Vida y estilo

Sibelius, sauna y susi: la guía rápida para entender Finlandia

Finlandia conmemora hoy su Día de la Independencia, una fecha muy significativa que en la mayor parte de los hogares se festeja a los sones de la misma música: el poema sinfónico ‘Finlandia’. Este año, además, con la particularidad de que inmediatamente s
Finlandia es muy popular, entre otras cosas, por su magnífica melodía de himnos, donde Sibelius ejerció un papel fundamental.
Finlandia es muy popular, entre otras cosas, por su magnífica melodía de himnos, donde Sibelius ejerció un papel fundamental. / Freepik

Hay un dicho en Finlandia que asegura que el país se rige por tres eses que constituyen las letras iniciales de Sibelius, sauna y susi. Susi es sinónimo de la tenacidad que siempre han tenido sus habitantes para conseguir el bienestar social y económico que hoy gozan. La sauna forma parte de la vida cotidiana de la nación. Y Sibelius… ¡ay, Sibelius! “Esa es la única de las tres palabras que se escribe con mayúscula. Por algo será”, me comenta un finlandés afinando en la doble intención.

Conjunto monumental dedicado a Sibelius.

Conjunto monumental dedicado a Sibelius. Begoña E. Ocerin

Sibelius hizo con los mitos y epopeyas de su país lo que Wagner con las sagas de la antigua Germania. De ahí que Helsinki, la capital finlandesa, honre su memoria dándole su nombre al prestigioso Conservatorio de Música y recordándole con uno de sus monumentos más característicos, cita ineludible de todos los visitantes amantes de la música.

El monumento, obra de Eila Hilturen, fue inaugurado en 1967 coincidiendo con el décimo aniversario de la muerte del compositor. Tiene diez metros de altura y su estructura principal guarda un cierto parecido con los tubos de un órgano. Junto a ellos, sobre una enorme roca de granito, se encuentra la reproducción en metal del rostro del autor de la suite Karelia. Hay un detalle en él que no pasa desapercibido a los finlandeses y mi acompañante lo apunta con acierto: “Jean tenía en el entrecejo siete hendiduras. Siempre, desde niños, se nos ha dicho que corresponden a las sinfonías que compuso y aquí no están lo suficientemente marcadas”.

No es una casualidad que su cara descanse sobre granito, la roca típica de Helsinki, porque fue su piedra favorita. En cierta ocasión dijo: “Siempre he imaginado la existencia como un macizo bloque de granito y creo que cada hombre tiene la facultad de cincelar la exigencia según sus propios deseos”. Esta máxima le acompañó siempre, ya que su destino inicial no tenía nada que ver con la música.

Jean Sibelius y su familia ante su casa.

Jean Sibelius y su familia ante su casa. Cedida

Sobre madera finlandesa

Jean Sibelius vino al mundo el 8 de diciembre de 1865 en Hämeenlinna, un pueblo situado a mitad de camino entre la capital, Helsinki, y la industriosa Tampere. Nació en la sauna de la casa por sus condiciones higiénicas, como lo hacían todos los niños finlandeses hasta la década de 1950. En el trance, María, la madre, fue asistida por su esposo, Christian, que era el médico local y “un hombre romántico, de buen corazón y maravillosamente ingenuo”, a decir de su compañera.

Aunque fue bautizado con los pomposos nombres de Johan Christian Julius, en el ámbito casero se decidió llamarle Janne. Sería él mismo quien, años después acabaría cambiándolo por el definitivo de Jean con el que ha pasado a la historia. A pesar de la profesión del padre y de que la madre procedía también de una familia de médicos, el recién nacido ya parecía tener un destino en la vida al ser presentado en sociedad como futuro gran abogado. 

Jean se inspiraba en el bosque próximo a su casa.

Jean se inspiraba en el bosque próximo a su casa. Begoña E. Ocerin

Poco pudo disfrutar el niño del cariño de su padre, ya que éste murió víctima de tifus cuando el pequeño tenía dos años de edad. El fallecimiento del doctor supuso un gran drama familiar, ya que a su pérdida personal se unió la caótica situación económica en que quedó la prole. Como consecuencia, María, que se encontraba encinta, marchó con Jean y su hermana mayor a casa de su madre.

A la música por el Kantele

Jean asistió al colegio y, a los 19 años, cuando terminó la primera enseñanza, empezó a estudiar Derecho en la Universidad de Helsinki. El descubrimiento de su vocación musical se produjo a corta edad, cuando por primera vez tuvo en sus manos el kantele que había utilizado su padre en sus momentos de ocio. Este instrumento musical, muy semejante a la cítara, fue utilizado durante siglos como acompañamiento a las canciones populares finlandesas.

Pulsando sus cuerdas, el muchacho fue sacando las primeras notas. Uniéndolas y dándoles sentido empezó a crear pequeñas melodías. Probó también con una vieja guitarra y la experiencia incluso mejoró hasta el punto de que acabó por conquistarle. Se le planteó entonces un serio problema de conciencia: la abogacía o la música.

El dilema se resolvió tras haber vagado un día y una noche por el bosque, el llamado paraíso verde de Finlandia. “Fue la Naturaleza la que despertó en mí la vena de compositor”, declararía Jean muchos años después. De inmediato se matriculó en el Instituto de Música, hoy Sibelius Acatemia en su honor, y dejó definitivamente a un lado los estudios jurídicos.

