Bizkaia

Mikel Ocio: "Hemos agotado el cupo de rascacielos en Bilbao"

Urbanista jubilado partícipe en los PGOU de 1995 y 2022
La foto está tomada en el sitio que más le gusta al protagonista. "En la plaza Moyúa mirando hacia la torre de Pelli por la calle Elcano, dando continuidad a la trama urbana del Ensanche con la que se llega a la ría y al nuevo espacio de Abandoibarra.
La foto está tomada en el sitio que más le gusta al protagonista. "En la plaza Moyúa mirando hacia la torre de Pelli por la calle Elcano, dando continuidad a la trama urbana del Ensanche con la que se llega a la ría y al nuevo espacio de Abandoibarra.

Se ha jubilado con el deber cumplido de ver aprobado el Plan General de Ordenación Urbana, el segundo en el que participa tras el anterior de 1995, algo totalmente inédito

Mikel Ocio siempre se ha esforzado en ser claro y didáctico a la hora de vender su trabajo de urbanista plagado de tecnicismos y palabros. Tanto que todos los grupos municipales le agradecieron su esfuerzo cuando en marzo pasado se aprobó el segundo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Bilbao, algo que, reconoce, "da satisfacción".

Ha sido el maestro de ceremonia de la evolución de una ciudad durante casi 40 años. Ahí es nada.

—Esa definición es demasiado importante. He sido director de un grupo de profesionales que ha sacado adelante los planes y más en este segundo. Hay que reconocer que el de 1995 es el PGOU de Ibon Areso, pero desde que la participación ciudadana se ha incorporado a la redacción de estos documentos urbanísticos, los planes ya no son de autor.

Entonces ¿qué son?

—El resultado de la colaboración y participación de técnicos, de agentes vecinales y entornos sociales.

Es el plan urbanístico con más participación ciudadana de la historia.

—El contactoha sido constante, incluso por encima de lo que dice la ley.

Está consensuado entonces.

—Bueno, los vecinos dicen que está sin consensuar. No siempre las decisiones tomadas han respetado al 100% las opiniones vecinales, pero es verdad, que no se han defraudado las expectativas de la participación.

A pesar de ello los bilbainos están satisfechos con su ciudad.

—Lo dicen las encuestas y es algo de lo que enorgullecerse. Ver cómo la gente coloniza los paseos nuevos alrededor de la ría es una gozada.

¿Qué es más importante? ¿La cirugía urbanística de grandes obras o conseguir una ciudad cohesionada mirando a los barrios?

—Las dos cuestiones no son antagónicas. Una ciudad cohesionada socialmente necesita actuaciones de cirugía que ayuden a mejorar el "motor económico" de la ciudad y sostener la actividad en todos los sectores.

¿Conseguirá Bilbao ser una ciudad de 15 minutos? Esa filosofía de moda en Europa que plantea contar con todos los servicios a un cuarto de hora de casa.

—Los hemos tratado de incorporar identificando los llamados corazones de barrio en los que a pesar de que existan locales en plantas bajas vacíos, no se permite su destino a usos como garajes, trasteros o incluso viviendas. El objetivo es mantener abierta la puerta a la apertura de usos comerciales de proximidad.

Teniendo en cuenta que los orígenes son muy diferentes ¿Qué evolución ha visto entre los dos planes?

—A finales de los 80 veníamos de una gran crisis social y económica, había necesidad de no perder la marca de la ciudad e incorporarle elementos para mantener su nivel de referencia. Y hablo del Palacio Euskalduna, del Guggenheim heredado como concepto del proyecto del cubo de la Alhóndiga de Oteiza, esa dinámica marcó el PGOU de 1995. Además, el puerto empezaba a dejar sus muelles en la villa y se creaban espacios significativos.

¿Y el principal foco del PGOU 2022?

—Acabar de rematar proyectos definidos en los acuerdos con otras administraciones, que no estaban en 1995, y mejorar infraestructuras que suponen eliminar las barreras existentes fruto de las obras anteriores.

¿Por ejemplo?

—La estación de Abando, Punta Zorrotza, Olabeaga... son proyectos que ya estaban encima de la mesa y que con el nuevo plan se cierran. Van a permitir integrar definitivamente a todos los barrios del sur de la ciudad.

Como el derribo del viaducto de la A-8 en Rekalde, ahora de actualidad.

—Esta incluido, sí, con la propuesta foral y la aprobación también de las asociaciones del barrio.

¿Bilbao va a crecer más a lo alto?

—Hemos agotado el cupo de rascacielos o de bloques de cierta altura. Los más elevados a construir serán los que vayan en la operación de la mencionada estación de Abando, pero serán de 10 plantas como mucho.

Por lo que dice no hay previstos nuevos grandes proyectos de impacto.

—Efectivamente, de transformación no los hay, excepto el soterramiento de la estación de Abando.

¿Va a desarrollarse Bilbao tanto en los próximos 30 años como lo ha hecho en los últimas tres décadas?

—Nuestro futuro urbanístico hay que entenderlo en el área metropolitana. Los 350.000 bilbainos somos el corazón de un millón de habitantes de la metrópoli. Las reflexiones de futuro hay que hacerlas con esta visión .

Eso creo que va ser muy difícil.

—Es que como municipio no tenemos más suelos que transformar. En 30 años estarán culminados Zorrotzaurre, Olabeaga, Punta Zorrotza, Bolueta..., ya no quedarán oportunidades que no se van reutilizar o sustituir edificios actuales.

Quedaría la zona de Elorrieta.

—Será la última, sí, cuando el Ayuntamiento decida mover los servicios que hay ahí y trasladarlos a otros emplazamientos. Será importante.

Pues a priori no lo parece.

—Es que, acompañada de lo que pretende la Diputación con el bidegorri de la margen derecha, va a suponer una unión de Bilbao con Erandio. Somos una área metropolitana pero las comunicaciones entre municipios son muy poco amables. No continua la trama urbana como ocurre entre Portugalete y Santurtzi, por ejemplo.

Vamos, Bilbao está como aislado de los municipios que le rodean.

—Prácticamente, por eso desde la Diputación, en el Plan Territorial Parcial que está redactando, tienen que alimentar esa visión metropolitana. En este mundo global tenemos que vendernos como Bilbao una metrópoli de un millón de habitantes. El futuro del crecimiento de Bilbao es ser corazón de la metrópoli.

Va a costar generar un sentimiento social metropolitano. No existe.

—Es cierto, nos sentimos de Bilbao, Getxo o Erandio. Es bueno apreciar dónde vivimos, porque eso nos lleva a cuidarlo, pero no perdamos de vista que vamos todos juntos. Las instituciones deben cultivar esa idea.

¿Le queda alguna espinita clavada?

—Sin ser pretencioso, no. En urbanismo los proyectos son a muy largo plazo, por eso me conformo con sembrar para que otros recojan en el futuro. Me voy con la satisfacción de haber trabajado en este segundo PGOU y que en el proceso de participación ciudadana conseguimos respuestas de los ciudadanos que me dejaron encantado. l

"Excepto el soterramiento de la estación de Abando, no hay previstos nuevos proyectos ?de transformación"

"Nuestro futuro urbanístico hay que entenderlo en el área metropolitana, somos el corazón de un millón de habitantes"

"En urbanismo, los proyectos son a largo plazo, me conformo con sembrar para que en el futuro otros recojan"

2022-05-30T08:49:02+02:00
En directo
Onda Vasca En Directo