El Sanse es un escándalo en casa. Anoeta se ha convertido en un muro infranqueable y en el salvavidas de momento de una Real B que vive una realidad dual pocas veces vista en el fútbol profesional. Tras la vital victoria de ayer por 1-0 frente a un histórico como el Real Valladolid, el filial de la Real Sociedad respira aliviado, abandonando los puestos de peligro para colocarse en una cómoda 13ª posición.
Sin embargo, lo que realmente llama la atención de la temporada de los potrillos"es la estadística extrema que presentan tras este triunfo. El Sanse es, a día de hoy, un equipo de dos caras totalmente opuestas: el Dr. Jekyll en casa y Mr. Hyde a domicilio. Si la clasificación de Segunda División se rigiera únicamente por los partidos disputados como local, el Sanse sería líder indiscutible de la categoría con 18 puntos, habiendo convertido Anoeta en un fortín inexpugnable. Por el contrario, la estadística visitante es desoladora: el equipo sería colista en solitario, con 0 puntos lejos de Donostia. Una dependencia del factor campo que, de momento, está siendo suficiente para cumplir el objetivo.
Mejores números que en 2022
El equipo se muestra haciendo una temporada sensiblemente mejor a la vivida hace cuatro años, en la anterior aventura del filial en la categoría de plata. A estas mismas alturas de aquella temporada, el Sanse sumaba 4 puntos menos (14) y se encontraba ahogado en puestos de descenso. Cabe recordar que aquel curso terminó de forma amarga, con el descenso a Primera RFEF tras sumar un total de 40 puntos, quedándose a 5 de la ansiada permanencia.
El dato es demoledor para la esperanza: con apenas un tercio de la competición disputada, este Sanse ya ha conseguido casi la mitad de los puntos (18) que logró aquel equipo en toda una temporada completa (40). Si Anoeta sigue siendo un fortín, el objetivo de la salvación parece, esta vez sí, una esperanza más real. Y con estos chavales parece que tenemos licencia para soñar.