La 'regla de los cuatro regalos': el método para contener el gasto familiar navideño

Actualizado hace 7 minutos

Seguro que alguna vez te has preguntado cuál es la cifra ideal de regalos que los más pequeños deberían recibir por Navidad. Estos se llevan un buen pellizco del gasto navideño y limitarlos reduce el consumo impulsivo, mejora la planificación financiera, optimiza el presupuesto y favorece hábitos más sostenibles en los hogares.

A menudo resulta complicado controlar la cantidad de regalos que reciben, porque a los obsequios de casa se suman los que Olentzero, Papá Noel o los Reyes Magos dejan en las casas de los abuelos, los tíos y otros familiares.

Sin embargo, y más allá del consumismo, los expertos coinciden en que hay una cifra idónea de regalos para los más pequeños y esta es cuatro. Sostienen que si la cantidad es mayor se sentirán abrumados y perderán rápidamente el interés en ellos.

En este contexto, la regla de los cuatro regalos se presenta como una posible solución. Se trata de una guía sencilla y consciente para elegir qué regalar y cómo enseñar a los niños a valorar lo que reciben.

Qué es la 'regla de los cuatro regalos'

Esta teoría propone limitar a cuatro el número de obsequios por niño. No se trata de cuatro regalos cualquiera, sino que deben basarse en cuatro principios:

1- Algo para llevar o usar: ropa, zapatos, accesorios u otros objetos que puedan incorporar a su vida diaria.

2- Algo para leer: libros, cómics o material educativo que fomente la lectura y el aprendizaje.

3- Algo que deseen: un juguete o una actividad que realmente les haga ilusión y que hayan pedido antes.

4- Algo que necesiten: algo práctico que les sirva en su día a día, desde material escolar hasta accesorios para hobbies o deportes.

Una niña preparada para abrir los regalos.

Por qué menos es más

Estudios recientes muestran que los niños reciben hasta diez veces más regalos o juguetes de los que realmente necesitan y, pese a ello, solo juegan con unos pocos y el resto quedan en el olvido.

Así, frente a ese exceso, esta regla apuesta por la calidad frente a la cantidad, enseña a los niños a disfrutar de cada regalo y a apreciar lo que tienen, evita la sobrecarga de juguetes y con ella la pérdida de interés que provoca el exceso. Además, ayuda a mantener la emoción y el disfrute, promoviendo una experiencia más consciente y significativa de la Navidad.

El momento de escribir los regalos en la carta se puede convertir en un atractivo plan familiar, un momento en el que padres e hijos pueden charlar y reflexionar sobre lo que realmente desean y lo que necesitan.

Un valioso aprendizaje

El tema de los regalos va mucho más allá de los objetos en sí. A través de ellos, los más pequeños pueden aprender a tomar decisiones y a establecer prioridades, a valorar más lo que tienen y a ser agradecidos, a renunciar y a entender que no siempre se puede tener todo y a fortalecer su autonomía y a hacer sus propios razonamientos.

Además, a través de ellos también se pueden fomentar habilidades sociales y emocionales, como la empatía, la solidaridad y la generosidad, especialmente si se añade a la carta un pequeño regalo destinado a otra persona más necesitada. Esto ayuda a que los niños entiendan que los regalos no solo se reciben, sino que también se pueden dar y compartir.

Cómo aplicar la regla

Para implementar la regla de los cuatro regalos es importante tener en cuenta algunos aspectos:

- Coordinarse con la familia: hay que evitar duplicidades y un exceso de obsequios, apostando por la calidad y por regalos realmente significativos.

- Dar ejemplo: los niños aprenden de lo que ven, por lo que es clave que los adultos también regalen de forma consciente.

- Participar en actos solidarios: donar juguetes, visitar residencias o colaborar en comedores sociales hará que los niños sean más generosos y empáticos.

- Hacer regalos caseros o emocionales: pequeños detalles hechos a mano enseñan a los más pequeños valores como la creatividad, el esfuerzo y el cariño.

La regla de los cuatro regalos es una buena oportunidad para transformar la Navidad en una experiencia más consciente y valiosa. Limitar la cantidad de regalos hará que los más pequeños disfruten a tope de cada uno de ellos, los valoren más, sean más agradecidos y generosos y aprendan a vivir el auténtico espíritu navideño: compartir momentos, emociones y recuerdos con quienes más queremos.