Xabi Alonso trató de relativizar la derrota frente al Celta por 0-2. Al fin y al cabo, “son solo tres puntos, queda mucha liga”, expresó el técnico del Real Madrid. No le falta razón. Son tres puntos que se dejaron de sumar, solo un partido perdido de los 38 que componen la competición. Pero no se puede obviar el contexto: ya son un total de nueve puntos que se han dejado de sumar en los últimos cinco partidos, una etapa que le ha permitido al Barcelona relevar al conjunto blanco en el liderato de la competición y ampliar su ventaja hasta los cuatro puntos. Es decir, el conjunto blanco ha pasado de ser líder con cinco puntos de ventaja a verse segundo con cuatro de desventaja. La situación es de considerar.
Porque cabe recordar que la derrota del Real Madrid frente al conjunto vigués en el Santiago Bernabéu llega precedida por tres empates consecutivos (Rayo Vallecano, Elche y Girona, cuando ninguno de ellos estaba situado en el Top 10) y una victoria a domicilio (Athletic). Precisamente el triunfo en San Mamés ejerció como un bálsamo necesario para salir de un bache. Pero esta derrota contra el Celta devuelve al equipo a la profundidad de las dudas. Llega además en el Bernabéu, después de que muchos argumentaran el mal momento del equipo con el hecho de disputar una secuencia de cuatro partidos de liga fuera de casa debido a la celebración de un partido de la NFL en el estadio madrileño. Esa justificación ya no sirve. Ha caducado. El tema era un asunto más profundo que jugar o no en casa.
Pasar página... pero el libro puede quedarse sin páginas
“Hay que pasar página lo más rápido posible; son solo tres puntos y queda mucha Liga. El miércoles tenemos el partido de Champions contra el City para quitarnos este mal sabor de boca”, comentó Alonso, tratando de invocar la calma. El técnico tolosarra sigue mirando hacia el horizonte después de cada tropiezo. Como va intrínseco en el rol de un entrenador, busca abrazarse a las oportunidades, al optimismo, en lugar de atisbar nuevos problemas que pueden aparecer a la vuelta de la esquina, la vertiente pesimista. Pero esa distante frontera para los globos oculares que es el horizonte está cada día que transcurre más cerca, porque su proyecto no termina de cuajar y la amenaza de un final de etapa se acerca peligrosamente. El equipo no transmite conexiones, sino apatía e individualismo.
Al llegar al banquillo el pasado 25 de mayo prometió “rock and roll”, “emociones”, “alegría”… Era un nuevo amanecer para el madridismo. Parecía llegar con carta blanca, con un pleno poder de intervencionismo. Apostó por rotaciones, por una línea de cinco defensores, por la presión alta… Parecía armado de valor, convencido de implantar una época de cambio. Pero medio año más tarde parece inclinado a los egos del vestuario. El equipo no muestra mano de autor, sino que ofrece chispazos de talento que aparecen en el desconcierto. Este equipo no ha hecho olvidar a Carlo Ancelotti. No hay transición ni transformación consumada, sino síntomas de involución.
Los jugadores del Real Madrid protestan una decisión arbitral durante el duelo contra el Celta.
Los árbitros como eje de los males
Además, las protestas arbitrales se han convertido en la panacea. Es la medicina para erradicar la autocrítica. Es la excusa para sacudir la responsabilidad propia y centrar la explicación de los acontecimientos en causas ajenas. El Real Madrid pierde porque los árbitros no le dejan ganar. O no gana porque los colegiados le hacen perder. Ese sensación de injusticia constante con la que convive el vestuario se volvió a proyectar durante el partido contra el Celta. “Nos han desquiciado las decisiones del árbitro”, detectó Alonso, que lejos de focalizar los males en otra causa, cargó contra el colegiado.
“La expulsión..., no les cortaba el ritmo ni les advertía nada al Celta, estaba muy permisivo. No me ha gustado nada la actuación. Luego la tarjeta a Álvaro (Carreras), no sé, muy discutible también, como con muchas ganas. Eso es lo que no me ha gustado, es lo que nos ha descontrolado un poco. El arbitraje hoy no me ha gustado”, sentenció.
El Madrid acabó con las expulsiones de Fran García, Carreras y Endrick, estos dos últimos por protestar. “Eres malísimo”, dijo Carreras, según recoge el acta redactado por Alejandro Quintero. Fede Valverde, Rodrygo y el propio Alonso también fueron amonestados por quejas. El acta también recoge la actuación de Dani Carvajal, quien vestido con ropa de calle se aproximó al colegiado para reprocharle de manera pandillera: “El nivel que dais y llorando luego en rueda de prensa”. La frustración o impotencia no es excusa para semejantes pérdidas de control que no hacen sino mermar aún más al vestuario, que, por cierto, también cuenta a Kylian Mbappé como lesionado al presentar una fractura de dedo.
Las lesiones, otro argumento para explicar la situación
Las lesiones son otro argumento que el técnico guipuzcoano emplea para explicar la situación. “La lesión de Militao –que estará cerca de cuatro meses de baja– nos ha trastocado los planes, estamos sufriendo bastante con las lesiones, es otra muy importante que se añade”, señaló tras perder con el equipo vigués. Del juego, estrategias, táctica, decisiones… Es decir, de aquella parte sobre la que uno puede ejercer influencia, se habló bien poco o nada en la rueda de prensa.
Y ahora, como bien dice Alonso, este miércoles llega el compromiso de la Champions League contra el Manchester City, ese que invita a mirar hacia el pasado más reciente para observar algunos de los tropiezos más sonados de la era Alonso al suceder contra algunos de los rivales más poderosos, como puede ser el equipo de Pep Guardiola. El tolosarra sufrió una contundente goleada durante el Mundial de Clubes a manos del Paris Saint-Germain (4-0), cayó de forma dramática en el derbi con el Atlético de Madrid (5-2) y también ante el Liverpool (1-0). La excepción ante los rivales de mayor enjundia esta temporada llegó en el Clásico (2-1), donde el Madrid cobró oxígeno. Pero ahora poco o nada importa esa derrota en el vestuario del Barcelona.
Nombres que salen a la palestra como posibles sustitutos
Este encuentro de Champions también ofrece tres puntos, pero representa algo más. Mucho más. El encuentro se disputará en el Bernabéu. Es decir, la exigencia por alcanzar la victoria será mayor por gozar del factor del localismo. Será ante de unos clubes más poderosos, lo cual siempre ejerce como medición para conocer la ubicación del equipo en el planeta del fútbol. Todo ellos serán estímulos para perseguir el éxito y reconducir el rumbo. Pero en caso de derrota podría conducir a Alonso a su momento más crítico desde que llegara al banquillo del Real Madrid. Zinedine Zidane, Jürgen Klopp, Santiago Solari, Raúl González o Álvaro Arbeloa son algunos de los nombres que empiezan a pronunciarse en el entorno del club blanco.