Salvo sorpresa negativa, se avecina un final de mercado tranquilo para la Real Sociedad, que con la incorporación de Kieran Tierney tiene ya muy perfilada su plantilla 2023-24. La llegada del zaguero escocés se suma a las de Hamari Traoré, André Silva y Arsen Zakharyan, quedando ya todo a expensas de dos circunstancias: una hipotética ofensiva de otro club por algún puntal txuri-urdin y posibles movimientos de última hora en el lateral derecho. Más allá de lo explicado y de las presumibles salidas de Diego Rico y Jon Karrikaburu, la fotografía de la nómina de efectivos con los que va a contar Imanol este curso resulta bastante clara, en lo que respecta a nombres propios y también en lo referido a bagajes de Champions League. El club ha fichado experiencia por valor de 57 partidos, 4.638 minutos y once goles en la máxima competición continental, cifras sin duda importantes.
Gracias a ellas, la Real palia, solo en parte, todo el poso europeo que le aportaba el retirado David Silva. Este acumuló durante su larga trayectoria 70 partidos, 5.095 minutos y diez goles en el torneo que disputarán los txuri-urdin a partir de septiembre, superando él solo casi todos los números globales del presente plantel. En la comparativa, únicamente sale perdiendo respecto a las mencionadas once dianas que ya atesora esta plantilla, todas a cargo del portugués André Silva. A partir de ahí, y asumiendo también todo lo que pierde el cuadro blanquiazul sin el de Arguineguín, conviene subrayar que la entidad ha sabido moverse bien para traer cierto poso internacional, de cara a las noches de los martes y los miércoles. En la escuadra del pasado curso, conocían la Champions Illarramendi, Sorloth, Silva y Carlos Fernández. Sin mutrikuarra, noruego y canario, ya solo quedaban en nómina los exiguos siete minutos del andaluz en 2020, durante un Rennes-Sevilla que precisamente le midió a Hamari Traoré.
Toda vez que en club conocían ya el maltrecho estado de la rodilla de Silva, urgía desde un primer momento incorporar conocimiento de lo que es la Liga de Campeones, cosa que ha ido sucediendo de manera progresiva durante el verano. En junio aún, nada más concluir la pasada Liga, llegó el lateral maliense, con seis partidos de Champions a sus espaldas. Todos corresponden a la campaña 2020-21, la de los partidos a puerta cerrada por el covid, en la que la liguilla emparejó a su Rennes con el propio Sevilla, el Chelsea y el Krasnodar. Traoré firmó un pleno de minutos, 540, pero a su equipo no le fue nada bien, cosechando únicamente un punto de los 18 posibles (1-1 en casa contra los rusos).
Después, bien entrado el verano, aterrizó en Donostia André Silva, quien ha vivido la Champions vistiendo las camisetas de Oporto y RB Leipzig (con Sevilla, Milan y Eintracht de Frankfurt solo jugó la Europa League). El delantero luso siempre ha mantenido una muy buena relación con el primer torneo europeo, en el que acumula tres participaciones. Marcó cinco goles en diez partidos con el propio Oporto en la campaña 2016-17, disputando unos octavos de final contra la Juventus. En la 2021-22, mientras, hizo tres dianas para el RB Leipzig en un grupo de la muerte compartido con Manchester City, PSG y Brujas, quedando relegados los alemanes (tercera plaza) a una Europa League en la que se medirían a la Real. Y, en este último curso, el portugués repitió marca goleadora (tres goles) con el equipo de la Red Bull, superando un grupo integrado también por Real Madrid, Shakhtar y Celtic y quedando luego apeado en los octavos por el a la postre campeón, el City de Guardiola.
Del total de 24 partidos de Champions que ha jugado André Silva, dos corresponden a rondas previas, una distinción que cobra especial importancia en el caso de Kieran Tierney. El internacional escocés llega a la Real con un bagaje de 27 participaciones en encuentros correspondientes al máximo torneo europeo, pero un 66% de los mismos, 18, corresponden a eliminatorias estivales anteriores a la fase de grupos. El lateral izquierdo encadenó tres confrontaciones a doble partido en los veranos de 2016, 2017 y 2018, siempre con el Celtic de Glasgow, y logró acceder a la liguilla en dos de esas tres tentativas (en las dos primeras). En 2018, mientras, tuvo que contentarse finalmente con la Europa League, al caer en la ronda decisiva contra el AEK Atenas. Así, jugó la fase de grupos de la Liga de Campeones en las campañas 2016-17 y 2017-18, acumulando ahí nueve partidos y viviendo además un debut complicado en el primero de estos, un 7-0 en el Camp Nou defendiendo a un Messi que firmó un hat-trick.
Hay en la plantilla un quinto futbolista que conoce muy bien el glamour de la Champions, por mucho que no sume ningún minuto sobre el campo en partidos del torneo. Se trata de Mikel Merino, cuya historia en la temporada 2016-17, cuando militó en el Borussia Dortmund, resulta curiosa. Para empezar, nada más llegar al club alemán procedente de Osasuna, recibió el varapalo de quedar fuera de la lista europea del equipo, pudiendo jugar únicamente liga y copa. Después, tras el parón invernal, sí fue inscrito para las eliminatorias continentales, entrando en las convocatorias de Tuchel de cara a tres partidos: la vuelta de los octavos de final (ante el Benfica) y la ida y la vuelta de los cuartos (frente al Mónaco).
El navarro no llegó a disputar ningún minuto, aunque ha indicado posteriormente que estuvo a punto de estrenarse en una de aquellas contiendas. El propio Tuchel le llegó a llamar al banquillo después de calentar, para darle entrada, pero se terminó arrepintiendo, paralizó el cambio y dejó inédito a un Merino que, seis años y medio después, apunta a estrenarse por fin con la camiseta de la Real Sociedad.