Esta semana, el historiador Luis de Guezala, de la Fundación Sabino Arana ha analizado en ONDA VASCA, las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial para el exilio vasco. Tras la Guerra Civil Española, el Gobierno Vasco, con sede en París, se vio obligado a reorganizarse drásticamente ante la invasión alemana de Francia en 1940. El lehendakari Agirre desapareció y los consejeros tuvieron que huir, lo que provocó una gran desarticulación de la administración vasca.

Para suplir esta ausencia, se creó el Consejo Nacional de Euzkadi-Euzkadi'ko Batzar Nagusia, que asumió las funciones de gobierno de manera interina. Este organismo jugó un papel fundamental en mantener viva la representación vasca en el exterior hasta la reaparición de Agirre en América. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial supuso un duro golpe para el exilio vasco, que tuvo que reorganizarse constantemente para sobrevivir en un contexto internacional cada vez más hostil.