Pudo ser peor para la Real, y también mejor

Muchas veces los partidos tienen varias tendencias dentro de los 90 minutos. Sucedió ayer con la Real Sociedad y el Manchester United en la ida de los octavos de final de la Europa League. Jugó mejor el conjunto inglés durante más tiempo, interpretó su guion de esperar y amenazar con transiciones rápidas a las mil maravillas, pero solo logró un gol, pudo hacer más, y esto permitió que, en un penalti que dictaminó el VAR, Oyarzabal igualara el duelo.

La Real, que podía haber ido 0-2 en contra el marcador, logró equilibrar un choque que en los últimos veinte minutos fue suyo. El United acusó el golpe, también su cortedad de efectivos en el banquillo por los once lesionados que traía, y se vio sometido por un equipo txuri urdin que, ahora sí, iba a por todas.

No lo logró porque Oskarsson primero falló una ocasión clarísima de gol cuando solo tenía que empujar el balón, sorprendentemente se le fue fuera; y después, otra vez el ariete islandés, dispuso de un disparo que se encontró con una magnífica parada del guardameta del Manchester Onana.

Queda la vuelta y muchas interpretaciones. Los pesimistas verán la eliminatoria muy difícil por aquello de que el United dispondrá del factor campo a favor, los optimistas se quedarán con el tramo final del encuentro de ayer, en el que la Real se sacudió todos sus miedos y estuvo a punto de ganar. Al final, todas las lecturas son legítimas. La Real pudo perder, también ganar, y acabó empatando. Quizá sea el resultado más justo.