Ya que no somos capaces de frenar la violencia machista, sería de agradecer que, por lo menos, no la convirtiéramos en carnaza pseudo informativa. ¿Alguien puede contarme qué necesidad hay de mostrar en primeros planos indecentes el cadáver de la mujer asesinada anteayer en Orio?
En realidad es una pregunta retórica. Esa necesidad, en el caso de los medios digitales, es aumentar el número de visitas a sus páginas. En el de los audiovisuales, lo que se busca es la audiencia de aluvión.
Ojo, que ahí nos encontramos a lectores y espectadores cómplices imprescindibles de un espectáculo nauseabundo en el que vale todo. Y todo es todo. Desde el clásico arrancado de testimonios a familiares, amigos y autoproclamados conocidos de la víctima o victimario, hasta un reportaje en una armería para explicar cómo se recorta el cañón de una escopeta de modo que quepa en una bolsa de plástico.
Les juro que esto lo vi ayer en un programa de supuesta actualidad social y política entre una pieza sobre las divertidas camisetas de Podemos con el hermano de Ayuso como modelo, y la última venida arriba de Sánchez a Feijóo por las listas de Bildu.
Lo demás es puro atrezzo Una entrevista a la portavoz de tal o cual asociación feminista para que vuelva a interpelarse por lo que seguimos haciendo mal, o apelando a la necesidad de profundizar en la educación en valores para acabar con lo que nombra como "esta lacra" en la jerga topicuda al uso.
Y como propina, las declaraciones institucionales de carril, y la consabida concentración de repulsa. Es decir, el ritual que se repetirá ante el próximo asesinato.