La decisión agradó a su madre, ya que tanto ella como el difunto padre, procedían de familias amantes de la música. María apoyó a Jean en su deseo de completar su formación musical en Berlín y Viena. Al poco llegó el primer gran éxito profesional, la sinfonía coral Kullervo que reveló su lenguaje personal y marcadamente finlandés. La celebridad le vino en 1892 con el estrenó de Una saga. Fue el punto de partida de una intensa carrera.

Mitología finlandesa.

Mitología finlandesa. Begoña E. Ocerin

El 'Kalevala'

Una de las fuentes de inspiración más importantes que tuvo Sibelius fue el Kalevala, la obra literaria más importante en el desarrollo de la conciencia nacional finlandesa. En este libro, que se compone de cincuenta cantos populares, aparecen los orígenes de Finlandia, la prehistoria con sus fabulosos mitos y su profundo sentimiento de la Naturaleza. Sibelius se inspiró en varios episodios de esta epopeya para crear con enorme éxito su versión musical.

Al filo del nacimiento del siglo XX, Jean compuso el poema sinfónico Finlandia, obra fundamental en la gira que realizó con la Orquesta Sinfónica de Helsinki por Escandinavia, Alemania, Países Bajos, Bélgica y Francia. Fue su total consagración. “Es el momento de ponerme a componer”, le confesó a su esposa, tal vez en referencia a las siete sinfonías que ya tenía in mente y para las que adoptó nuevos principios de forma sinfónica. Cuando se estrenó en Helsinki su Quinta sinfonía, hace ahora 110 años, la acogida fue tal que el concierto se repitió tres veces.

El ‘Kalevala’

El Kalevala es un libro que recoge la gran simbología de Finlandia, con sus mitos en torno a la formación del mundo, la creación del fuego y el nacimiento del kantele, el instrumento musical con el que se acompañaban las canciones. De esta manera ha llegado hasta nosotros la familia de los dioses finlandeses: Ukko, el más importante, semejante al Odín escandinavo; Ahto, el dios de los mares; Tuoni, el dios de la muerte que vive en los infiernos; Untamo, el dios del sueño…

Estas viejas narraciones fueron recopiladas por Elias Lönnrot durante sus viajes por el país nórdico. Durante siete años, este filólogo y lexicólogo finlandés, fue tomando nota de los mitos, canciones y poemas que cantaban los juglares. Más tarde reconstruyó todo el material al estilo de las narraciones homéricas creando un gran ciclo de aventuras de los héroes míticos finlandeses. En 1836 publicó por primera vez el resultado de aquel trabajo y trece años más tarde hizo una edición ampliada de 23.000 versos. Hoy el Kalevala ha sido traducido a cincuenta idiomas.

La casa de Sibelius

El 10 de junio de 1892 Jean Sibelius contrajo matrimonio con Aino Järnefelt. La ceremonia se celebró en el marco de una bella mansión de 1800 situada en Tottesund, cerca de la ciudad portuaria de Vaasa donde su suegro era gobernador. Se había previsto que, finalizada la ceremonia, los novios iniciaran un viaje por el Golfo de Botnia a bordo de un barco anclado en la misma finca, pero el programa nupcial se tuvo que alterar a causa del mal tiempo.

Fotos y autógrafo de Jean sobre el piano de su casa.

Fotos y autógrafo de Jean sobre el piano de su casa. Begoña E. Ocerin

En 1903, Lars Eliel Sonck, uno de los arquitectos más sobresalientes de Finlandia, diseñó para la familia Sibelius una nueva casa de estilo modernista en la ciudad de Järvenpää, un pequeño pueblo próximo a Helsinki. Fue bautizada como Ainola en honor a la esposa del compositor. Hoy es un museo muy frecuentado por gentes de todo el mundo que reconocen el talento de quien ha sido considerado heredero de Beethoven y digno sucesor de Brahms.

Curiosear por las habitaciones y, sobre todo en el salón, permite acercarnos a objetos y fotografías que jugaron importantes papeles en su vida, como el piano de cola que alquiló su madre para que Jean diera rienda suelta a su capacidad creadora. Sus composiciones brotaban a la orilla de los lagos y al calor de la sauna. Aquí nacieron La hija de Pohtola, Humoresque, Danzas campestres y la mayor parte de sus siete Sinfonías que habrían de sumarse a las anteriores suites Karelia, Vals triste y sobre todo al poema sinfónico Finlandia, el segundo himno nacional del país.

Sibelius Akatemia, en Helsinki.

Sibelius Akatemia, en Helsinki. Begoña E. Ocerin

El fin

La muerte de Jean Sibelius está rodeada de un cierto misterio. El 18 de setiembre de 1957 dio un paseo por los alrededores de Ainola, su finca. De regreso a casa comentó a su esposa que había visto volar bajo a una bandada de cigüeñas. “Han sido las mismas aves que me inspiraron cuando estaba componiendo la Quinta Sinfonía. He oído sus mismas voces. Una de ellas salió de la bandada y voló en círculo sobre mi cabeza como si quisiera advertirme de algo funesto. Luego prosiguió su viaje”, le dijo.

Dos días más tarde, Jean sufrió una hemorragia cerebral mientras escuchaba la retransmisión por radio de su Quinta Sinfonía desde la Sala de los Festivales de la Universidad de Helsinki. Fue terminal. Finlandia perdía así al más ilustre de sus hijos, Europa al superviviente de una de las mejores épocas de su historia musical y el mundo a un músico extraordinario que había puesto en su copiosa obra toda su energía, su visión y su arte.

2025-12-06T19:12:22+01:00
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