Natxo González reconquista El Quemao

El recuerdo era inmejorable para Natxo González, que en la edición previa del Billabong Quemao Class alcanzó la excelencia; es decir, se alzó por primera vez con el título en la ola del pueblo de La Santa, en la isla de Lanzarote, con una nota de 20 sobre 20. La huella tenía su peso, una mezcolanza de confianza y tensión por tratar de repetir semejante gloria, el papel que se visualiza en los sueños y que rara vez se transforma en realidad. Natxo fue capaz de plasmar el esplendor.

En el séptimo certamen del Billabong Quemao Class, como es lógico, acudió como gran candidato, y cumplió con las expectativas rozando la perfección: en el spot canario el surfista de Plentzia firmó olas de 8,83 y 9,27 puntos en la ronda final para convertirse en el primer concursante en lograr en dos ocasiones la victoria de una prueba creada en 2015 en memoria del difunto David Infante, Fula, que falleció durante un baño en el arrecife de coral en 2009.

El primer día arrancó con unas condiciones envidiables. “Esta competición es tan especial, nunca defrauda, ​las olas del lunes fueron simplemente geniales. Siempre es una gran oportunidad poder venir a Lanzarote”, describió González tras una jornada inaugural en la que selló su acceso a la final, donde se midió con el grancanario Luis Díaz, el tinerfeño Jonathan González y el irlandés Gearoid McDaid. Al poco tiempo de comenzar los 35 minutos de la ronda, el plentziarra firmó dos buenas olas que luego fue incapaz de mejorar. Aunque la nota de 18,10 fue suficiente para volver a alzar los brazos en El Quemao, donde Natxo escribió los dos totales más altos de la competición (18,23 en las semifinales y el citado 18,10 en la final); McDaid pudo presumir de ser el único surfista de la competición en lograr una ola de 10, y Jonathan González dibujó la ola de mejor puntuación de la final, con 9,77.

“La final fue estresante”, comentó el vizcaino una vez coronado. “Empecé con dos buenas olas, pero dejé la puerta abierta hasta el final. Luis y Jonathan estuvieron al alcance de una bomba hasta el final. ¡Los últimos dos minutos se sintieron como una hora!”, admitió Natxo González, y es que Jonathan logró el 9,77 a apenas cuatro minutos de la conclusión de la manga.

“Al final las cosas salieron como yo quería y estoy muy agradecido. Todos los que me conocen saben que este es un lugar especial para mí”, repasó el plentziarra, quien admitió que precisamente por ese sentimiento de “lugar especial” abordó el evento con inquietud. “El primer día de competición estaba nervioso, esa especie de nerviosismo que siempre tuve en El Quemao, y eso no se quita. Fue un día pesado con bombas sólidas, pero también hubo un par de olas que podrían haber tenido graves consecuencias”, analizó, mientras asimilaba su nuevo éxito en un paraje idílico que reúne a los mejores especialistas de Europa.

“Ahora estoy parado aquí, por segunda vez, y estoy increíblemente feliz y agradecido. Estoy abrumado y más que agradecido por lo sucedido. ¡No me puedo creer que haya ganado de nuevo el Quemao Class! Muchas gracias a los organizadores y a todos los involucrados en organizar este increíble evento y muchas gracias a mi familia”, expresó Natxo, quien mandó disculpas por ausentarse en las fechas navideñas para una actuación de la que su familia estará orgullosa. “Perdón por perderme la Navidad, pero creo que valió la pena”, manifestó con un gesto de sonrisa que bien proyectaba la satisfacción de lo conseguido. “Y gracias a mis amigos y patrocinadores por el increíble apoyo”, añadió por subirse a un podio que compartió con el francés Pierre Louis Costes, que se alzó con la victoria en la categoría de bodyboard.