Vida y estilo

Placa bacteriana: qué es y cómo prevenirla

Cuidar de nuestra salud bucal no se limita a tener una sonrisa bonita, sino a mantener la boca libre de problemas que pueden afectar tanto a los dientes como a las encías. Uno de los principales enemigos en este sentido es la placa bacteriana, una película invisible que se forma sobre los dientes y que, si no se controla a tiempo, puede derivar en caries, mal aliento o enfermedades periodontales. Por tanto, conocer qué es exactamente y cómo prevenirla resulta fundamental para disfrutar de una boca sana a lo largo de la vida. 

¿Qué es la placa bacteriana?

La placa bacteriana es una capa blanda y pegajosa compuesta por bacterias, restos de alimentos y saliva que se adhiere constantemente a la superficie de los dientes. Se forma de manera natural a lo largo del día, incluso aunque no comamos, ya que en la boca conviven millones de bacterias que buscan nutrientes para sobrevivir. Cuando ingerimos alimentos ricos en azúcares o almidones, estas bacterias los transforman en ácidos que atacan el esmalte dental, aumentando el riesgo de caries y otras complicaciones.

Aunque al principio la placa bacteriana es invisible y fácil de eliminar con una correcta higiene, si no se retira con el cepillado y el uso de hilo dental, acaba endureciéndose con el tiempo y se convierte en sarro. En ese estado, ya no es posible eliminarla en casa y es necesario acudir al dentista para realizar una limpieza profesional. Además, la acumulación de placa no solo afecta a los dientes, también irrita las encías, provocando inflamación y sangrado, lo que puede ser el inicio de una gingivitis o incluso de una periodontitis si no se trata adecuadamente.

¿Cómo prevenir la placa bacteriana?

La prevención de la placa bacteriana se basa en una buena rutina de higiene bucal y en la constancia diaria. El cepillado de los dientes, al menos tres veces al día y preferiblemente después de cada comida, es la primera medida para evitar que la placa se acumule. Además, no basta con pasar rápidamente el cepillo, sino que es necesario dedicar un par de minutos a limpiar bien todas las superficies dentales, incluyendo las zonas posteriores que suelen ser las más olvidadas. Por último, usar una pasta dentífrica con flúor ayuda a reforzar el esmalte y a dificultar la acción de los ácidos que producen las bacterias.

El uso del hilo dental es igualmente importante, ya que la placa también se forma entre los dientes, en esos pequeños espacios a los que el cepillo no puede llegar. Incorporar este hábito una vez al día, preferiblemente por la noche, marca una gran diferencia en la prevención de problemas bucales. También los colutorios pueden ser un buen aliado, ya que muchos de ellos contienen agentes antibacterianos que ayudan a controlar la formación de placa y a mantener el aliento fresco.

La alimentación juega un papel clave en esta prevención. Reducir el consumo de azúcares simples y bebidas azucaradas es esencial, ya que son el alimento preferido de las bacterias que generan los ácidos responsables del daño dental. Optar por una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y productos frescos, no solo mejora la salud general, sino que también beneficia a la boca. Por supuesto, beber suficiente agua a lo largo del día contribuye a mantener una correcta producción de saliva, que es la defensa natural contra la acumulación de placa.

Para terminar, las visitas periódicas al dentista completan las medidas preventivas. Incluso siguiendo una higiene estricta, siempre queda un pequeño riesgo de acumulación de placa en zonas difíciles de alcanzar. Acudir a revisiones cada seis meses o al menos una vez al año permite detectar y eliminar a tiempo cualquier problema, evitando complicaciones mayores.

Como ves, la placa bacteriana es un enemigo silencioso que forma parte de la vida diaria, pero que puede controlarse con hábitos sencillos y constantes. 

2025-09-18T06:03:11+02:00
En directo
Onda Vasca En Directo