No existe un futbolista más agradecido a su club y a su afición. Robin regresa a su querido equipo orgulloso después de haber logrado un título con la selección. El campeón de Italia ha pujado fuerte por él, pero no es fácil que se vaya de su Real.
PREGUNTA: ¿Echa de menos el rugido y adrenalina que le genera Anoeta?
RESPUESTA: Sí, claro que sí. Es algo que resulta complicado de explicar. El entrar en el campo, escuchar el himno, cuando nos apoyan… Es algo muy particular.
P: ¿Por las noches por su cabeza también resuenan los cánticos del fondo?
R: Sí, en mi caso al menos, cundo estoy en el campo juego tan concentrado en las jugadas que no te fijas tanto, pero vives momentos muy fuertes, cuando estás insistiendo en el área rival y la grada te empuja o estás sufriendo y tiran de ti. A veces la afición no se da cuenta, pero nos ayudan mucho con su apoyo.
P: Es uno de los más queridos de la afición.
R: Bueno, me siento muy querido. No tengo nada que reprochar, solo agradecer todo el cariño que me han dispensado desde que llegué. Desde los malos momentos hasta los mejores siempre he recibido sonrisas, ganas de hacerse fotos conmigo, ganas de apoyarme, todo lo que me ha dado el club… Solo tenga palabras de agradecimiento a la Real, a Euskadi y a Donostia.
P: 26 años, ya no es tan jovencito eh…
R: No, la verdad que no. Está claro que tengo más experiencia y me encuentro muy a gusto.
P: ¿Por qué cree que ha logrado triunfar de esta manera?
R: No me siento más fuerte que nadie o que el resto. Intento dar mi mejor versión en cada entrenamiento y he tenido la suerte de contar con un entrenador que confía en mí, que me exige, que no me permite ni relajarme ni un minuto y al final eso es lo mejor que le puede suceder a un jugador. Quiere lo mejor para ti y yo también, obviamente. Ha sido como una mezcla que me ha permitido mejorar en todas las facetas. Me queda un mundo, pero me encuentro más fuerte física y técnicamente; sobre en este último apartado Imanol me pide que me atreva, de salir con la pelota. Tácticamente también, con muchas horas de vídeo para intentar mejorar en cada jugada. A esto se le llama experiencia. Vivir cada jugada y aprender de los errores. No hay soluciones especiales, se han juntado muchas cosas, y estoy en un lugar perfecto para desarrollarme.
P: El éxito de Imanol se explica con Robin, van de la mano.
R: (Risas) No, no, no… El éxito de Robin, o el poco éxito que tiene, es gracias a Imanol y a sus compañeros. La realidad es que llevamos ocho años porque en el Sanse ya estaba con él. Ha sido una de las mejores cosas que me podían pasar en el fútbol.
P: Mira hacia atrás y piensa: 'Es que he vivido cosas que no me hubiera imaginado en la vida, ni en sueños'.
R: Está claro. Cuando era pequeño no podía soñar con nada de esto. Sí que sueñas, pero para alcanzarlas hay un mundo y lograr tantas cosas pues es algo increíble. Por eso no quiero ponerme techo, porque cuando te han dado la oportunidad de llegar a un club como la Real, te han hecho debutar, jugar y tener esta confianza del míster es para agradecerlo mucho. Y luego ya, hasta donde me den las piernas y la cabeza.
P: Su nombre ha estado relacionado con el del Nápoles a lo largo de todo el verano.
R: Todos los veranos son así. Hay que agradecer también que un equipo como el Nápoles, campeón de Italia, se fije en ti porque habla bien de lo que estás haciendo. Pero yo salía de una temporada con muchos partidos y la verdad es que me enteré muy tarde.
P: O sea que algo ha habido.
R: Sí, sí, ha habido contactos, pero yo estoy bien aquí y ya había hablado con mis representantes. Me fui de vacaciones muy tranquilo.
P: ¿Ha hablado con Aperribay sobre el tema?
R: No, yo no, tengo gente que se encarga de esto. Yo ya tengo suficiente con trabajar en el día a día.
P: Llega a visualizar la forma en la que podría acceder a salir de la Real? Un gigante, con un gran traspaso…
R: Me pillas un poco en fuera de juego. Tengo contrato con la Real, estoy muy feliz aquí y nos espera un año tremendo por delante. Descubrir la Champions con la Real es algo increíble para mí. Estoy concentrado en eso. En el fútbol nunca sabes lo que puede pasar en el día de mañana. Yo estoy superfeliz aquí y estoy en un sitio en el que mejoro cada año y el míster me exige. Es lo que pido al fútbol.
P: Siempre declara considerarse ser un canterano, ¿también siente de la misma manera poder quedarse toda su carrera aquí?
R: Yo me considero un canterano más porque llevo ocho cursos en la Real. Llegué con 18 años y no tenía nivel para jugar en Primera. La que me ha formado primero para poder competir en su filial y luego en Primera ha sido la Real. No tiene sentido que no me consideren un canterano. Ayer hablaba con Aihen que llevábamos jugando ocho campañas juntos. Si puedo estar toda mi carrera en la Real sería fantástico para mí. La gente me quiere, me siento muy feliz. Aunque luego nunca sabes lo que puede suceder en el fútbol.
P: Insiste en lo de agradecer, ¿pero piensa lo afortunado que fue un club como la Real la que apostó por usted?
R: Sí, soy un auténtico privilegiado. Me he formado aquí, me han hecho jugador de Primera y luego que te llame el seleccionado para decirme todo lo que me comentó pues es algo que nunca pude imaginar. No puedo pedir más, estoy superfeliz. Tengo una familia y un club excepcionales, juego en la selección, he ganado títulos…
P: ¿Y ha cambiado mucho el bretón que vive en Astigarraga y que juega con los niños en las calles?
R: Ojalá y espero que no. Pienso que no. Pero igual hay gente que piensa que sí. He madurado con el paso de los años, ya 26, aunque no he cambiado y cuento con mucha gente a mi alrededor que no lo permitiría. Mi familia, Imanol, el club, mis compañeros...Lo que me ha traído aquí es mi trabajo y querer jugar al fútbol. Y así sigue siendo.