París, en 1924, era alegría, fiesta, belleza, amor... La sociedad quería reponerse de la Gran Guerra. Había necesidad de olvidar y ganas de celebrar. Unos brindis cuyos ecos siguen resonando hoy. A ese París nos traslada Máximo Huerta con su novela 'París despertaba tarde'. Como él mismo reconoce en Onda Vasca con Txema Gutiérrez: "Como escritor y como lector, es la novela que desearía leer ahora para irme justo un siglo atrás".
Es una novela de segundas oportunidades, las que buscan unas protagonistas femeninas muy fuertes. Ellas son Kiki de Montparnasse, con un pasado doloroso frente al cual quiere vivir "en ese mundo de bohemia" y Alice Humbert, que se repone de una gran ruptura sentimental y que necesita, como la propia ciudad, alcanzar la metamorfosis. "Esas dos amigas tiran hacia delante en esta historia de olvido y renacer", subraya Huerta.
La historia comenzó a tomar forma en la cabeza del autor hace ya 10 años, pero el proceso ha sido largo y requería de mucha documentación, porque quería ser fiel: "Quería ambientarla con toda la exactitud de los que aparecen en la novela, todos los lugares, moda, pintura, arte, ocio...todo tenía que ser exacto. He sido obsesivo hasta el paroxismo con los detalles. Quería que el lector sienta que de verdad está entrando en una máquina del tiempo. Cuando hablo de que había una orgía en tal sitio sí, sucedió y estaba el príncipe de Gales. No es ficción".
La gira promocional de este libro es lo único que trastoca la tranquilidad que ha alcanzado Máximo Huerta en su vida: "Por las mañanas paseo a la perra, arreglo a mi madre, me pongo a escribir mi próxima novela...y, por la tarde, me bajo a la librería". De esos pequeños negocios de toda la vida hace una defensa cerrada: "Estoy también a favor de las grandes cadenas, pero doy las gracias a esos libreros por haber vuelto a recuperar el espíritu librero. Esas pequeñas librerías que viven, sobreviven y cuidan mucho los libros".