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La importancia de la fotoprotección a lo largo de todo el año ha sido uno de los temas claves abordado en la XIX Reunión de Residentes de la Academia Estatal de Dermatología y Venereología (AEDV), celebrada recientemente. Los especialistas han querido destacar la necesidad de incorporar la fotoprotección como un hábito cotidiano, sobre todo en personas con enfermedades cutáneas o que están en tratamiento con fármacos fotosensibilizantes.
Los dermatólogos participantes en la mesa de controversia Manejo de la fotoprotección en situaciones especiales: queratosis actínica, paciente oncológico y fotosensibilidaduna, han destacado que la existencia de múltiples opciones y mensajes a veces contradictorios puede generar dudas sobre cómo fotoprotegerse a diario. Aunque las personas con enfermedades cutáneas necesitan una atención especial para el cuidado diario de su piel frente a los daños solares, esta medida es extensible al resto de la población, ya que usar un fotoprotector debe ser parte de la rutina de cada mañana.
Francisco José Navarro, dermatólogo de Inmunoalergia Cutánea del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, reconoce que algunas personas desconfían de ciertos filtros por su impacto ambiental o por posibles reacciones en la piel, mientras que otros dudan sobre si realmente es necesario protegerse cada día. Además, influyen los diferentes criterios entre países y laboratorios sobre cómo se mide la eficacia. “Lo importante es recordar que la fotoprotección es segura, eficaz y esencial para cuidar la piel, especialmente en personas con enfermedades cutáneas o tratamientos fotosensibilizantes”.
Pautas personalizadas
Mientras que Aram Boada, dermatólogo en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona, insiste en que, “en pacientes con queratosis actínica, oncológicos y con cuadros de fotosensibilidad, no se trata solo de una medida preventiva, sino de una auténtica herramienta terapéutica”. Este especialista añade que su uso adecuado ayuda a evitar la aparición de nuevas lesiones y minimiza el riesgo de aparición de cuadros de fotosensibilidad e hiperpigmentaciones.
A pesar de que la fotoprotección está cada vez más presente en la práctica clínica, aún no está plenamente integrada en el seguimiento de estos pacientes, según ha detallado el doctor Boada. En muchos casos se sigue percibiendo como una recomendación complementaria, cuando en realidad forma parte del core del tratamiento. “Es fundamental incorporar pautas de fotoprotección personalizadas y revisarlas de manera periódica, al igual que se hace con la medicación o el control de otras variables clínicas”, apostilla.
No solo en verano
Otra barrera es que el protector solar suele asociarse al verano, cuando el sol está presente los 365 días del año, incluso en días nublados o cuando estamos en interiores con luz artificial, recuerda Navarro. Este especialista indica que en personas con la piel sensible o con ciertas enfermedades, esta radiación puede empeorar los síntomas o causar manchas y envejecimiento prematuro, de ahí la importancia de usar fotoprotector cada mañana. “Debe ser un hábito diario, como cepillarse los dientes”, recalca.
Para José Navarro, “no todos los protectores sirven para todas las pieles”. En este sentido, explica que, en personas con enfermedades de la piel, tratamientos que aumentan la sensibilidad al sol o pieles especialmente delicadas, es importante elegir un producto adaptado.
Lo ideal, según este especialista, es un fotoprotector con SPF 50 o más, que proteja frente a todas las radiaciones (UVB, UVA, luz visible e infrarrojos). Además, en pieles sensibles o con tendencia a irritarse, se prefieren filtros minerales y fórmulas sin perfume ni alcohol.
Daño solar
En algunos casos, los dermatólogos recomiendan además productos con antioxidantes, que ayudan a reparar el daño solar, “que es acumulativo y se produce durante todo el año”, añade Boada, quien destaca la importancia de que los profesionales insistan, de forma coherente en consulta, a promover el uso de productos adaptados a cada tipo de piel y estilo de vida, que favorezcan la constancia y la adherencia a largo plazo.