La Navidad no sería lo mismo sin sus creaciones. Luis Ibáñez, más conocido como el belenista de Durango, regresa un año más con un total de doce montajes repartidos por distintos rincones de la villa. Algunos de ellos se estrenan por primera vez, incorporando nuevas escenas y detalles que prometen sorprender tanto a los habituales de la ruta como a quienes la descubren por primera vez. De las nuevas obras que pueden verse este año, la más amplia y novedosa se encuentra en una panadería del casco viejo. Con un tamaño de dos metros por 1,70 metros, medidas justas para poder instalarlo en el escaparate, el trabajo podrá verse durante todas las fiestas navideñas. Bajo el título El edicto, hace referencia al decreto del emperador romano César Augusto que dispuso realizar un censo en todo el imperio. Debido a esta orden, San José, tuvo que viajar desde Nazaret hasta Belén para inscribirse, lo que ocasionó que Jesús naciera en esa ciudad. “Está basado en esa ley que puede leerse en un árbol. Allí pueden verse diferentes personas, oficios, un rebaño de ovejas, mucho romano y la cuadriga de caballos. Lo que más me ha costado han sido los miradores de las casas; son muchos detalles hechos con poliespán. Cada belén me ocupa en torno a tres meses de trabajo. Le dedico muchas horas: hay jornadas en las que solo puedo invertir un ratito, y otras en las que llego a pasar hasta diez horas seguidas creando. Antes de ponerme manos a la obra me documento y planifico, y durante la ejecución cuido al máximo todos los detalles-materiales, escala, iluminación y ambientación- porque mi objetivo es hacer creaciones de calidad que emocionen y respeten la tradición”, puntualiza con sentimiento su creador.
Belén que puede verse en la panadería del casco viejo de Durango
Además de su novedoso trabajo, este año Luis Ibáñez también expone nueve belenes en la ermita de Madalena. Entre ellos, tres novedosos. La carpintería San José, trabajo que le solicitaron desde el Museo de Pasos de Bilbao y que por primera vez se puede ver en Durango; La huida a Egipto, una versión renovada del que pudo verse el año pasado y ahora se presenta en un desfiladero, y Los tres Reyes. “Estas son las tres novedades que se completarán con otros seis belenes. Todos ellos se podrán ver en la ermita de Madalena. Es un sitio céntrico y accesible donde se puede exponer muy bien y la gente podrá ver con comodidad los trabajos”, agradece la posibilidad de exponer en el templo.
Trayectoria
En lo que a la trayectoria de Luis Ibáñez se refiere, el artista acumula tres décadas creando belenes y ha combinado escenas tradicionales con paisajes locales, inspirándose en monumentos emblemáticos como el pórtico de Santa María, el Ayuntamiento, Kurutziaga, las tres cruces de Urkiola o Garai, reinterpretando así el belén desde una perspectiva cercana y con toque local. Sin embargo, en las últimas ediciones, Ibáñez ha optado por una línea más histórica y bíblica, dejando de lado los paisajes locales para centrarse en grandes episodios del Evangelio. Hace dos años presentó una impactante escena dedicada a Herodes, mientras que las pasadas navidades sorprendió con una recreación del episodio del descanso en la huida a Egipto, una obra que le fue encargada y que anteriormente se había expuesto en el Museo de Pasos de Bilbao. En ella, Ibáñez combina con cuidados detalles elementos egipcios -pirámides, esfinge, oasis y burros de viaje- con una ambientación cálida y humana que refleja su estilo personal.
'El descanso: Huida a Egipto' puede verse en la cafetería del Hogar del Jubilado
Además, el artista continúa colaborando en otros proyectos, como fue el Belén de la celebración de la Copa del Athletic, una obra colectiva con más de 300 figuras que se hizo viral por su originalidad y simpatía. Aunque Ibáñez no descarta volver a sus orígenes con belenes inspirados en Durangaldea, por el momento mantiene su enfoque en las escenas históricas y en seguir innovando dentro del arte belenista. “Entre primero, segundo y tercero, llevo diez premios a nivel de Bizkaia. Es algo que siempre me ha gustado y suelo participar también en diferentes certámenes”, reconoce con orgullo.
El resto de los trabajos de este año pueden verse en el Hogar del Jubilado de Durango; uno pequeño en la entrada y otro de grandes dimensiones en el bar bajo el título: El descanso: huida a Egipto.
La ermita de Madalena acoge nueve creaciones del belenista
Como viene siendo habitual, todas las creaciones podrán disfrutarse hasta el próximo 6 de enero en el municipio. Reconociendo que "estoy un poco cansado”, Luis sigue disfrutando de su gran pasión aunque con menos tiempo del que le gustaría. “Al final entre médicos y demás uno ya no está tan disponible. Me acaban de operar de un ojo y estoy esperando a que me hagan el otro. Con esto no estoy diciendo que lo vaya a dejar, pero sí organizarme de otra manera”, reconoce a sus 76 años.
Desde niño
Pintor jubilado y riojano de nacimiento, Luis Ibáñez ha sido, desde niño, un enamorado del arte del belenismo. Su pasión por los nacimientos se despertó muy pronto, casi al mismo tiempo que su curiosidad por los pinceles y los colores. A los doce años, cuando ya residía en Durango, decidió participar en un certamen de belenes infantiles y, para sorpresa de muchos, se alzó con el primer premio. Aquella experiencia marcaría el inicio de una afición que, con el paso del tiempo, se convertiría en una auténtica vocación. “Cuando era niño, mi ama solía montar el belén en casa con todo el cariño del mundo, y yo me quedaba embobado mirando cada figura, cada detalle”, recuerda con nostalgia Ibáñez. “Siempre me han fascinado los belenes. Cuando nacieron mis hijos, sentí el deseo de continuar con esa tradición y empecé a montarles uno cada Navidad. Poco a poco fui añadiendo más figuras, más casas, más paisajes… hasta que llegó un momento en el que ya no me cabía en casa”. Fue entonces cuando amigos y conocidos le animaron a exponer su trabajo en una tienda de pinturas de Durango, y aquel impulso marcó el punto de partida de su faceta como creador y diseñador de sus propios belenes.
'La carpintería de San Jose' puede verse en la ermita de Madalena
Con los años, sus creaciones se han consolidado como uno de los grandes atractivos navideños de Durango, un elemento casi indispensable del ambiente festivo del municipio. Cada uno de sus belenes es el fruto de horas de imaginación, paciencia y destreza manual. Aunque solo permanecen expuestos durante unas pocas semanas al año, Ibáñez dedica prácticamente todo el año a planificar y construir nuevas ideas, buscando siempre sorprender con una escena diferente, original y cargada de sentimiento.