Es 1985. Una adolescente alumbra a una niña en una clínica clandestina, de la que le separan inmediatamente después del parto, por decisión de su padre, un poderoso médico vinculado a las élites del franquismo. Años más tarde Carlota Aguado, jueza de fuerte carácter y pasado enigmático, contrata los servicios del detective Roures, con quien le une una intensa relación sentimental, para que investigue su propio caso: la separación forzada de un bebé que alumbró muchos años atrás. La investigación de Roures pondrá sobre la mesa una verdad estremecedora.

En Amada Carlota, Marta Robles construye una historia que se mueve entre el pasado y el presente, en la que el carismático detective Tony Roures debe enfrentarse al misterio más íntimo: el que afecta al corazón de la mujer que ama. Robles se ha referido en Las mañanas de Onda Vasca al robo de bebés, tema central de la novela: "Empieza en el franquismo, pero lo peor es que sigue luego en democracia. Hasta el año 1987, que es cuando cambia la ley, hay muchísimo registro de lo fácil que era dar en adopción a un niño de manera ilegal y arrebatárselo a a su madre. Pero es que años después sigue sucediendo, incluso hemos hemos visto algún caso en el presente".