Actualizado hace 7 minutos
Los pasajeros de Bizkaibus pueden sentirse seguros. Los conductores de estas unidades, como ocurre con otros profesionales del transporte, se hallan sujetos a controles de alcoholemia que en el caso de los autobuses nuevos incluyen un dispositivo que impide arrancar el vehículo si, cuando se sopla, detecta que el profesional de la conducción ha ingerido alcohol, tal y como subrayan desde el departamento de Transportes, Movilidad y Turismo de la Diputación foral de Bizkaia. En este contexto, cuando se sustituye un autobús que ha cumplido su vida útil por uno nuevo, en los pliegos de contratación se demanda que el vehículo a estrenar lleve de manera obligatoria este dispositivo. En este sentido, a medio plazo este sistema se encontrará implantado en todas las unidades y en todos los concesionarios.
Estos controles de alcoholemia indican un límite legal estricto de 0,15 mg/l en aire espirado (o 0,3 g/l en sangre) para poder trabajar, similar a lo que aplica Dbus en Donostia, y son obligatorios si hay una colisión, siendo una medida clave para la seguridad vial, con sanciones y medidas disciplinarias si se supera. Las empresas de transporte pueden realizar controles preventivos al inicio de la jornada, y siempre se debe pasar la prueba tras un accidente, como ocurrió en Barakaldo en 2019 con un conductor de Bizkaibus. Sobrepasar la tasa puede acarrear multas económicas y retirada de puntos del carnet, además de posibles expedientes disciplinarios por parte de la empresa. La tendencia, impulsada por casos graves, apunta a implementar controles aleatorios y obligatorios al inicio del servicio, usando estos alcoholímetros antiarranque, para garantizar la seguridad.
Descarbonización
Dentro del plan de renovación de la flota, Bizkaibus avanza hacia la descarbonización, con vehículos eléctricos e híbridos que reduzcan su dependencia de combustibles fósiles. El 64% de las unidades que prestan el servicio en rutas urbanas utilizarán energías limpias para 2030, mientras que cinco años más tarde todas ellas serán eléctricas. La empresa opera actualmente con seis autobuses eléctricos y 91 híbridos, mientras que 26 de los 142 que se licitarán hasta 2027 son eléctricos y 81 híbridos. Esta transformación vendrá acompañada de un nuevo Sistema de Ayuda a la Explotación (SAE) con mayor seguridad, información al viajero, sistemas de ticketing modernos y conectividad WiFi. Todo ello se implementa con un Puesto de Mando Unificado con videovigilancia en tiempo real y protocolos conjuntos con Ertzaintza y policías locales, reforzando la seguridad del sistema.