La directiva reculó a medias y las peñas mantuvieron su decisión. Esta noche, Ipurua presentará salvo sorpresa un aspecto desangelado en el encuentro frente al Elche fruto de la decisión de las principales peñas de no acudir al estadio o de hacerlo sin sus habituales distintivos de animación.
El origen del conflicto reside en la decisión del club de declarar el partido de pago para los abonados, fijando precios de 10 euros para el público general y 5 euros para infantiles. La presión social obligó el sábado a la directiva a recular en uno de los puntos más polémicos -inicialmente se iba a cobrar automáticamente el importe a quien no "liberase" su asiento manualmente-, pero el mantenimiento del cobro de la entrada ha sido el motivo siempre de la queja y por tanto las peñas mantienen su decisión de no acudir al choque.
"Un pulso contra la directiva"
Tal y como se ha analizado este mediodía en los micrófonos de La Movida Deportiva, la sensación generalizada en la ciudad armera es de incomprensión absoluta. Manuel Pinardo, voz autorizada de la afición en Onda Vasca, ha calificado la situación como un "pulso de la afición contra la directiva, no contra los jugadores".
Pinardo ha confirmado que la protesta es secundada mayoritariamente, no por el importe económico en sí, sino por el "hartazgo" y las formas: "Nadie entiende la decisión. Diez euros no es mucho dinero, pero tal y como está la situación, cobrar a los socios ha sido un error de cálculo".
Un contexto deportivo asfixiante
El boicot social llega en el peor momento deportivo. El Eibar recibe en Copa a un Elche asentado en la zona media-alta de Primera y con los armeros en descenso en Segunda tras firmar un partido "terrorífico" en Córdoba, donde el equipo apenas tuvo un 27% de posesión y no generó peligro. "Hay desencanto, estrés y falta de ilusión", apuntaba Pinardo en la previa, quien vaticina un ambiente frío y una entrada que servirá de plebiscito contra la gestión de la cúpula directiva.