Era complicado, tenían que ganar y esperar resultados de otros campos, pero la primera condición no se cumplió. El Real Unión se despidió de la Primera RFEF este sábado, después de las últimas salvaciones agónicas, esta vez la suerte no le salió cara. Pese a lo complicado que era, la afición estuvo al lado de la plantilla, 7 autobuses salieron rumbo a Lezama en busca del milagro.
Metiéndonos en el partido, los irundarras se enfrentaron al filial del Athletic, equipo que ya no se jugaba nada, pero como filial que es, los jugadores siempre aprovechan la ocasión para reivindicarse. Los de Albert Carbó aguantaron el 0-0 hasta el descanso, pero a la vuelta de los vestuarios los bizkaitarras pusieron el 2-0 en 12 minutos. Pese al duro mazazo que supuso, los guipuzcoanos contestaron enseguida con 2 goles en 2 minutos. El Unión estaba a 1 gol de conseguir la salvación, ya que los resultados de otros campos le sonreían. La tensión era palpable y al final le terminó pasando factura al equipo irundarra con el gol del Athletic B en el 83' y la posterior expulsión del central Javier Domínguez. En el descuento, los locales sentenciaron el partido con el 4-2.
Tras 26 años estando en la categoría de bronce, la antigua Segunda B y la actual Primera RFEF, y un breve paso por Segunda, el equipo vasco desciende a la cuarta categoría del fútbol español con la obligación de hacer una reconstrucción para volver lo antes posible a la tercera escala del fútbol español.
El entrenador del Real Unión se mostró dolido por el resultado final y la consecuencia del descenso: "No lo hemos conseguido, teníamos fe en esta victoria que nos daba la permanencia, el equipo ha luchado desde el principio para llevarse el partido". Albert quiso también pedir perdón a la afición por todo el apoyo recibido en Lezama y no conseguir el objetivo: "Solo podemos pedir disculpas a la afición que nos ha apoyado de 10 durante todo el partido, me duele porque pensaba que esta permanencia podía haber hecho un clic en el club".