La dedicación de Yohanna Benítez a los perros no es una decisión tardía, sino una vocación innata. Desde niña tuvo claro que quería trabajar con ellos. "No sabría hacer otra cosa", confiesa.
Su vida profesional cambió por completo gracias a un encuentro decisivo: un labrador rescatado del sacrificio en un refugio. Con apenas una semana de plazo para ser adoptado, aquel perro acabó on ella y se convirtió en el punto de partida de una carrera dedicada al comportamiento canino.
Hoy, nuestra invitada comparte su vida en Tenerife con seis perros, cuatro Pastores Belgas Malinois y dos Border Collies. Pero uno ha marcado especialmente su trayectoria: Arrow, un Pastor Belga Malinois de alta competición en Ring Francés, próximo a cumplir diez años.
"Arrow me obligó a estrujarme la cabeza como guía y entrenadora. Me hizo crecer", reconoce. Su carácter fuerte y su seguridad natural la empujaron a repensar su método de trabajo y a desarrollar una filosofía que hoy comparte con sus alumnos.
La filosofía de la aceptación: "trabaja al perro que tienes"
De la convivencia con Arrow nació uno de los principios fundamentales que definen su método: "Trabaja al perro que tienes y no al que quieres."
Explica que muchos problemas surgen cuando los tutores idealizan un perro perfecto y tratan de forzar al animal real a encajar en esa expectativa. "Eso genera frustración, tanto en la persona como en el perro", afirma.
En su consulta, la mayoría de los casos -alrededor del 80%- están relacionados con reactividad, miedo o frustración. Sin embargo, lamenta que muchas familias acudan demasiado tarde, cuando el problema ya está arraigado.
"Todavía hay quien cree que un educador canino solo enseña sienta, tumba y quieto", comenta. A esto se suma la influencia de programas televisivos que presentan soluciones instantáneas. "Eso hace más difícil que las familias entiendan que los cambios reales requieren tiempo, constancia y compromiso."
Aun así, Benítez rehúye juzgar: "No se trata de culpar a la gente. Muchos perros traen mochilas emocionales aunque se adopten siendo cachorros. Nuestro trabajo es ayudarles a vaciarlas poco a poco."
Causa del maltrato animal
Para Yohanna Benítez, la relación entre humanos y perros ha evolucionado enormemente en las últimas décadas. "Antes se educaba con castigo. Hoy buscamos equilibrio, comprensión y empatía", señala, comparando el cambio con la evolución en la educación de los menores humanos.
No obstante, su visión es crítica cuando habla del trato animal en España. "Mientras sigamos torturando toros por tradición, no podemos esperar que la gente vea raro tener un perro atado sin comer", denuncia con firmeza.
Considera que las leyes actuales, como la del chip obligatorio, son "insuficientes sin mecanismos reales de control" ni medios suficientes para poner poder aplicar las normativas. Por eso propone una solución clara: educación desde la infancia. "La conciencia sobre el bienestar animal debe empezar en los colegios. Solo así formaremos adultos responsables."
El deporte que une coraje y autocontrol: Ring Francés
Además de su labor educativa, Yohanna ha encontrado en el Ring Francés una forma de canalizar la energía y el talento de sus perros. Este deporte de origen francés combina obediencia, saltos y protección deportiva, en la que el perro muerde un traje integral de protección.
"Es un deporte que exige alta motivación, estabilidad y autocontrol", explica. "Lo que me fascina es la cooperación en equipo con el perro. Aunque la mordida parece la parte más espectacular, no hay agresión; es una demostración de coraje y equilibrio emocional."
Al final de la charla, cuando le pidimos una palabra que defina su relación con los perros, no lo duda un segundo: "Pasión."
Esa pasión ha guiado su vida, su método y su compromiso con una causa que va más allá del adiestramiento: enseñar a las personas a comprender y aceptar al perro que tienen, no al que soñaron tener.