La Real vive condenada al remolque

La épica se ha convertido en obligación y la tranquilidad en una utopía. El análisis detallado de los primeros 15 encuentros disputados de la Real Sociedad arroja luz sobre el principal problema del equipo: es dándole la vuelta o no es. Las cifras son contundentes y dibujan a un equipo que se ve forzado sistemáticamente a la reacción heroica debido a una puesta en escena deficiente y una defensa que ha perdido su solidez habitual.

El dato más demoledor para el cuerpo técnico es la frecuencia con la que el equipo comienza los partidos en desventaja. La Real Sociedad ha empezado perdiendo en 11 de los 15 partidos que llevamos de Liga. Esta estadística obliga al equipo a un desgaste físico y mental extra en casi cada jornada. Lejos de imponer su plan de juego desde el pitido inicial, el cuadro donostiarra se ve forzado a modificar su estrategia para buscar la remontada, exponiéndose aún más a las contras rivales.

Esta situación se agrava al mirar la seguridad bajo palos: la Real solo ha logrado dejar la portería a cero en 1 de los 15 partidos. La incapacidad para cerrar el candado defensivo convierte cada encuentro en un intercambio de golpes donde el rival suele golpear primero. Y si empezar perdiendo es un problema, la incapacidad para mantener o gestionar una ventaja es igual de alarmante. De los 1.350 minutos que acumula el equipo en las piernas durante este tramo, la Real Sociedad solo ha ido por delante en el marcador durante 194 minutos. Esto significa que, durante el 85,6% del tiempo de juego, el equipo ha estado perdiendo o empatando. La afición apenas ha podido disfrutar de momentos de control donde el equipo pudiera gestionar los tiempos del partido con el viento a favor.

Goles para sobrevivir, no para ganar

La consecuencia directa de ir siempre por detrás se refleja en la producción ofensiva. Aunque el equipo marca, sus goles tienen un valor más de supervivencia que de victoria. El 52,6% de los goles anotados por la Real han servido para empatar el partido. Más de la mitad de la producción goleadora se destina a "apagar fuegos" y devolver las tablas al marcador, en lugar de servir para adelantarse o sentenciar los encuentros.

Los números no mienten: la Real Sociedad se ha convertido en un equipo reactivo. Para revertir la situación y aspirar a cotas más altas, el equipo debe resolver urgentemente su sangría defensiva y aprender a golpear primero. Mientras siga viviendo a remolque, la temporada seguirá siendo una moneda al aire.