança, cuyo discurso antiinmigración está atrayendo a nuevos votantes. En las circunscripciones de Girona y Lleida, el efecto disruptivo en la competencia entre Aliança y Junts cobra su máximo sentido.

Además, AC atrae ya a votantes de Vox, que admite que le ha salido un competidor. A medida que el eje identitario Catalunya-España pierde fuerza, Aliança sube y atrae a más votantes, porque adquiere una visión más plural y diversa de su electorado y entran votantes de Vox.

Es el único grupo que capta votantes de todos los demás partidos, y el único que no transfiere ninguno de sus apoyos a otros partidos. Aunque es una formación independentista crece sumando voto no independentista. Contradictorio pero efectivo. Por eso lo ven como una amenaza.

2025-12-08T07:50:48+01:00
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