Pablo Marín no llevaba demasiados minutos sobre el terreno de juego pero un destello de clase del mejor jugador del equipo ayer, Gonçalo Guedes, fue suficiente para ponerle un balón de gol al riojano que logró marcar y evitar el bochorno de disputar una prórroga contra un Eldense que vendió cara la derrota y que, por momentos, no pareció un equipo de dos categorías menos.
La Real Sociedad volvió a jugar con fuego, a hacer un partido muy pobre y a solucionar la papeleta en el último suspiro del encuentro. Tanto arrimarse a las llamas al final acabará quemándose. Si se pretendía un lavado de cara por los últimas derrotas en la Liga, si se quería una reacción a cargo de una plantilla en entredicho, nada de esto sucedió.
Habrá quien se consuele con el hecho de que el equipo ya está en octavos de final de la competición, pero también es cierto que se sigue muy por debajo, en cuanto a fútbol, de lo que se espera. Y así, si no hay mejoría en breve, el equipo acabará cayendo en cuanto esté enfrente un rival de mayor entidad.
Jon Ansotegi no se la quiso jugar en el primero de los dos partidos que va a dirigir a la Real y colocó una formación inicial con muchos titulares. Ni por esas. Solo Guedes ofreció una versión notable. El portugués sigue en ascenso y es una de las pocas buenas noticias en el seno del club.
Se echó de menos un mejor partido de futbolistas consagrados como Brais, Soler, Kubo...incluso otros de los que siempre se espera una versión reconocible como Gorrotza o Aramburu, o la nueva oportunidad que se le concedió a Zakharyan, absolutamente desaparecido otra vez. A Guedes solo le acompañó Jon Martín y poco más. Finalmente, esa acción cuando el partido parecía abocado a la prórroga, evitó el sonrojo y, quien sabe si alguna noticia peor.