Lobita no sólo es un perro, como ningún otro perro. La historia de Lovita, una Perra Lobo Checoslovaca de cuatro años, recuerda que detrás de cada mirada animal late un mundo de lealtad, instinto y emociones puras. Esterilizada y con un corazón enorme, hoy su vida atraviesa un giro inesperado: tras la ruptura de su familia humana, ella también perdió su hogar y ahora necesita encontrar un lugar donde ser comprendida.
Lobita necesita un nuevo hogar
La tormenta tras la separación
La historia de Lobita llegó a Café con Patas a través de un mensaje de WhatsApp de un amigo del programa. Después de la separación de un matrimonio, la perra pasó a vivir en un piso pequeño junto a los niños. Pero su espíritu, marcado por la esencia de su raza, no tardó en chocar con ese entorno limitado.
Puertas abiertas una y otra vez, ventanas trepadas como si fueran montañas, quejas vecinales e incluso la intervención de la policía se convirtieron en parte de la rutina.
Lobita pedía a su manera lo que todo Perro Lobo Checoslovaco necesita: espacio, aire, horizonte. Finalmente, su familia comprendió lo inevitable: aquella vida no era adecuada para ella.
Es una perra sociable y cariñosa, pero de cuya raza hay que entender sus necesidades
La raza que guarda memoria del lobo
En el Perro Lobo Checoslovaco conviven la sangre del lobo y la lealtad del pastor. Su inteligencia, su espíritu libre y su apego intenso los hacen compañeros únicos, pero también un desafío para quien no conoce sus necesidades.
No obedecen a golpes de autoridad: siguen a quienes logran un vínculo real. Necesitan, recorrer senderos, explorar, sentir olores que para los humanos son invisibles.
El alma que busca pertenecer
Cuando un PLC encuentra su manada, entrega una fidelidad sin condiciones. El lazo que crean con su guía es incomparable.
Lobita, lista y sensible, es sociable con otros perros y adora a los niños. Pero sobre todo necesita lo que su naturaleza le exige: un hogar que no la encierre, sino que la entienda. Una familia que la acoja no como un problema a resolver, sino como un sitio al que pertenecer.
Una oportunidad de renacer
Hoy, Lobita espera. Su historia no es la de una perra problemática, sino la de una compañera que busca el lugar, la familia, donde pueda ser quien es.
Si crees que puedes ofrecerle ese espacio y hogar a Lobita, puede ponerse en contacto con Café con Patas en los siguientes teléfonos. También puedes ayudar difunciendo la historia de Lobita.
Teléfonos: 661 25 89 44 / 688 854 852
Porque la vida de Lobita aún tiene muchas aventuras por delante, y lo único que le falta es alguien dispuesto a caminar a su lado.