La planta de Metabarri, ubicada en el Ecoparque de Artigas, se convertirá en la primera instalación de biometanización con estas características en Euskadi. Este proyecto, gestionado por Prezero en colaboración público-privada con el EVE y la Diputación de Bizkaia, busca alinear al territorio con los objetivos europeos de gestión de residuos.
La iniciativa tiene como fin tratar el residuo orgánico de Bizkaia para producir gas renovable (biometano) que servirá como abono valorizado para huertas y jardines. El biometano resultante es un gas con las mismas características que el gas natural de naturaleza fósil, el cual se inyectará en la red de distribución. Se estima que, en plena producción, Metabarri podrá calentar unos 12.700 hogares, lo que equivale al 5% de las viviendas de Euskadi.
En ONDA VASCA hemos querido hacer pedagogía sobre esta nueva planta. Arantxa Atutxa, diputada de Medio Natural y Agricultura de la Diputación Foral de Vizcaya, ha enfatizado la necesidad de la instalación para abordar los desafíos ambientales. "Yo creo que es una planta necesaria en estos momentos. Tenemos unos retos europeos que abordar donde hay que ir reduciendo en primer en primer lugar la generación, en segundo lugar reciclando más y en tercer lugar vertiendo menos", señala.
El proyecto es visto como un avance integral en la descarbonización y la economía circular. Matías de Lecea, director de Prezero en Euskadi, destaca la eficiencia del modelo: "Yo creo que es un claro ejemplo de de economía circular y también se puede decir de proyecto redondo, porque no tiene aristas en ese sentido".
Desde el punto de vista energético, la viceconsejera de Transición Energética, Irantzu Allende, subraya, en este sentido, la contribución del biometano al mix energético, especialmente para industrias que no pueden electrificarse. Además, destaca la importancia geopolítica de la iniciativa: "Creo que al final nos da más autonomía estratégica, una mayor tasa de abastecimiento en las energías renovables además, porque va a ser una energía renovable y no podemos mirar atrás", remarca.
La planta implicará una inversión de 21 millones de euros, con un contrato de explotación de 23 años. Su operación permitirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en aproximadamente un 95% respecto a los combustibles fósiles. La fecha objetivo para el inicio de su funcionamiento es junio de 2026.