Ante la dificultad que tendrá por delante el Athletic este jueves en Manchester de tener que remontar un 0-3 para clasificarse a la final de la presente edición de la Europa League, los aficionados del conjunto bilbaíno se están comenzando a aferrar a cualquier antecedente positivo que tenga que ver con la posible gesta de los de Ernesto Valverde. Todo ello, con el objetivo de aumentar los niveles de esperanza y que de este modo, también se traslade a un vestuario que se ve "capaz" de darle la vuelta a la eliminatoria, tal y como aseguraron Unai Simón e Iñigo Lekue, en la conclusión del derbi el pasado domingo en Anoeta.
Por esta razón, gran parte de la hinchada zurigorri está creando en redes sociales mensajes que invitan al optimismo y a su vez, hay quien ha indagado en antecedentes recientes positivos en competiciones europeas que tienen una mínima relación con el equipo de San Mamés. De los precedentes más nombrados estos días ha sido una de las remontadas que más huella ha dejado en el viejo continente en los últimos tiempos, la que protagonizó el Olympiakos de José Luis Mendilibar la temporada pasada en Conference League frente al Maccabi Tel Aviv.
Una eliminatoria para la historia
El técnico de Zaldibar aterrizó en El Pireo en febrero de 2024 convirtiéndose en el cuarto entrenador de la campaña de los Erythrolefki. Llegaba en una situación delicada para la institución comandada por Evangelos Marinakis, después de tener muy pocas opciones al título liguero en la competición doméstica y haber quedado eliminado de la Europa League. Por lo que la Conference se convertía en una oportunidad para ilusionar a la afición en los últimos meses del curso.
El primer rival al que se enfrentaron los helenos en dieciseisavos fue el Ferencváros, ante el cual, consiguieron el pase a la siguiente ronda sin muchos apuros. En cambio, el punto álgido del torneo para los de Mendilibar llegaría en octavos de final ante el Maccabi Tel Aviv, ronda con la que grabaron su nombre con letras de oro en la historia del fútbol europeo.
A una primera vista, era una eliminatoria que no llamaba mucho la atención, puesto que se veían las caras dos equipos muy laureados en sus respectivos países, pero que en las competiciones europeas cosechaban un recorrido poco exitoso. Sin embargo, el transcurso de los dos partidos de esta ronda marcaron un antes y un después para ambos conjuntos, sobre todo para el combinado griego.
La ida se disputaba en el Stadio Georgios Karaiskakis de El Pireo, lo que podía permitir al Olympiakos dar un golpe encima de la mesa y de esta manera encarrilar su pase a cuartos. Pero, rompiendo con todos los pronósticos el Maccabi Tel Aviv fue capaz de vencer por 1-4, lo que obligaba a la plantilla dirigida por el técnico de Zaldibar remontar fuera de casa una desventaja de tres tantos, la misma a la que tendrá que hacer frente el Athletic en Old Trafford.
A pesar de la dificultad para los Τhrylos, sobre el papel, el contexto era distinto al una eliminatoria al uso, dado que la vuelta se disputaría en terreno neutral (Bačka Topola, Serbia), por el conflicto de Oriente Medio entre Israel y Palestina. Ante esta situación atípica, los jugadores de Mendilibar salieron con el cuchillo entre los dientes y se pusieron 0-3 al descanso. A la vuelta del túnel de vestuarios, el Maccabi puso tierra de por medio anotando el 1-3, pero, a los pocos minutos el Olympiakos volvió a igualar la eliminatoria marcando el cuarto. Con este electrónico se llegó a la prórroga y en el tiempo extra los de El Pireo completaron la remontada finalizando el choque 1-6.
Aquella gesta significó un vuelco en el ánimo del cuadro heleno de cara al final de temporada, ya que fueron capaces de conquistar la Conference League, después de dejar en el camino a Fenerbahçe, Aston Villa y Fiorentina. Un hito por el que el extécnico del Athletic siempre será recordado en las gradas del Georgios Karaiskakis.