Estamos a punto de poner punto y final a este 2025, un año que terminamos, según el CISC, con 10 millones de personas mayores de 65 años en todo el Estado español. Además, según datos del Eustat, la esperanza de vida en Euskadi volvió a aumentar en el año 2024, alcanzando máximos históricos.
Nos situamos entre los lugares del mundo con la esperanza de vida más alta, y esta realidad demográfica y social, que es un claro reflejo de la buena calidad de vida de la que disfrutamos, también pone delante retos y desafíos a los que debe enfrentarse la sociedad.
En ese sentido, las instituciones trabajan para que esta nueva realidad con una población cada vez más longeva sea una oportunidad, promoviendo la prevención y el envejecimiento activo y saludable. Es el caso, de la Fundación Adinberri, dependiente de la Diputación Foral de Gipuzkoa, que desarrolla programas y proyectos con este objetivo.
De ellos nos habla su directora general, Rakel San Sebastian.