Los avances en medicina veterinaria, nutrición y cuidados generales han permitido que los perros vivan más años que nunca. Sin embargo, la longevidad trae nuevos retos para las familias: ¿cómo garantizar que esa etapa final sea también una vida plena? La especialista en nutrición canina Sandra Martínez lo tiene claro: "Un perro mayor con una buena gestión de la dieta, el ejercicio y la salud general, pueden disfrutar de una excelente calidad de vida".
¿Cuándo empieza un perro a ser senior? Depende del tamaño, no del calendario
La edad en que un perro pasa a considerarse senior varía según su complexión. Los perros pequeños suelen envejecer más tarde, entre los 9 y 11 años; los medianos, a partir de los 8-10 años; mientras que las razas grandes entran en esta etapa desde los 6 o 7 años.
Aun así, Martínez remarca que la edad biológica es más importante que la cronológica. Para determinarla, se observan la calidad de la musculatura, el nivel de energía, la movilidad y las analíticas veterinarias.
Nutrición senior: proteína de calidad, omega-3 y control de peso
Con el avance de la edad, el cuerpo del perro experimenta cambios fisiológicos que hacen necesaria una alimentación adaptada.
Proteína de calidad: el pilar del envejecimiento saludable
Lejos de lo que muchos creen, la proteína no daña los riñones sanos. Muy al contrario: es esencial para evitar la pérdida de masa muscular, uno de los principales problemas en perros senior. Fuentes recomendadas: carne, pollo, pavo, salmón, sardinas y huevo.
Nutrientes que marcan la diferencia
Martínez señala que los perros mayores necesitan una dieta que incorpore:
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Omega-3 para reducir la inflamación.
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Fibra, que favorece la salud digestiva.
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Antioxidantes, presentes en alimentos como la calabaza y los arándanos.
Hidratación y microbiota: dos pilares olvidados en la vejez
Los perros que solo consumen pienso reciben apenas un 10% de humedad, muy por debajo de lo que necesitan. La deshidratación afecta a su salud. Por ello, Sandra Martínez aconseja añadir caldos caseros o comida húmeda.
La microbiota intestinal, estrechamente ligada al sistema inmunitario, también cambia con la edad. Para cuidarla, se recomienda aportar fibra soluble y probióticos. Martínez destaca el kéfir de cabra o de agua por contener más bacterias beneficiosas y ser mejor tolerado que el yogur.
Elegir pienso: transparencia y sentido crítico
Para quienes optan por el pienso, Sandra Martínez enfatiza la importancia de examinar bien la etiqueta:
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El primer ingrediente debe ser carne claramente especificada (por ejemplo, "pollo fresco").
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Deben evitarse expresiones ambiguas como "carnes y subproductos".
También advierte sobre las promesas de suplementos añadidos al pienso, como condroprotectores. Debido al proceso de fabricación a altas temperaturas, muchos de estos compuestos pierden eficacia. Su recomendación: "Es mejor comprar un pienso de calidad y añadir los suplementos por separado".
Alimentación natural y organización: una opción más accesible de lo que parece
La alimentación natural -cruda o cocinada- se basa en ofrecer comida real: carnes, pescados, huevos, frutas y verduras aptas. Aunque debe estar supervisada por un profesional, Martínez afirma que el tiempo no tiene por qué ser un obstáculo. Organizarse cada 10 días o dos semanas permite tener comida casera preparada y congelada para todo el mes.
Más allá de la comida: ejercicio adaptado, descanso y estimulación mental
Según Sandra Martínez, la calidad de vida en la vejez canina depende de otros pilares: Por ejemplo, los ejercicios de olfato y otros retos mentales ayudan a prevenir el deterioro cognitivo y mantienen al perro motivado y feliz.
Errores frecuentes que aceleran el envejecimiento
Martínez identifica tres errores comunes:
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Reducir la proteína sin motivo veterinario, lo que favorece la pérdida de masa muscular.
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Cambiar la dieta sin una transición progresiva, ocasionando problemas digestivos.
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Descuidar la estimulación mental y social, clave para el bienestar emocional.
Un mensaje de esperanza
La especialista concluye con una reflexión optimista: "Con cuidados adecuados, los perros senior pueden vivir con energía, comodidad y felicidad". Cuidar de un perro mayor, afirma, es acompañarlo en una etapa especialmente sensible, pero también llena de afecto y conexión.