El pan ha estado presente en las mesas de la Humanidad desde la Prehistoria. Hablamos de un alimento indispensable para acompañar nuestras comidas, sencillo pero que ha ido evolucionado con la aparición de nuevos tipos. En las estanterías de las tahonas, junto a las hogazas más tradicionales, es habitual encontrar opciones con semillas u otros productos como las pasas y las nueces, por ejemplo.
Pueden variar algunos ingredientes, pero la manera de hacer un buen pan sigue siendo la misma: con harina de calidad, tiempo y paciencia. Lo saben bien en Tahona Uribe, negocio familiar con locales en Santutxu, Erandio, Astrabudua y Barakaldo. En Onda Vasca con Txema Gutiérrez nos han visitado Pablo e Ibon Ojinaga, padre e hijo dedicados a mantener la tradición: "Estamos acostumbrados a tenerlo todo rápido y barato, pero en esto es importante tener paciencia, tener claro el proceso y respetarlo. Se trata, al fin y al cabo, de hacer lo que se ha hecho durante los últimos 2000 años...con ese valor añadido que le intentamos dar al producto. No utilizamos ni aditivos ni conservantes. Eso empeora el producto y nosotros buscamos que el cliente coma un pan de calidad y sano".
Saben bien de lo que hablan. Una de las señas que mejor habla de su negocio es el hecho de que la elaboración sea diaria en cada una de sus panaderías, de donde salen unas 10.000 barras diarias: "La esencia del pan es hacerlo al día y comerlo al día. Eso es un valor añadido al producto que luego es el cliente que lo valora".