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La temporada 2025 concluyó como una de las más emocionantes de la Fórmula 1, lo que elevó el reto de aumentar el espectáculo de cara a un 2026 que se presenta como el año más revolucionario de la historia. Así lo consideran todos los agentes involucrados debido a la entrada en vigor de un nuevo paquete reglamentario que traerá un profundo cambio con afectación a los apartados técnico, deportivo y financiero. Se trata de una redefinición de la máxima categoría del automovilismo.
La normativa, implantada por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) en consonancia con los equipos y dada a conocer este mes de diciembre, aboga por elevar la competencia con monoplazas menos complejos, dotados de una tecnología más económica que desencadene en un mayor número de adelantamientos. Por eso, las nuevas leyes tienen incidencia en todos los aspectos de los coches: las dimensiones, el peso, la aerodinámica, la potencia, la seguridad y la sostenibilidad.
Uno de los símbolos de la Fórmula 1 de los últimos tiempos ha sido el Drag Reduction System (DRS), que desaparecerá. Este elemento que permitía a los pilotos reducir la resistencia al aire en determinadas zonas del circuito para facilitar los adelantamientos será reemplazado por un sistema que promete ser más estratégico. Ahora se da paso a conceptos denominados como Overtake Mode, Boost Mode y Active Aero, que son herramientas para la gestión de la energía de los nuevos monoplazas.
Las decisiones del piloto adquirirán importancia
El Overtake Mode sustituye al DRS tradicional. En lugar de un alerón que se abre se da paso a una entrega extra de potencia en situación de adelantamiento, cuando el coche que ataca está a menos de un segundo del que le antecede. El coche atacante recibirá un extra de potencia en relación al que defiende posición. El Boost Mode permitirá decidir cuándo se entregará una mayor velocidad, ya sea para defender una posición o para atacar, que combina la potencia entregada por el motor térmico y la batería. Por último, el Active Aero son las alas delanteras y traseras móviles, lo que se denomina como aerodinámica activa, que permitirá ajustar el nivel de carga aerodinámica en función de si se requiere de más agarre en las curvas o de menos resistencia en las rectas. Con estos nuevos sistemas cobrará importancia el nivel estratégico de los pilotos, que adquirirán un papel más protagonista. La toma de decisiones a la hora de gestionar la aerodinámica y la energía serán fundamentales.
Lo más visible para los aficionados será el aspecto de los monoplazas. Serán coches más ligeros, con 30 kilos menos para alcanzar un peso máximo de 724 kilos en vacío, lo que permitirá que sean máquinas más ágiles, dóciles y rápidas. Las dimensiones de los coches también se verán reducidas: serán 200 milímetros más cortos en distancia entre ejes y 100 milímetros más estrechos, lo que aportará maniobrabilidad y un mayor espacio en pista para los adelantamientos. Los alerones también serán más pequeños.
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Menor carga y resistencia aerodinámica
Estas modificaciones reducirán la carga aerodinámica en un 30% y la resistencia aerodinámica en un 55%, de modo que los coches tendrán menor agarre o mayor degradación de neumáticos, y emitirán menos turbulencias, lo que permitirá rodar más pegados o incluso adelantar en curvas. A priori, se trata de coches más lentos en zonas reviradas, pero estarán capacitados para ofrecer una mayor aceleración. Se espera que en la primera etapa de esta nueva era los monoplazas pierdan velocidad por vuelta, pero a medida que se desarrollen y perfeccionen las tecnologías se cree que podrán equipararse o incluso mejorar los registros más recientes. Queda claro que las estrategias de carrera estarán ligada a la gestión energética.
Dentro de las carrocerías, las unidades de potencia seguirán portando un motor V6 turbo de 1,6 litros, pero el apartado de combustión ofrecerá casi la mitad de la entrega de potencia, mientras que la electricidad aportará cerca de la otra mitad –será alrededor de un 50/50 en vez del 80/20 anterior–, lo que hará que sean coches menos contaminantes.
En este sentido, la potencia electrónica se incrementará casi un tercio –de 120 kW a 350 kW–. Serán unidades de potencia menos complejas que las MGU-H de la etapa anterior, que recuperaban energía del calor del turbo; ahora esa energía se recuperará en las frenadas, un sistema más sencillo y económico que pretende democratizar la competición. La FIA trabaja también en la implantación de un techo de gasto para los motores en la búsqueda de equilibrar la competición.
Como nueva medida para eliminar emisiones contaminantes, los motores funcionarán con combustibles 100% sostenibles. La seguridad es otro reto de esta nueva etapa. Los coches incorporarán mejoras estructurales para reforzar las zonas de impactos frontales y laterales. Además, contarán con más indicadores lumínicos para ofrecer información sobre la situación energética durante las carreras. Se podrá observa a simple vista quién atesora más potencia pendiente de entregar o quién carece de ella.
Nuevas marcas
A fin de facilitar esta transición y potenciar el desarrollo, la FIA permitirá a las escuderías contar con más personal en el paddock y se ampliarán los días y las horas de los tests. Todos estos cambios han logrado seducir a marcas. El surgimiento de esta nueva etapa de la Fórmula 1 ha motivado a sumarse a la revolución. Audi –que sustituye a Sauber– y Cadillac se estrenarán en el Gran Circo para conformar un total de once equipos en lugar de diez, Ford trabajará de la mano con Red Bull y Honda se unirá al proyecto de Aston Martin. Habrá cinco fabricantes de unidades de potencia.
Ahora está por ver qué efectos tiene el cambio, qué escudería es capaz de obtener el mayor rendimiento ciñéndose a la nueva normativa, que promete sacudir el orden establecido. No se puede omitir que existe el temor de que suceda algo similar a lo ocurrido con la aparición de la era híbrida, que dio paso a un monopolio de Mercedes con ocho títulos mundiales consecutivos. El tiempo traerá respuestas y abrirá o cerrará debates. Lo que está claro es que la revolución ha llegado.