En TikTok, Instagram y otras plataformas de vídeo corto está circulando una nueva moda peligrosa: personas dejándose picar voluntariamente por abejas con la supuesta intención de “curarse”. Según quienes promueven esta práctica, el veneno de abeja tendría propiedades casi milagrosas, capaces de tratar desde dolores articulares hasta trastornos de salud mental. Ante esta absurda moda, el farmacéutico Álvaro Fernández afirma que “con la mordedura de una víbora es más rápido, y solo hace falta una”.
Aunque pueda parecer una exageración sin consecuencias, la realidad es que estos contenidos acumulan millones de visualizaciones, y pueden influir fácilmente en personas vulnerables o mal informadas.
No todo lo natural es seguro
Uno de los argumentos más repetidos en estos vídeos es que el veneno de abeja es natural, y por tanto “bueno” para el cuerpo. Pero como explica el farmacéutico y divulgador Álvaro Fernández (@farmaceuticofernandez), eso es una confusión peligrosa. El veneno de abeja puede provocar dolor, inflamación, reacciones alérgicas graves e incluso un shock anafiláctico, que puede ser mortal en personas sensibles o alérgicas.
Además, no existe evidencia científica sólida que respalde que dejarse picar tenga beneficios terapéuticos que compensen estos riesgos. Natural no significa inofensivo, y ni mucho menos “eficaz”.
Esta confusión entre naturaleza y salud es una trampa común en las pseudoterapias que circulan por redes: algo puede ser natural y, al mismo tiempo, peligroso. Como recuerda Fernández, usar abejas como herramienta de curación sin control médico puede tener consecuencias muy serias.
Esto no es apiterapia
A veces, esta práctica se disfraza con un nombre que suena médico: apiterapia. Es cierto que existen estudios clínicos en los que se han analizado compuestos derivados del veneno de abeja para tratar afecciones como la artritis. Pero eso no tiene nada que ver con dejarse picar en casa sin saber cómo va a reaccionar tu cuerpo.
El aguijonazo de la abeja en de nivel 2 y es medida base del Índice Schmidt de dolor por picadura.
La apiterapia real se realiza con sustancias purificadas, en dosis precisas y bajo supervisión médica. Lo que vemos en redes sociales es otra cosa: personas exponiéndose a picaduras sin preparación, sin diagnóstico, y a menudo sin saber siquiera si son alérgicas o no. No hay ningún protocolo médico que recomiende esto y es altamente arriesgado exponerse a ello.
El problema de los retos virales
El auge de esta moda encaja perfectamente con una lógica que se repite en redes. El formato corto, visual y emocional de plataformas como TikTok hace que este tipo de mensajes se compartan más que los que ofrecen información médica real. El verdadero problema es que se empieza con un “¿y si funciona?” y se puede terminar en una urgencia hospitalaria. Especialmente grave en el caso de personas alérgicas al veneno de abeja, para quienes una sola picadura puede ser potencialmente letal.
Jóvenes de la Generación Z pegados a sus teléfonos móviles.
Un animal a cuidar
Las abejas son vitales para los ecosistemas, para la agricultura y para la biodiversidad. Cuidarlas es importante. Pero eso no significa que dejarse picar sea beneficioso para la salud. De hecho, no lo es. Como dice Fernández, "cuidar abejas está bien, pero no te pongas de voluntario para que te piquen".
Un apicultor de Ezkerraldea, muestra las colmenas y el entorno donde trabajan sus abejas.