"Si este era realmente el vestido que Tamara Falcó pedía a 'Sophie et Voilà', entiendo que ellas no quisieran hacerlo"

Las imágenes publicadas de la boda de Tamara Falcó de Iñigo Onieva han disparado los comentarios en redes sociales sobre la existencia o no de un plagio en el vestido de la novia. Muchos son los que comparan el vestido elegido por Tamara Falcó con un modelo de Carolina Herrera, con el que comparte infinidad de detalles. Pero también son muchos los que hablan del parecido más que razonable del vestido de la hija de Isabel Preysler con el que lució el día de su boda la reina Letizia.

Entrevistada en Onda Vasca, la diseñadora guipuzcoana Iraia Oiartzabal, de la firma Getary, cree que "si te pones a analizar los puntos que completan el vestido, es verdad que hay muchas diferencias; pero, en un vistazo general, sí que recuerda mucho al de Letizia". Y exclama Oiartzabal "yo no me imaginaba para nada que, al final, optara por un vestido tan clásico, tan rígido. Cuando de inicio se dijo que iba a ir de la mano de 'Sophie et Voilà', yo pensaba que las había escogido precisamente por lo contrario: porque buscaba algo más juvenil o más fresco, con un diseño un poco más distinto. Y, de repente, aparecer con un vestido completamente tradicional y, encima, con aires de casa real, es algo que yo, sinceramente, no me esperaba".

En este sentido, Oiartzabal cree que "nunca se sabrá realmente cuál era el vestido" que Tamara Falcó pedía a las diseñadoras de 'Sophie et Voilà', pero añade que "si realmente es este el vestido que les pedía de inicio, yo entiendo perfectamente que no quisieran entrar a hacerlo".

A la diseñadora guipuzcoana no le acaba de convencer el vestido de novia de Tamará Falcó. Le parece "un vestido rígido, con esa manga y ese escote tan cerrado... no le favorece nada. Además, los bordados tan pesados... se ve un vestido pesado. Se dice que lo sencillo nunca puede ser cargado, pero ella lo ha conseguido. Para mí, no está acertado tampoco con que sea una boda de noche de julio".

Cree Iraia Oiartzabal que Tamara Falcó "suele tener un estilo con más gusto. Por lo general, suele acertar mejor con los estilismos que escoge para las fiestas que tiene en ese mundillo. Para este caso, yo creo que no ha respetado su esencia. O ¡quizás sí! ¡y no es lo que parecía!". En este sentido, la diseñadora guipuzcoana se queda más con el modelo preboda "aunque era un poco demasiado 'niña buena' para una preboda, yo iría con algo más de picardía; pero, sí, le vi guapa, era un look que le favorecía", y con el segundo vestido que lució el día de la boda: "era más ella"

¿Quién llevó el mejor estilismo en la boda?

En cuanto a los invitados, Iraia Oiartzabal asegura que le ha costado mucho "encontrar una invitada que dijera: esta sí", que deslumbrara por el modelo elegido. Sin embargo, sí que destaca el estilismo de la madre de Iñigo Onieva, Carolina Molas, "creo que le sienta muy bien, el color también le favorece mucho, el plisado -que este año el plisado está en auge-, me gusta."

Otras invitadas que, a juicio de la diseñadora guipuzcoana, acertaron con el modelo elegido fueron Ana Boyer, a la que "se le ve una luz especial; y eso que es arriesgado romper el look con cuerpo y falda en distinto color, pero creo que le sienta bien", Isabelle Junot, a la que "el color le favorece, está guapa", y Eugenia Martínez de Irujo, de la que Oiartzabal resalta que "no sé si le favorece tanto el color, pero estaba jugona".

El que ha recibido muchas críticas ha sido el vestido de la madre de la novia, de Isabel Preysler, ya que, dicen, no era un modelo adecuado para una boda. Oiartzabal está de acuerdo: "estamos acostumbradas a verles tan vestidas de gala que, con este vestido, yo le veo más apropiada para una fiesta de verano de noche, con ese estampado tan grande y tan colorido, que para la boda de su hija; sobre todo, viendo lo clásica que ha ido ella".

En cuanto a los invitados, a ellos, Iraia Oiartzabal les anima a salir de los estándares estrictos. "Los protocolos son los que son, pero a mí, personalmente, no me gustan los chaqués. Creo que en este caso, en las bodas los hombres sí están sometidos a un disfraz y no tienen mucho margen donde escoger. En este sentido, creo que debería de jugarse un poquito más".