El reloj corre para las explotaciones avícolas. A partir de este lunes, 10 de noviembre, doce granjas de Navarra se confinarán y no podrán sacar a los animales al exterior para evitar riesgos y contagios de gripe aviar. Las explotaciones afectadas están en zonas de especial vigilancia o riesgo por su cercanía a humedales ya que son las aves silvestres las que transmiten el virus a las de granja.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación impone medidas de refuerzo drásticas para frenar la propagación de la influenza aviar. Esta acción sin precedentes responde a la constatación de un aumento del riesgo en Europa impulsado por la proliferación de casos en aves silvestres, la migración estacional y el descenso de las temperaturas. La medida más contundente es el confinamiento obligatorio de aves de corral, que afecta a un total de 1.199 municipios en todo el país.
Cierre total del corral
La lista de municipios sometidos a este riguroso cerco biológico incluye doce términos municipales de la Comunidad Foral. En estas zonas de especial riesgo y vigilancia, las prohibiciones son contundentes:
• Se veta de forma terminante la cría de aves de corral al aire libre.
• Se prohíbe taxativamente el uso de pájaros de los órdenes anseriformes (patos y gansos) y charadriformes como señuelo.
• Queda impedida la cría de patos y gansos conjuntamente con otras aves de corral.
Excepciones
Agricultura, sin embargo, ha previsto una válvula de escape para casos donde el confinamiento total sea inviable. En tales circunstancias excepcionales, la autoridad competente puede autorizar la cría al aire libre, siempre que se establezcan barreras físicas eficaces, como telas pajareras o dispositivos similares, para impedir cualquier entrada de aves silvestres.
Cuando se aplican estas excepciones, la normativa es tajante: la alimentación y el suministro de agua deben realizarse en el interior de las instalaciones o en refugios. El objetivo es eliminar cualquier posibilidad de que las aves silvestres entren en contacto con el sustento destinado al ganado de corral. El refugio, por tanto, debe estar diseñado para impedir la llegada de aves silvestres y evitar que entren en contacto con la comida y el agua de las aves de corral.
Cerco al agua contaminada
La regulación no deja cabos sueltos, enfocándose en la vigilancia del recurso hídrico. La orden prohíbe categóricamente dar agua a las aves de corral si esta proviene de depósitos accesibles a aves silvestres. Solo se podrá usar si ha sido tratada previamente para garantizar la inactivación de cualquier posible virus de influenza aviar. Incluso aquellos depósitos de agua exteriores, necesarios por motivos de bienestar animal para ciertas aves, deben ser "protegidos suficientemente" contra las aves acuáticas silvestres.
Sin concentraciones avícolas
Las medidas de protección se extienden al ámbito social y económico. Se prohíbe la presencia de aves de corral u otro tipo de aves cautivas en cualquier centro de concentración de animales. Esto supone la suspensión inmediata de cualquier certamen ganadero, muestra, exhibición y celebración cultural que implique la reunión de aves cautivas, así como cualquier otra concentración de aves cautivas.
Extremar medidas de seguridad
Las explotaciones agrícolas que no estén situadas en las zonas cercanas a humedales también deberán tomar medidas de precaución. El Ministerio ha emitido una llamada a la prudencia y la acción inmediata: es vital extremar las medidas de bioseguridad en todas las explotaciones avícolas. El foco principal debe ser evitar el contacto con las aves silvestres.
Además, se exige reforzar la vigilancia pasiva y la notificación debe ser inmediata ante cualquier mínima sospecha de enfermedad a los servicios veterinarios oficiales. Es un recordatorio clave que las comunidades autónomas, incluida Navarra, tienen las competencias en sanidad animal, lo que les permite determinar e imponer medidas complementarias para blindar sus regiones contra la enfermedad y evitar su propagación.