Las dos sesiones del juicio que se celebra en la Audiencia de Bizkaia donde se juzga a la enfermera acusada de simular vacunaciones en el centro de salud de Kabiezes, en Santurtzi, han servido para establecer un patrón claro en la forma de actuar de la acusada. Hasta 37 personas, entre padres, madres e incluso una amama, han comparecido y afirmado que el procedimiento de la enfermera era sospechoso e incluso extravagante.
Tal y como hicieron los familiares que declararon en la sesión del lunes, los testigos han coincidido en señalar que les llamó la atención la rapidez con la que realizaba el proceso. Según ha explicado una de las madres, hacía "un gesto superrápido" en el que considera "era imposible inocular el líquido de la vacuna". En palabras de otro padre, pensaba que "o no se la ponía, o se las pone mal o poco" porque era "extremadamente rápida". Un proceso que una abuela ha calificado "como una banderilla" y en el que, según otro testigo, "era pinchar y sacar".
La madre de uno de los menores atendidos se ha mostrado convencida de que no vacunó a su hija con dos dosis que ella había adquirido en la farmacia y que "se quedaron en la repisa" de la ventana. Además, otra madre ha afirmado que vio en una ocasión "tres o cuatro gotas" en el brazo de su hija, "suficiente para que no estuviera puesta entera" la vacuna.
Testimonios coincidentes
Otra de las madres ha asegurado que acudió a una cita para darle a su hija, entre otras vacunas, dos fuera del calendario vacunal obligatorio con las dosis que habían adquirido en la farmacia. "Nada más llegar se las dimos y ella las puso en la repisa de la ventana. Le inyectó y le algo de beber (una era bebible). Pero yo me percaté que las que yo le di se quedaron en la repisa", ha relatado.
Así, ha sostenido que está convencida de que con las vacunas que llevó no vacunó a su hija, aunque "cierto es que algo le dio". Aunque en principio pensó que podían haberle puesto otras que tuvieran en el centro de salud, al comentarle su hermana, también enfermera, que en "Osakidetza no se guarda stock", puso una reclamación, ha explicado.
Dos de los testigos han asegurado que habían observado, en las sesiones de vacunación, líquido fuera. Un padre ha explicado que cayó "un cerco en el pantalón", aunque la enfermera le aseguró que era "normal" porque venía "más dosis" de la necesaria.
Otra madre, enfermera de profesión, ha relatado que, en una ocasión, vio líquido en el brazo de la niña --"tres o cuatro gotas pero suficiente para que no estuviera puesta entera"-- y, aunque no dijo "nada en ese momento", decidió "observarla con lupa" porque no le "gustaba su forma de actuar, pero no sabía si era por torpeza, por una mala praxis...".
Las familias de algunos de los menores afectados a los que se les hizo análisis serológico en Osakidetza o de manera privada han relatado que sus hijos dieron resultados negativos o positivos bajos a las vacunas que les había puesto la encausada.
Los familiares también han coincidido en explicar que sus hijos no sufrieron reacción cuando acudían a vacunarse con ella, mientras que, cuando lo habían hecho con otros profesionales, sí habían tenido los habituales síntomas. "Cero, como si no hubiese pasado nada", ha apuntado una de las madres, mientras que otra ha indicado que pensaban que tenían "un superbebé".
Algunos de los padres y madres han manifestado que les llamaba la atención que el "comportamiento era extraño" de la enfermera. Según ha relatado una de las madres, le dijo a su hija que las gafas de sol "eran un invento de las ópticas, que se las tenía que quitar y mirar al sol directamente" y les habló sobre "los seres de luz y la importancia que tienen en nuestra vida".
Dos de las madres han explicado, por su parte, que la encausada les había comentado que la vacuna contra el tétanos no era "importante" y que, han indicado, "lo que tenían que hacer los niños era andar descalzos en la hierba y esa microrrotura que genera es una vacuna natural".
Una de las testigos ha asegurado, asimismo, que la encausada hacía comentarios que le "sorprendían" sobre la alimentación o "la protección solar que no era necesario darle" a su hijo.
Desde la defensa han cuestionado a las familias si habían visto alguna vez que la enfermera tirara inyecciones con el líquido de la vacuna dentro, algo que han negado.
El viernes declarará la enfermera
El juicio se reanudará este miércoles y está previsto que se prolongue hasta el viernes. La enfermera, que prestó servicios de Pedriatría en el centro de salud de Kabiezes desde febrero de 2021 hasta el 12 de septiembre de 2022, tenía, entre sus funciones, administrar a 404 menores en las revisiones pediátricas las vacunas. La Fiscalía le acusa de un delito continuado de daños, con el agravante prevalerse del carácter público, y un delito continuado de falsedad documental.
Por ello, solicita 7 años y seis meses de prisión y también de inhabilitación, así como una multa de 18.000 euros y una indemnización a Osakidetza por importe de 32.000 euros por los costes de las vacunas y gastos de personal en el nuevo proceso de vacunación que tuvo que acometer.
La Fiscalía considera que la enfermera "conscientemente no inoculaba las vacunas que correspondían según calendario o las inoculaba de manera distinta a la indicada en la guía de enfermería pediátrica y en el procedimiento de enfermería del Manual de Vacunaciones de Osakidetza y desechaba total o parcialmente las dosis correspondientes".
Por su parte, la acusación particular que representa a cerca de medio centenar de familias afectadas añade, en su escrito inicial, la petición de que sea condenada también por un delito de malversación, por lo que su solicitud de penas es superior a la de la Fiscalía. En concreto, contempla entre 12 y 17 años de prisión.