Las y los Bomberos Forales de Bizkaia han puesto de relieve una faceta esencial, aunque a menudo desconocida, de su trabajo: la intervención psicológica y el diálogo como método crucial para poder salvar vidas y situaciones de riesgo. Esta labor se ejemplificaba esta anoche durante una tentativa de suicidio en el entorno del Puente de Rontegi.
La intervención se inició cuando el equipo contactó con la persona en situación de riesgo. En medio de esta emergencia, el individuo pidió algo que puede parecer inusual "una taza de chocolate". Lejos de ignorar la petición, los bomberos prepararon la bebida en el parque.
Según relatan los Bomberos forales de Bizkaia en su cuenta de X, antes Twitter, "el compañero Íñigo" asumió el papel fundamental de mediador. Salió para entregar el chocolate y, más importante aún, para charlar con la persona. Esta conversación crítica se extendió por más de una hora. Gracias a la paciencia y la habilidad comunicativa, el resultado fue positivo: la persona finalmente desistió de su intento. Una vez finalizada la intervención con éxito, Íñigo, este profesional de los Bomberos y la persona regresaron al puente.
Esta intervención subraya que el trabajo de los bomberos en muchas ocasiones trasciende el rescate físico, requiriendo también una profunda capacidad de gestión de crisis emocionales. La propia cuenta oficial de los Bomberos de Bizkaia destaca una conclusión a modo de moraleja de la jornada: "Hablar salva vidas". Una historia que afortunadamente se ha resuelto con final feliz.