Fue muy pobre el botín de una Real Sociedad que se trajo solo un punto de Vigo en su duelo contra el Celta. Un punto que debieron ser tres y que casi se queda en cero porque el equipo, con un futbolista más durante 50 minutos, logró la igualada en el minuto 89, cuando todo apuntaba a derrota.
Bien es cierto que la Real tuvo ocasiones, que disparó 17 veces sobre la portería del rival, siete de ellas entre los tres palos, pero el conjunto txuri urdin volvió a evidenciar que está peleado con el gol, que tiene muy poca artillería y que sigue cayendo en los mismos errores, ya que el gol del Celta llegó en una contra rápida, en una de esas transiciones que matan a la Real.
El punto es insuficiente porque era un partido, tras la expulsión de Starfelt al filo del descanso, para ganar. Otra vez la estadística de corners deja en evidencia a la Real, que botó diez sin casi amenaza por solo uno su rival, que estuvo atrincherado toda la segunda mitad ante su portería, aunque pudo haber resuelto con el 2-0 en otra jugada mal defendida por la Real y peor resuelta por el delantero Abdellaoui, que se plantó solo ante Remiro y disparó fuera por muy poco cuando parecía imposible fallar. Luego llegó el gol de Soler, que entró demasiado tarde al partido, y el pobre consuelo de haber empatado el partido muy al final.
Quizá lo mejor fue ver en el campo a Yangel Herrera, que provocó la expulsión local, y la entrada de Soler, Guedes y Karrikaburu que le dieron otro aire a la Real. Tampoco era difícil contra un Celta mermado en efectivos y que se limitó a defender el marcador de la mejor manera posible. La Real no aparca su crisis de resultados y sigue en puestos de descenso a la espera de la visita del Sevilla este viernes en Anoeta.