Urrutikoetxea contra Zubizarreta: pulso generacional en casa de Eugi

Patxi Eugi se acurruca en el cómodo diván de la historia pelotazale con la certeza de que solo le faltó un paso para alcanzar la Triple Corona. Especialista en las lizas individuales como pocos, el navarro forjó su leyenda en gran medida por su enorme desempeño en el Cuatro y Medio.

La irrupción del navarro en el campo profesional en 1991 –desechando participar en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92, cita para la que estuvo becado en el plan ADO desde 1988– coincidió con la llegada de la televisión y el cambio cualitativo que ello supuso para el deporte.

Los duelos importantes entre Eugi y Rubén Beloki, que fueron a sustituir a la rivalidad entre Retegi II y Galarza III y precedieron a la de Irujo y Olaizola II, se transformaron en un fenómeno de masas desde 1992. Por entonces, Patxi, fuerte de piernas, rápido hasta la extenuación, ya había alcanzado una final del acotado en menos de un curso entre los mejores. La disputó ante Julián Retegi, con el que se entrenaba. Acabó 22-7 para el de Eratsun. En el 92, el agoizko se coronó en la distancia ante Errasti (22-12). Ganó dos veces más en la ‘jaula’ (1994, ante Errandonea, y 2000, ante Nagore) en las otras seis finales que jugó.

Tampoco le fue mal en el Manomanista, en el que se embolsó tres ediciones y jugó cinco finales. Tres fueron contra Beloki. En 1996, 1999 y 2000 finalizó en lo más alto del podio. Patxi se retiró en 2008 y las lesiones se transformaron en su mayor adversario. Su último partido fue en el Toki Eder, donde una imagen suya contempla todos los partidos desde el rebote y observará este viernes el descorche del Cuatro y Medio de 2024 con un pulso generacional entre Mikel Urrutikoetxea, campeón en 2015, e Iraitz Zubizarreta, poseedor de la txapela de Serie B en curso. Bienvenidos a casa de Eugi.

Zubizarreta proviene de la previa

Aterrizará el de Ataun tras haber superado a Iker Larrazabal en la previa montada por Baiko Pilota. No será su debut en el campeonato de Primera, pues la firma bilbaina ya contó con él en la edición exprés de 2020, azotada por los convulsos cursos del covid-19. El guipuzcoano, que debutó el 29 de septiembre de esa campaña en pleno caldo de cultivo de la huelga de pelotaris, fue reclutado para la causa apenas dos meses después para entrar en la primera ronda del Cuatro y Medio. Danel Elezkano le venció no sin problemas en una distancia que le encaja como anillo al dedo (22-13). Un mes antes, no obstante, también fue de la partida en el Manomanista de Primera en su localidad natal, donde Darío, a la postre semifinalista, le dejó en siete. “Vengo con muchas ganas. Me hace mucha ilusión jugar contra Urrutikoetxea, porque es un gran campeón”, disecciona Zubizarreta.

Urrutikoetxea, en el podio del Cuatro y Medio de 2015. Pablo Viñas

¿El último Cuatro y Medio de Urrutikoetxea?

Hay un océano de experiencia entre el guipuzcoano y Mikel Urrutikoetxea, quien afronta su duodécima participación desde que abrió la espita en 2010 recién coronado en Segunda. Solo ha faltado en 2019 y 2020 por lesión. Diez años de edad separan a los pelotaris. Cuando Zubizarreta III se estrenó en la élite, el zaratamoztarra acumulaba once campañas en la Liga de Empresas. “Estoy ilusionado. Estas semanas he entrenado con Iker Larrazabal”, cuenta el vizcaino, quien reflexiona que “no se sabe si será mi último Cuatro y Medio, vamos sobre la marcha. Sí que es cierto que en esta distancia no es lo mismo jugar con 35 que con 26 años. La exigencia física es diferente. En parejas me encuentro cómodo, pero en el individual hace falta ese punto de chispa y velocidad. Quieras que no, eso se va perdiendo con los años. Me siento bien y espero seguir adelante”. “Zubizarreta es un pelotari que se amolda muy bien al Cuatro y Medio”, expresa.

“Zubizarreta es un pelotari que se amolda muy bien al Cuatro y Medio”, expresa. “Iraitz es un rival complicado, que viene de ganar a un pelotari como Iker Larrazabal. Si quiero ganar, tendré que hacer las cosas bien”, certifica el campeón de 2015, quien reseña que “es duro, viene con confianza y se adapta muy bien a la especialidad”.